¿Hermana De Keigo? ¡JAMAS! | Shoto Todoroki

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- Eri...

La chica tras salir del ascensor se encontró con la pequeña niña corriendo a su dirección para aferrarce en una abrazo, Riku se agachó a su altura y la cargó.

- ¡Iremos a dejarte! -dijo con una gran sonrisa plasmada en su rostro mientras la miraba. Miró a su profesor que estaba parado en la puerta principal intentando buscar una respuesta.

- ¿Es... necesario? Osea, no digo que no quiera que me acompañen, pero puedo llegar más rápido volando.

- Hawks no está en su departamento aún, tiene unos asuntos que terminar en la agencia por lo que nos pidió que te lleváramos.

Riku pareció pensarlo, no le pareció muy agradable ese dato ¿asi se suponía que arreglarían su relación?

- Bueno... -miró a Eri- en ese caso, es momento de partir. -caminó hacia Aisawa y vió a sus compañeros- Que les vaya bien con el concierto, nos vemos.

Todos se despidieron al unísono y empezaron a darle los últimos detalles a su presentación.

De camino al hogar de Keigo hicieron varias paradas en distintos lugares, se detuvieron en un pequeño parque a petición de la peliceleste.

- ¿Podemos ir allí?

- Ve con Riku, las miraré desde aquí. -dijo sentándose en una banca mientras cerraba sus ojos suavemente.

Eri lo miró con la cabeza ladeada, su movimiento no se sincronizó con lo que dijo.- Por poco que lo parezca nos estará vigilando.

Tomó su mano y se la llevó. Estaban sentadas en la sombra que proyectaba un árbol, habían algunos banderines de colores qué decoraban el parque debido a alguna respectiva celebracion.

- Que hermosos... -unas pequeñas aves captaron su atencion. Al notarlo, la mayor desprendió unas plumas y las acercó lentamente a las aves, haciendolas qué las siguieran y se aproximaran a ellas.

La chica tenía una ligera sonrisa mientras la veía acariciando a las avesitas- Son muy suaves ¿no es así?

- Si que lo es... -estaba tranquila pero entusiasmada- ¿Tus alitas son así de suaves también?

- Ahh.. yo creo que si. -dudó pero accedió tras ver sus ojitos, ella tocó sus alas con sumo cuidado.

- Se te ven super bien y si, son igual de suaves que la de esta ave.

Mientras sucedia esto, Aisawa llegó con un dos helados en mano, estaba parado junto a ellas. Eri lo notó- Mire. -tomó al pájaro con ambas manos y se lo mostró.

- Imagino que fue astucia de Riku. -le tendió el helado a la mayor

- Solo se acercaron, y no, no quiero helado.

Era raro que no aceptará, había un sol no tan soportable y sus alas no ayudaban tanto qué digamos, luego cayó en cuenta.

- Tu don... el otro día me contaste sobre ello, no puedes comer cosas dulces o que alteren en un gran grado tu sangre.- le ofreció esta vez el helado a Eri, quien aceptó sin dudar.

- Si, es por eso que evito este tipo de comidas chatarras, y no considero lugar apropiado para hablarlo, no es muy seguro.

- Lo entiendo, pero quiero que me expliques más de tu segundo don.

[Got]

Keigo se estaba demorando mucho y Riku se estaba aburriendo, Aisawa y Eri no se irían hasta que llegara el mayor- Bueno... quieren... ¿algo?

El profesor vió a la menor a su lado- Yo no, gracias. Tal vez Eri tenga algo de hambre.

Ella asintió algo apenada- No te preocupes, veré que tiene Keigo en la cocina.

Al adentrarse, vió como relucian los muebles, todo era sospechosamente impecable. Cuando revisó la nevera, no había nada, solo unos 2 huevos en la puerta, luego se puso a ver las ollas, nada, abrió las alacenas y...

- No-puede-ser. -perpleja ante el interior de la alacena, sacó una de las cubetas de KFC qué habían ahí dentro. Sin más opción colocó unas cuantas alas de pollo en un plato y las dejó en el microondas- ¿de verdad vives de esto? -pensaba.

Entró al living y puso el plato en la mesa de centro- Espero que te gusten, no encontré nada más que cubetas de estas cosas ¿Esta bien que un héroe tenga una mala alimentación o simplemente soy yo? -le pregunté a Aisawa.

- Eres tu. -dijo dándole una ligera patada a la puerta para ingresar al departamento, tenia bolsas en ambas manos.

- Le pregunté al profesor Aisawa, no a ti, entrometido.

- Bueno, traje algunas cosas, nada picante, nada dulce, todo apto a tu Don. -dijo colocando las bolsas en la mesa.

-Tu don. -la miró, no queria que evitará el tema nuevamente- Necesito todo detalle para poder trabajar en ello.

Eri comía los pollos crocantes a gusto.

- Ahh.. bien -se sentó en frente y extrajo una de las plumas más cercanas al cuerpo, y la afiló- Partió... partió como un experimento y.. fue creado para las muertes inmediatas. -captó la mirada del profesor mientras su hermano solo se encerraba en la cocina guardando las cosas.

- Puedo controlar la solidez de ella, puedo movilizarla dentro de mi, y solo si mi sangre entra en contacto con la de otra persona puedo controlarla de igual manera.

- Control de sangre... ¿eso sería todo?

- Si... creo que sería tod- ¡mentira!
-recordó derrepente- soy compatible con todo tipo de sangre.

El pelinegro se levantó y Eri lo siguió con sus mejillas llenas de pollo- Se lo comentaré a tus profesores, es un don muy útil si tiene un buen uso, nos estamos viendo, Riku.

Una pluma entró y salió de la cocina y llego a la peliceleste con un paño, ella lo recibió con una sonrisa.

- Nos estamos viendo profesor, pequeña Eri. -dio una reverencia y le sacudió la mano a la menor.

Ambos se fueron y Riku no sabía que hacer, quería ir a ver que hacía su hermano, pero no le ganaría la curiosidad, iba a marcharse a su habitacion- Riku ¿tienes hambre?

- No. -se dió la vuelta y cayó en cuenta- perdón, si tengo hambre. -habia un ligero silencio, algo tenso, pero no generaba incomodidad, mas bien no sabian como iniciar una charla amena

Cuando Keigo sirvió el platillo de comida se sentó frente a ella para acompañarla- No hay nada frito, come con seguridad. -ella se sentó y miró con duda

- Tu cocina está llena de pollos fritos ¿Debería confiar? -alzó una ceja al verlo

- No queria cocinar, no suelo estar aquí. - Riku se mandó una pequeña cucharada a la boca y saboreó

- ¿Que pasó con... Tomie? -preguntó al rato

Keigo suspiró con pesadez- Está viviendo bajo techo en la ciudad central.

El sonido de la cuchara contra el plato resonó en el comedor.

- ¿Sigue viva? -sus puños estaban apretados mientras veía su plato de comida

- El problema era papá, ella quizo cambiar su vida, aun no la he perdonado por todo lo que hizo pero-

La chica se paró y golpeó la mesa con ambas manos- ¿¡Cambiar su vida!? Maldita sea Keigo... - lo miró por última vez- ¿Sabes? Me importa una mierda, yo me haré cargo de que se le acabe su vida placentera. -Dejó el plato con comida y se fue a su cuarto.

Se tiró de estómago a la cama y acomodó su cabeza en un hueco entre sus brazos para intentar pensar bien, no estaba conforme con que su madre no haya tenido justicia tras todo lo que los hizo vivir, esa era la única preocupación de ella, no le importaba la desicion de Keigo por más poder que tenga en estas situaciones.

Keigo sabía el como ella reaccionaria pero no le ocultaría nada, preferia que sepa la verdad respecto a su familia.

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Espero que les gustee ♡