Capítulo 9: Mi Ángel

1K 81 9
                                    



Ana contempla a la niña fijamente luego de terminar la nana y decirle esas palabras a su mamá, cuando se percata que Ana Soledad comienza a dar unos pequeños y sutiles movimientos. Se da cuenta del milagro que pudiera estar ocurriendo ante sus ojos y:

Ana: (mira a la niña, mira a Soledad y mira al cristal donde está parado Fernando) ¡Fernando, mamá! (exclama con emoción e incredulidad).

Ana podía ver como Ana Soledad intentaba abrir sus pequeños ojos. Ana tomo el botón de llamado de emergencia para alertar a las enfermeras y Fernando salió velozmente a buscar a Ángel para que vea a la niña.

Ángel junto con las enfermeras y Fernando llegan corriendo hasta la habitación de la pequeña. Ángel comienza a examinar a la niña y le pide a las enfermeras que despejen la habitación para poder revisar a la niña.

Enfermera: Señores, necesitamos que salgan de la habitación para que el doctor pueda revisar con detenimiento a la niña.

Ana: No, yo soy su madre necesito estar junto a ella. (Ana angustiada)

Soledad la toma de la mano para darte fortaleza.

Fernando: Ana, ellos tienen razón. Vamos a darle el espacio.

Ana: No, Fernando. (Mientras Fernando la toma de su cintura para obligarla a caminar y salir de la habitación).

Fernando, Ana y Soledad esperan fuera de la habitación llenos de incertidumbre, desesperación y nervios por una respuesta de parte de Ángel, mientras miran cómo examina a la pequeña a través del cristal divisorio en aquel pasillo.

Mientras el doctor continúa examinando a la pequeña Ana Soledad, se unen en un círculo de oración, cada uno rogándole a Dios por el bienestar de la niña.

Ana: (Orando para sí misma) Mi amado Dios te ruego que esta sea una señal de mejoría para mi niña. ¡Te lo implora mi corazón de madre! Mi Dios te suplico que cures de todo mal a mi angelito.

Fernando (Orando para sí mismo) Señor Jesús, permite que mi hija salga completamente saludable de esta enfermedad. Te lo pide éste padre desesperado.

Soledad: (Orando para sí misma) Virgencita, tú que también fuiste madre. Mira el sufrimiento que tiene mi hija por mi culpa. Te suplico que intercedas por la salud de mi nieta.

Abrieron sus ojos, se fundieron en un conmovedor abrazo y continuaron mirando por la ventana, aguardando por el doctor y esperando un resultado alentador.

En la habitación continuaban entrando y saliendo, enfermeras y doctores haciéndole estudios y transcurrieron unas dos horas de esto. Ninguno de los tres se movieron de allí y Fanny quien se había quedado en la sala de espera también llegó con ellos a esperar resultados.

Ana mirando siempre fijo a alguna reacción facial de Ángel que le pudiera indicar que todo estaría bien, pero como todo profesional, él no daba indicios de, si la reacción que tuvo Ana Soledad era algo bueno o malo.

Poco a poco fueron saliendo enfermeras y doctores de la habitación y quedando solamente Ángel allí. Los miro fijo a los ojos y se dispuso a salir de la habitación para hablar con ellos pues ya tenía un diagnóstico casi certero.

Ángel sale de la habitación cierra la puerta quedando la niña sola. Aun sin mediar palabra. Todos les prestan atención y él llega hasta donde ellos.

Ana: Por favor habla. ¿Qué le ocurrió a Ana Soledad? ¿Está bien, está peor? ¿Como que o qué? Con un carambas ¡habla! Eres nuestro amigo, deja a un lado esa mascara que tienes de hombre fuerte y frívolo. (Fanny le pone la mano en el hombro en símbolo de solidaridad)

Un Ratito Más!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora