La brisa nocturna los recibe cuando salen del antro. El aire fresco contrasta con el calor sofocante del interior, pero la sensación en el pecho de Fede no cambia.
Yle sigue sujetando su mano, aunque de forma sutil, como si no estuviera del todo segura de si soltarlo o seguir sosteniéndolo. Fede la mira de reojo, pero no dice nada.
Los demás avanzan unos pasos adelante, conversando y riendo con la euforia aún latente de la fiesta. Ian y Boom van discutiendo sobre qué canción estuvo mejor, mientras Oscar bosteza exageradamente, declarando que ya se quiere dormir.
Fede, en cambio, solo tiene cabeza para una cosa.
O mejor dicho, para una persona.
—¿Estás bien?—pregunta Yle en voz baja.
Él sonríe de lado.
—¿Por qué no estaría bien?.
Ella lo mira con esa intensidad que lo deja sin aire.
—No sé. Pareces… como si estuvieras pensando demasiado.
Fede suelta un suspiro. En realidad, es cierto. Su cabeza es un caos en este momento, pero no va a admitirlo tan fácil.
—Pensaba en lo que me dijiste.
Yle frunce el ceño.
—¿Qué cosa?
Fede la detiene suavemente antes de que sigan caminando, haciendo que se queden un poco atrás del grupo. Se gira hacia ella y la observa fijamente.
—Eso de que me calle los ojos.
Yle sonríe, pero su expresión cambia cuando Fede acerca su rostro un poco más.
—No puedo callarlos, Yle—susurra él—Porque cada vez que te miro, dicen más de lo que quiero admitir.
Ella contiene el aliento. No sabe qué responder.
Fede tampoco espera que lo haga. En lugar de eso, con una suavidad inesperada en él, levanta una mano y acaricia su mejilla con el pulgar.
—Nos van a ver—dice ella en un murmullo, aunque no se mueve.
Fede sonríe, pero no con burla. Esta vez, su sonrisa es más serena, más sincera.
—Que miren.
Yle parpadea, sorprendida. Su corazón late con fuerza.
Antes de que pueda decir algo más, Boom voltea y grita desde adelante:
—Ey, tortolitos, apúrense—grita Boom.
Los dos se separan de inmediato, pero la mirada de Yle sigue atrapada en la de Fede. Algo cambió esta noche. Algo que ninguno de los dos puede ignorar.
Fede suelta una pequeña risa y le ofrece su mano de nuevo.
—Vamos.
Yle duda por un segundo. Luego, sin decir nada, entrelaza sus dedos con los de él.
Y mientras caminan para alcanzar a los demás, ambos saben que esta historia acaba de dar un giro del que ya no hay vuelta atrás.
El camino de regreso es tranquilo, pero entre Fede y Yle hay algo en el aire, algo que ninguno menciona, pero que ambos sienten con intensidad. Sus manos permanecen entrelazadas por unos minutos más, hasta que Yle las suelta suavemente cuando los demás voltean a verlos.
Fede finge que no le importa, pero en el fondo siente un vacío en la palma de su mano.
—¿A qué hora se van mañana?—pregunta Ian para romper el silencio.
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Late Night Talking || Fede Vigevani
Romance-Creo que trate engañarme yo misma, al decir que no siento nada por ti. -Y yo estuve tanto tiempo tratando de entender por que sentía celos cada ves que un chico se te acercaba a él-Habla el uruguayo. -Hagamos que esto funcione Porfavor-Dice la chi...