III

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Steven corría como si no hubiera un mañana. Tenía que asegurarse que las gemas no habían hecho lo que decía Peedee.

"Es imposible —pensaba— Las chicas jamás harían eso."

El chico estaba tan absorto en sus pensamientos que se tropezó con una roca que había tirada en la arena. Una de las que se habían roto al caer sobre la burbuja de Steven. Se levantó rápidamente y siguió corriendo al templo, hogar de las Gemas de Cristal.

Llegó a la zona de la playa que había en frente de su casa. Pero Steven la veía diferente, cambiada. Se paró allí mismo, mirando detenidamente ese lugar.

Sin darse cuenta, estuvo así varias horas; mirando la arena y el mar, atento a todo. Prácticamente había desperdiciado todo el día mirando la playa. Al Sol le quedaba poco para rozar el horizonte. En ese momento emergieron del mar Garnet y Amatista, y ahí fue cuando Steven se dio cuenta de lo que veía diferente allí: el nivel del agua era mayor, y la playa no era tan grande como esa mañana.

Garnet y Amatista se acercaron a donde estaba él.

Amatista: Hey, Steven. ¿Qué haces aquí?

Steven: Llevo todo el día mirando la playa. No he vuelto a casa, por lo que Perla...

Garnet: No te ha cuidado y no sabía donde andabas.

Steven: Ups.

Los tres subieron al templo. Al abrir la puerta de la casa, Perla, que estaba sentada en el sofá, corrío hacia Steven y lo abrazó

Perla: —al borde de las lágrimas— ¿Dónde estabas, Steven? Me tenías muy preocupada.
Garnet: —puso una mano encima de un hombro de Perla— Tranquila, nos lo hemos encontrado ahí abajo. Ha estado allí todo el día.

Las tres gemas dejaron a Steven en la cama. Antes de aue se fueran, el muchacho las preguntó lo que llevaba toda la tarde creándole dudas.

Steven: Chicas, ¿habéis destrozado parte de la ciudad a lo largo de los últimos días?

Amatista: No.

Garnet: ¿Por qué haríamos eso?

Steven: Mi amigo Peedee me ha contado que están destrozando cada noche una pequeña parte de la ciudad. Y me ha dicho que todos empiezan a sospechar que... que lo estais haciendo vosotras.

Después de las palabras de Steven todo se quedó en silencio. Las gemas se miraron unas otras.

Perla: Steven, nunca haríamos eso. Luchamos contra el HomeWorld, junto a tu madre, para proteger este mundo. Y es lo que seguimos haciendo. Nunca dañaríamos esta ciudad ni ninguna otra. Nosotros los protegemos.

Perla le sonrío y se fue a su habitación, igual que Garnet y Amatista. Steven se quedó dormido inmediatamente.

[...]

Todo era oscuridad para Steven. Flotaba en una oscuridad que ni la luz podría traspasar. Tras un rato vagando por esa oscuridad empezó a ver luz. Se acercó a ella. Cuando llegó explotó en un destello rosaceo, como el de la playa.

Volvía a estar frente a esas tres figuras oscuras; con sus amigas gemas en su forma de gema al lado suya. Beach City estaba destruída, como la otra vez, y los rayos de luz también estaban.

Una de las sombras se movió y se colocó delante suya. Le cogió de la camiseta y lo levantó. La sombra abrió los ojos. Steven sentía miedo al mirar a esos ojos, que eran de distinto color: uno era verde y el otro de un tono entre naranja y amarillo. La sombra sonrió y todo volvió a quedarse en la oscuridad.

Steven volvió a quedarse vagando en esa oscuridad.

Ataque a las Crystal GemsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora