Steven no podía creer que estuviera ahí, en ese instante, en lo que quedaba de puerta.
Connie: ¿Y bien? ¿No vas a saludarme? —Sonrió.
Steven corrió a su lado y la abrazó. La muchacha notó que sollozaba.
Connie: ¿Está bien? —Preguntó a Garnet y Amatista. A ellas también las notaba algo triste.
Garnet: Está sensible es estos momentos. Perla no está con nosotros.
Connie: ¿Regresó a su gema?
Amatista: No, se... se corrompió.
Connie: —se quedó inexpresiva un momento. En seguida muestró tristeza— Oh, no. Menos mal que he vuelto antes de mis vacaciones —abrazó fuertemente a Steven—. Aquí estoy para lo que necesites —se separaron y se miraron a los ojos.
Steven: Gracias, Connie —le sonrió.
Garnet: Siento estropear el momento, pero Amatista y yo nos vamos a nuestros cuartos. Si necesitáis algo, ya sabéis.
Garnet y Amatista entraron a sus habitaciones mediante esa puerta con una estrella.
Connie: Por cierto, ¿cómo se han caído las escaleras y la entrada está así? Me ha costado un rato subir por los escombros. Y creo que me he clavado algunas astillas.
Steven: Es algo largo de contar. ¿Quieres saberlo?
Connie: Claro.
Steven: Pues toma asiento en el sofá —inmediatamente comenzó a relatarle la historia.
[...]
Connie había estado escuchando atentamente la última aventura de las gemas, en la que trágicamente habían perdido a Perla.
Connie: Oh, Steven, debe de haber sido horrible. Ya sabes, para lo que necesites aquí estoy —le abrazó tiernamente.
Steven: Gracias por escucharme Connie, me ha aliviado y liberado contarlo. Gracias —le correspondió el abrazo.
Connie: Y en cuanto a la identidad de esa Perla, ¿no podía tratarse de Peridot?
Steven: Vestía igual que ella. El pelo y la piel eran del mismo color que lo tiene ella. Incluso la gema era verde. Pero... no podía tratarse de Peridot. Esa Peri-Perla explotó. No dejó nada excepto trozos verdes y humeantes.
Connie: Mmmm... Habrá que darle vueltas. Si es culpa de Peridot no podéis dejarla escapar, debe pagar por lo que ha echo. Todos juntos. Podéis contar conmigo. Mis dotes con la espada no os defraudarán.
Steven: Gracias, Connie —le sonrió—. Por cierto, está anocheciendo, deberías irte a tu casa, ¿no?
Connie: —puso una cara de alarma—Oh, no. ¿Cómo voy a volver a tiempo? Mis padres me van a regañar.
Steven: No temas, volveremos a tu casa como siempre, en León —sonrió.
Bajaron y Steven llamó a León. El animal rosa apareció. Miró a Connie y la gruñó levemente. Connie sentía miedo y se alejaba de León.
Steven: ¿Connie? ¿Por qué te alejas? Vamos, monta.
Connie: Lo siento. No le recordaba tan... imponente —se subió junto a Steven.
Steven: A casa de Connie, León.
León comenzó a correr. Rugió y un portal rosa apareció. Lo atravesaron y llegaron a la casa de Connie en un segundo. Connie se bajó rápidamente de León y se puso delante de la puerta.
Connie: Bueno, Steven. Adios.
Steven: Adios. ¿Mañana puedes venir al templo?
Connie: Lo intentaré.
Steven y León de fueron. Connie sonrió.
[...]
Steven llegó a casa y rápidamente de fue a dormir. Pero no tuvo un descanso placentero, pues las pesadillas le atacaron, rememorando una y otra vez la pérdida de Perla.
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Ataque a las Crystal Gems
FanfictionTodo iba normal para Beach City y las Crystal Gems. Después de un mes desde que Peridot y Jasper llegaran a la Tierra, Beach City había recuperado la normalidad. Jasper estaba encadenada bajo el mar, junto con Lapis, formando a Malachite. Y Peridot...