XIII

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Tres días después...

Steven y Sapphire estaban sentados en la arena de la playa, viendo cómo el Sol bajaba lentamente, esperando la puesta de Sol, a la que le quedaba un par de horas.

Esos tres días desde la pérdida de Ruby y la eliminación del último posible Peri-Gema, Steven y Sapphire se habían dedicado a reconstruir la parte destruida de la casa, a la que había ayudado Greg.

Aquella mañana en la que Greg fue allí, al templo, le dio fuerzas a su hijo y a la gema azul. Greg no podía compartir su dolor con la misma intensidad como ellos lo sentían, pues el adulto no estaba muy ligado a las gemas, pero de igual manera le afectó lo suficiente.

Greg: No desesperes, Steven. Ya encontrareis un remedio a lo suyo. Son fuertes y vosotros también. No os rindais.

Eso fue lo que Greg les dijo. En cierta manera aquello le dio fuerzas a Steven y Sapphire, al ver que Steven seguía adelante, ella también se animó.

Steven, viendo aquel horizonte, se dio cuenta que el nivel del mar volvía a estar normal.

En cambio, Sapphire lloraba internamente. Estaba sentada en la placa de cristal que Ruby había creado días atrás, en aquel día en que Peri-Perla apareció y comenzó todo aquel dolor. Cuando comenzó el miedo. Un miedo que Sapphire no había experimentado desde el inicio de la guerra contra el HomeWorld.

Steven: ¿Crees que todo se ha acabado? ¿Crees que ya no habrá más clones?

Sapphire: No... no sé. Mi visión futura está nublada. Y si cada uno tuvimos un clon... eso podría significar que...

Steven: Lo afrontaremos. Y esta vez no perderemos. Conseguiremos ayudar a Perla, Amatista y Ruby. Volverán. Y todos seremos felices de nuevo.

Sapphire: Me recuerdas a Rose... —sonrió levemente—.Ella creía que podía recuperar a gemas corruptas, devolverlas a su forma original. Lo intentó después de la guerra. Pero se dio cuenta que era imposible. Otras gemas que quedaron con nosotras se fueron corrompiendo poco a poco. Supongo que por el dolor y pérdida de la guerra. Rose lo intentó con todas sus fuerzas. Pero no consiguió nada. Por eso siempre encapsulamos las gemas. Una vez que te corrompes... no hay vuelta atrás. Por eso yo ya he perdido la esperanza de poder volver a verlas algún día. De poder estar de nuevo con...

Steven: Ruby... Oh, Sapphire, no lo sabía, yo... esto...

Sapphire: No tienes que decir nada. No es tu culpa. Supongo que de Peridot. Pagará por todo lo que ha echo. —Una fina capa de hielo comenzó a formarse encima de la placa de cristal, alrededor de Sapphire.

Steven: Sapphire... —posó una mano en su hombro—. Aún nos tenemos el uno al otro.

Sapphire: Oh, Steven, me encanta tu optimismo. Es...

No pudo acabar, pues un pequeño seísmo azotó la playa y el mar embraveció descontroladamente. Las olas que se formaban eran muy violentas. Steven y Sapphire retrocedieron.

El mar se abrió brevemente y salió de sus profundidades alguien que nadie esperaba, alguien que estaba recluída en el fondo marino: Lapis Lazuli, la gema del agua. Lapis dio unos pocos pasos y cayó sobre sus rodillas. El mar, instantáneamente se calmó, y todo volvió a la normalidad.

Steven: ¡Lapis! —corrió a su lado junto a Sapphire.

Lapis: ¿Steven? ¿Sapphire? —Preguntó perdida y desorientada. Se quedó mirando al suelo— ¡Jasper! Oh, no, Jasper...

Steven: Lapis, tranquila. Estás con nosotros. ¿Qué ha pasado?

Lapis se reincorporó y, junto a Steven y Sapphire, se sentó en la arena.

Lapis: Bien. Veamos. Estaba fusionada con Jasper, formando Malachite, manteniéndola prisionera para que no os dañara a vosotros y a la Tierra. Pero, desde hace una semana, la fusión empezó a desestabilizarse y perdía el control por momentos. Algo se metía en el mar, en la zona donde estábamos, y nos hacía daño, como si quisiera que nos separásemos. La cosa es que hace tres días nos desfusionamos finalmente. Yo quedé inconsciente hasta ayer por la tarde, que empecé mi travesía para salir del mar. Pero Jasper se fue desde el momento en el que nos separamos. Supongo que tardó un día como yo en salir del mar.

Sapphire: Nosotros no la hemos visto.

Lapis: Entonces, ¿dónde está?

Sapphire: Podría utilizar mi visión futura, pero no sé si funcionará. No ha funcionado últimamente...

Sapphire procedió a relatarle los sucesos de los últimos días desde la muchedumbre furiosa y la aparición de Peri-Perla hasta la última batalla contra Peri-Garnet.

Lapis: Oh, no. Ha debido de ser horroroso para vosotros.

Sapphire: Ya... Pero ahora que estás aquí... Podrías hacerte cargo de Steven y...

Steven: ¡Ni se te ocurra!

Sapphire: Venga, vamos, no pasará nada.

Sapphire empezó a andar lentamente hacia el templo, pero Steven se abalanzó sobre ella. Empezaron a forcejear. Lapis intentó separarlos. 

Cuando finalmente pararon, un gran rugido resonó por toda la playa. Miraron arriba y vieron en el acantilado una enorme figura roja.

Lapis: ¿Qué demon...?

La figura roja saltó y aterrizó delante de ellos.

Sapphire: Es... Ruby... Pero está corrupta. ¡Tenemos que ayudarla! Sigue siendo Ruby en el fondo, y ella es sensible al tema de las fusiones, y divididas no podremos vencerla.

Lapis: ¿Seguro que quieres formar a Aquamarine?

Sapphire: Sé que ha pasado mucho tiempo desde la última vez, pero es la única opción.

Lapis asintió. Las dos gemas azules bailaron y juntaron sus figuras. Resplandecieron y formaron una nueva gema.

Aquamarine: Hora de la fiesta.

Y saltó hacia Ruby.





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