Bueno, estamos en el final. Además de este capítulo, queda uno más y el epílogo. Durante la semana, publicaré el último. El fin de semana que viene, el epílogo y la introducción a la siguiente historia. Me quedan pocos capítulos para terminarla, pero no empezaré a publicarla hasta que la tenga terminada. Así que estaré unas semanas sin publicar.
Espero que el final de Anjana cumpla las expectativas. Un abrazo a todas.Anjana despertó aturdida. Breena estaba sentada a su lado, amamantando a su hija. El hada la sonrió con ternura.
-¿Cómo te encuentras?-preguntó.
-Me duele la cabeza. Aparte de eso, creo que estoy bien.
Se llevó una mano al vientre con gesto de preocupación.
-El bebé está bien. El sanador te hizo una ecografía mientras dormías.
-Gracias-murmuró mientras se levantaba-¿dónde está mi ropa?
-Estaba empapada. Se la han llevado para lavarla. Te traeré algo mío, si quieres.
-Sí, por favor. Tengo que irme.
Breena la miró preocupada.
-¿Vuelves a casa?
-¡No! No voy a volver. Pero no puedo quedarme aquí. Alyan vendrá a buscarme. Tengo que irme antes de que llegue.
Breena retiró de su pecho a su hija dormida.
-André-llamó en voz baja.
El vampiro entró en la habitación en el minuto siguiente.
-¿Puedes llevarla a la cuna?-pidió.
-Sí, querida, por supuesto. ¿Estás bien, Anjana?-preguntó mientras cogía al bebé.
La reina asintió con la cabeza.
-André-volvió a llamar Breena-no se te ocurra escuchar lo que hablamos.
El vampiro la guiñó un ojo.
-Sólo escucho cuando es necesario, cariño.
Salió y Breena esbozó una sonrisa sin querer. Luego se levantó y se sentó de nuevo al lado de su amiga, en la cama.
-¿Qué ha ocurrido, Jana?
La reina se mordió el labio inferior en un intento de contener las lágrimas. Luego negó con la cabeza.
-No puedo...no puedo hablar de ello, Breena, de verdad. Sólo consígueme un poco de ropa para poder irme.
-Jana, estás sola. Eres un hada en territorio de vampiros y falta menos de un mes para que nazca tu hijo. ¿A dónde crees que puedes ir así?
-No voy a volver con él.
-De acuerdo. Pero no irás a ninguna parte. Te quedarás aquí, con nosotros.
-Alyan vendrá.
-No le dejaré verte si tú no quieres, te lo prometo.
-Pero...
Breena miró a los tristes ojos de su amiga.
-No sé qué ha pasado, Jana. Pero le advertí que no le perdonaría que te hiciera daño. Y te voy a proteger con todas mis fuerzas.
El hada dorada sonrió entre las lágrimas.
-Gracias. No sabía a dónde ir.
-No me des las gracias. Voy a ver si André ha conseguido acostar a la fiera sin que despierta. Descansa un rato. Te llamaré para la comida.
Breena salió de la habitación y Anjana volvió a tumbarse en la cama. Su hijo daba patadas con tanta energía que tuvo que cambiar varias veces de postura hasta que se tranquilizó. Miró por la ventana. El día estaba tan triste como ella se sentía. Se acarició la tripa con suavidad.
-Nos quedaremos hasta que nazcas, pequeño. Luego tendremos que irnos. Tu padre no renunciará nunca a ti-murmuró.-¿Cómo está?-preguntó André abrazando a Bree cuando se la encontró en el pasillo.
La chica se apoyó en el amplio pecho de su marido y suspiró.
-No quiere contarme nada. Presiento que tiene que ver con Zuria.
-Elise ha llamado. Tenía el presentimiento de que algo estaba pasando.
-Será mejor que vaya pensando en venir. El bebé puede nacer en cualquier momento.
Bajaron al salón. Damon y Alexia estaban allí con Louis.
-Anjana está bien-se adelantó Breena antes de que la preguntaran-pero no quiere decir qué ha ocurrido. Y no quiere ver a Alyan.
-Pues tenemos un problema-informó Damon-por qué según parece está a punto de llegar. Ha entrado en territorio vampiro hace dos horas.
-Le he prometido a Jana que no le dejaría verla.
-Es tu hermano, Bree-recordó André-y mi amigo.
-Y Jana es mi amiga. Está débil y vulnerable. Ahora mismo es ella la que necesita más ayuda.
Damon y André se miraron y el rey se encogió de hombros.
-¿Qué puede pasar? Como mucho nos declarará la guerra-dijo con ironía el vampiro mayor.
André negó con la cabeza.
-No lo hará. Aunque no por falta de ganas. Sólo porque no tiene recursos para ello.
-Yo hablaré con él cuando llegue, André. Tendrá que entenderlo.
Así que cuando el rey llegó, avisaron a Breena, que estaba con Anjana. Ésta la miró con miedo.
-Bajaré a hablar con él. No te muevas de aquí. Y no te preocupes. No dejaré que suba-aseguró la chica.
Bree abrió la puerta a su hermano. Éste no parecía enfadado. Sólo desesperado.
-¿Dónde está?-preguntó.
Breena no se apartó para que entrara.
-No quiere verte, Alyan.
-Déjame entrar, Breena.
-No puedo, lo siento. Se lo he prometido.
-Tengo que verla. Tengo que explicarle.
La chica negó con la cabeza.
-Ahora no. Ella no quiere explicaciones. Necesita tranquilidad. Tendrás que esperar.
-Maldita sea, Bree. Déjame entrar o entraré a la fuerza.
André apareció inmediatamente detrás de su mujer. También Alex y Damon se dejaron ver.
-Cuidado hada-el rostro de André era frío-no te gustaría nada despertar en una de nuestras celdas. Tienen demasiado cemento.
Alyan pareció estar a punto de lanzarse contra el vampiro. Luego miró a su hermana.
-Breena, por favor-suplicó.
-Lo siento, Alyan. Te llamaré si cambia de opinión.
El rey de las hadas asintió y se dio la vuelta.
-¿Me avisarás cuando nazca mi hijo?-preguntó.
-Sí-aseguró Breena-te lo prometo.
El rey se alejó. Dos hadas se unieron a él antes de llegar a la verja de la casa.
André abrazó a su mujer.
-Gracias-murmuró ella.
-La quiere, Breena. Lo sabes ¿verdad?
-Sí. Ellos son los únicos que parecen no saberlo. Espero que no lo descubran demasiado tarde.
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Anjana (Saga hadas 1)
FantasiAnjana está dispuesta a todo para hacer pagar al rey de las hadas lo que le ha hecho. Desde el principio se lo advierte: no piensa someterse. Con la ayuda de Breena, su mejor amiga y hermana del rey, hará honor a su promesa. Lo malo es que Alyan tie...