Capítulo 12

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Daniel

Rafael llegaba tarde, me había citado en la cafetería del centro y estaba retrasado. No sé que fue lo que me impulsó a venir, pero aquí estaba y ahora me sentía un poco arrepentido de estar aquí. Me levanté y a punto de irme, su voz me detuvo.

—Disculpa la tardanza —me dijo con voz baja.

Me giré a verla, llevaba su rojo cabello suelto. Iba vestida como siempre, un pantalón de mezclilla y una playera que estaba medio cubierta con una sudadera ligera. Todo en tonalidades azules, como sus ojos.

—Estaba esperando a...

Ella sonrió, disculpándose. Entonces entendí.

—¿Le pediste a Rafael que me citara aquí de parte tuya?

—Nop, en realidad él me dijo que tú me esperabas aquí.

Ese Rafael...

—¿Tomamos un café? —me dijo levantando las cejas.

No podía decir que no, aunque sintiera que no mereciera tenerla cerca. La ayudé a tomar asiento y después hice lo mismo. Cerca de ella, para poder oler su aroma a vainilla. Cerré un momento los ojos, para abrirlos rápidamente.

—No te ves muy bien, ¿Qué te pasa? —me preguntó.

—No creo que quieras saberlo...

En realidad no quería decirle lo que había pasado, así que me fui por el segundo problema que me aquejaba.

—Odio verte con ese hombre —le dije después de una pausa.

La miré, porque tenía que ver su reacción a esa declaración. Fue memorable. Ella se hizo para atrás en su asiento y levantó las cejas.

—Somos amigos, Daniel.

—Lo sé, y sé que no podemos ser algo más...pero...yo no quiero, no puedo ser solo tu amigo.

—Daniel...

Me acerqué a ella, la tomé de las manos. Debía obligarla a escucharme, debía hacerla entender. Ella tendría que comprender que todo en mi vida estaba bien cuando ella se encontraba conmigo, era feliz y vivía en paz.

—Clarissa, te amo y no he amado a nadie como te amo a ti —dije apretándole las manos, las cuales estaban heladas entre las mías.

—Daniel...pero...no podemos...

Ella no me miraba mientras hablaba, tenía que llegar a ella, de alguna manera, de alguna forma.

—Mírame y dime que no deseas estar conmigo, dímelo mirándome a los ojos y te juro que nunca más te volveré a repetir nada de esto.

Clarissa me miró a los ojos en ese momento, entonces supe que me diría adiós, justo como en mi sueño. No volvería a tener a la pelirroja a mi lado, nunca más.

—Ya no tendrás que verme con Ian, ya no somos nada...

—Entonces dime que sí.

—¿Qué pasa con Jess?

Maldición, había olvidado a Jess.

—Yo arreglaré eso, te lo juro.

Clarissa soltó sus manos de las mías y se levantó.

—Entonces, hablamos después.

La vi salir de la cafetería, siempre me había gustado como caminaba, como si estuviera bailando, como si llevara la música por dentro.

Ella volvería a ser mía, solo mía.


Segunda Oportunidad (Y te vi...2) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora