¿Quien me mando entrar en Youtube? (ElRubiusOMG/Ruben Doblas)

#15 La Feria del libro parte 2

En el coche solo se escuchaba la radio.  Era raro que Rubén no hablará, no se calla ni debajo del agua.

- ¿Hola? Tierra llamando a Rubén - dije para captar su atención.

- Perdona, estaba agotado de la feria y me he quedado empanado.

- No te preocupes, me gusta el silencio pero contigo me he acostumbrado a que no halla y me habías preocupado.

- Lo siento - lancé una mirada rápida hacía él.  Nunca le había visto así. Supuse que de verdad estaba cansado y no tenía ganas mas que de irse a dormir.

Aún así una parte de mi se quejaba,  sentía como que yo tenía que ver en su estado de ánimo

<< Mira que nos ha salido egocéntrica la nena >>

- Pero si eres tu la que lo piensas, no me vengas con esas - me autoregañe.

<< Te repito que yo no existo, todo lo piensas tu y lo dices tu, loca >>

- Llamarme loca a mi misma es lo más raro que podré imaginar - dije mientras volteaba los ojos.

Aparque enfrente de casa de Rubén. El salió del coche sin dirigirme la mirada y por un momento pensé que ni siquiera se molestaría en despedirse o en dar las gracias.

Estaba preparada para arrancar y con un poco de suerte atropellarle por ser un capullo pero le vi inclinarse en la ventana del copiloto.

- Gracias por traerme a casa y lo siento por estar así - dijo mientras frotaba y fingia una sonrisa.

- De nada, no tienes que disculparte - dije decepcionada.

- ¿Pasa algo? - El debió de notarlo así que se lo devolví.

- Para nada - le dí una sonrisa falsa - Nos vemos mañana - Y arranqué.

***

Me levante sin ganas de ir otra vez a la feria. La actitud de Ruben me dejó mal sabor de boca y no quería verle.

<<Y ayer estabas mojando bragas por verle>>

- Vale se acabo te destierro al olvido de mi cabeza, no salgas de allí jamás - sentencié a mi subconsciente.

Me fui al baño y deje que el agua que caía me despejara. Cuando salí me encontré a Calcetín en medio del salón jugando con un ratoncito de peluche. La casa se veía tranquila y un escalofrío recorrió mi cuerpo.

- Algo me falla, demasiada tranquilidad.

- ¡ANDY! - la puerta de la calle se abrió de golpe y apareció una loca rubia arrasando con todo.

- Ya sabía que tanto silencio no podía haber en esta casa de locos - dije esquivando a la loca de mi amiga - ¿Qué te ocurre? ¿No te baja la regla?

- Mira que a veces puedes llegar a ser odiosa - dijo mirándome de reojo.

- Si no fuera así no habría quien te aguantara.

- Bueno, mira lo que ha llegado por correo - dijo entregándome un sobre.

Iba abrirlo pero la impaciente de Lucy no podía y me ahorre el trabajo de abrirlo y leer el contenido. Ni siquiera sabía de quien era la carta.

- Luzu nos invita a Los Angeles para ir al E3 - dijo Lucy dando saltitos.

- ¿En serio? No me lo creo - le quite el sobre y leí la carta un par de veces - Estoy flipando - dije llevandome las manos a la cabeza.

- Estoy igual que tu, el evento es en dos semanas. Pensé que no quedaban entradas.

- Yo también pensaba que se agotaron, voy a darle las gracias a Luzu - y me fui a mi cuarto.

Encendí el ordenador y entré a Skype. Por suerte estaba conectado así que llamé sin pensarlo. Al rato lo cogió.

- Hola florecilla silvestre, Luzu al habla - saludó de una forma bastante cómica que me hizo reír y todo.

- ¿Qué tal borrego de los prados?

- Cuanta agresividad, y eso que te hago regalos - frunció el ceño muy exagerado y no pude evitar sonreír.

- De eso quería hablar, muchas gracias por las entradas.

- No se merecen, además si tenéis problema de alojamiento tenemos hueco en nuestra preciosa casita.

- Muchas gracias por la oferta pero me da miedo pasar demasiado tiempo contigo, suficiente con que estoy todos los días de vicio contigo.

- Claro, me necesitas para pasarte los niveles - le eche una mirada de desprecio.

- "Baaaaaaka" << Es idiota en japones>>

- No me insultes en japones - dijo sin parar de reír.

- Bueno solo quería decirte eso, que tengo que irme ahora a la feria del libro para trabajar, gracias de nuevo.

- De nada, nos vemos en Los Angeles - y colgó.

***

Me preparé para recoger a Ruben e ir otro día más a la feria para la firma. Entró en el coche y me saludó secamente. Hoy estaba feliz por la noticia y no me apetecía acabar mal así que decidí ignorarle en el viaje. Y así hice, no le dirigí la palabra en la firma ni cuando volvíamos de vuelta a su casa. Cuando aparqué él no bajo directamente como ayer, sino que se quedo mirando fijamente sus manos nerviosas.

- Hemos llegado, puedes bajarte - dije de forma seca y distante.

- ¿Pasa algo? 

- Tu sabrás, él que se comporta como un capullo eres tu no yo - dije fijando la vista al frente.

- Perdona por estas así estos días...

- No tienes que disculparte, haz lo que te de la gana, no me debes explicaciones.

- Lo se pero no paraba de darle vueltas a una cosa y...

- Soy una profesional y hago mi trabajo. Tu humor no me importa nada - se que sonaba dura pero estaba cabreada por tratarme así estos días.

- ¿Porque siempre haces eso?

- ¿El qué?

- Ser borde, te cierras en banda y no dejas que nadie hable contigo.

- Ahora será mi culpa. Eres un idiota, creído y no piensas en los demás y....

No me dió tiempo acabar la frase porque los labios de Ruben me callaron. Mi reacción era clara separarle, darle una bofetada, tirarle del coche y salir corriendo pero en cambio mi cuerpo no reaccionaba, le seguí el beso sin saber porque y no solo eso sino que me abalance encima de él.

Me cogió de la cintura y me sentó en su regazo. Él empezó a besar mi cuello y a recorrer mi espalda con sus manos. De repente recobré el sentido común y le detuve. Él se quedo mirándome dudando si seguir o dejarlo.

- Esto esta mal. ¿Podrías irte por favor? - dije bajándome de su regazo y sentándome en el asiento del conductor.

- ¿Estas bien? No pasa nada...

- He dicho que te vayas Ruben - dije seca y fríamente.

- Esta bien, luego hablamos...

- No nada de hablar, déjame espacio...y ahora vete - nada más el salió del coche arranque y en vez de ir directa a casa paré en un parque cerca de mi antigua casa. En el estaba el mirador donde se veía todo Madrid en su esplendor. Era mi lugar favorito donde me encantaba relajarme y pensar.