Mi Guardaespaldas es Romeo Santos.

Fruto de un amor Capitulo 22: "Suave pedido de verdad"

-Esperanza-

No entiendo como puede ser que cada siete años tengo que ver a Romeo, todavía recuerdo el día que me despedí de él. Hoy tengo que viajar a Nueva York, estuve estos siete años en Italia, tuve una niña la cual tiene siete años, ya se, se preguntaran quien es el padre, pero no lo puedo revelar, mi hija creció con el amor de una madre y del esposo de su madre (Royce, luego lo contare), él la crio como a su propia hija.

Me case hace más de cuatro años, decidí darle paso al amor y dejar de lado el pasado. Como dije mi esposo es Royce, la historia es larga pero de amigos a pareja creo que es lo común.

Estaba peleando con Mía porque estaba tardando en desayunar y no se quería vestir. La mire desafiante y ya se lo que tenía que decir.

-Está bien, si no tomas la leche y no te vestís, no sé si vas a tener regalo de cumpleaños.

-Sí.

-No.

-Bueno está bien.

-Muy bien, rápido-Le dije celebrando mi victoria.

-No se vale. Es injusto-Termino el desayuno y subía las escaleras gritando-¡Injusticia! ¡Injusticia!

Reí por lo bajo y vi que Royce estaba viendo la escena, se acercó y me abrazo.

-Eres una excelente madre-Me dijo.

-No creo. Mi mamá era la mejor del mundo a pesar de las diferencias.

-Debe estar muy orgullosa de ti.

-No lo sé-Dije riendo porque siempre le contestaba con indirectas.

-Por favor alguna vez podrías decir algo bueno de vos.

-¿De mí?-Sonreí-Soy la más afortunada del mundo.

-¿Por qué?

-Por la familia maravillosa que tengo-Sonreí.

-Ok. Me dejaste sin palabras, ve a ver si ya está lista Mía que yo voy a bajar las maletas.

-Está bien.

Fui a la habitación de Mía donde estaba indecisa de que ponerse. Me dirigí al placar busque un vestido y encontré uno que no había usado.

-Toma este vestido no lo usaste.

-Gracias.

-Apúrate porque o si no perdemos el avión.

-¿Cómo se pierde un avión?

-Es una forma de decir, no es de verdad que se pierde. Quise decir que no vamos a poder viajar si no te apuras.

-Es que no quiero irme.

-¿Querés sí o no conocer a tu papá?

-No sé.

-Mía. ¿Sí o no?

-Siiii.

-Entonces rápido.

Salí de la habitación. En la sala me encontré con Royce quien estaba ya con las maletas en la mano, me observo un segundo y luego hizo una seña diciendo que iba a llevar las maletas al auto. Mía bajo con su maleta pequeña y con cara de tristeza.

-Mami-Me dijo.

-¿Sí?

-¿Quién es mi papá?-Pregunto.

-Umm... Tu papá, tu papá es famoso.

-Pero, ¿Quién es?-Volvió a insistir.

-Cuando lleguemos a Nueva York te lo digo ¿Sí?

-Bueno. Pero con la verdad.

-Obvio.

Después salimos de la casa y nos fuimos. Mía estuvo todo el viaje inquieta, lo que no pretendía yo era arruinar la vida de Romeo, pero nunca encontré su número de celular, no sabía su dirección, no sabía nada, desde que me fui de allí el cambio todo, no sé nada más de él.