Capítulo 26: "Era verdad"

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-Esperanza-

Pasadas tres horas decidí salir con Mía a comprar unas ropitas para ella, no tiene nada más que vestiditos y faldas. Fuimos en mi coche, el cual estaba en la casa donde me había hospedado años atrás.

En el camino pusimos música y cantábamos las dos, ella a gritos porque ni en una canción en otro idioma para de cantar a los gritos. Vamos perfecto, carril izquierdo, velocidad exacta, de pronto sentimos un golpe seco que da en la parte de atrás del coche e inmediatamente Mía golpea la cabeza en el vidrio y se desmaya, me entra la desesperación. ¡Animal! Doble a la izquierda y con la desesperación a mil, mi niña sangrando, desmayada y con un tajo en la cabeza, voy temblando pero al aparcar en un lugar cerca del hospital, saco fuerzas de donde no tengo y alzo a Mía, la abrazo fuertemente para que no caiga. Entro al hospital y al ver una enfermera, me acerco a ella y le digo en inglés.

-Disculpe, enfermera, puede ayudarme-Digo alterada-. Tuve un accidente en la avenida con el coche y la niña se golpeó fuerte.

La enfermera observando la herida de la niña se va a llamar al médico mientras me responde.

-Ya vuelvo, espere allí, señora.

Me voy donde la enfermera me indico y está contoneando las caderas se mueve por un pasillo y desaparece en busca del doctor. Logro mantener un poco la calma y llamo a... ¿Romeo? Si, definitivamente es al único que puedo recurrir en este momento. Suena una, dos, tres, a la cuarta atiende.

-¿Alo?-Escucho una voz ronca y seca.

-E... estoy en el hospital-Digo casi por llorar.

De fondo oigo un golpe seco y oigo preguntar a Romeo preocupado:

-¿Estas bien? ¿Paso algo? ¿Y Mía?

-Estoy bien, pero, Mía tiene un tajo en la cabeza y no esta consiente.

-¿En dónde estás? Digo, ¿En qué hospital están?

Leo el nombre y se lo digo, oigo que susurra:

-¡Vaya! Lindo hospital elegiste-Corta.

Quedo desconcertada pero, veo al doctor junto a la enfermera que me atendió segundos atrás, el doctor me señala que entre a la habitación y accedo. Al entrar me indica que deje a Mía sobre la camilla y ve la herida.

-No es profunda-sisea-Pero hay que dar unos puntos.

‹‹Unos puntos››, me suenan a bastantes. Al ver mi expresión de susto me tranquiliza diciendo que no son más de tres, pero al escuchar ‹‹Tres puntos››, mis ojos se llenan de lágrimas igual, ‹‹ ¡Maldita, Hija de Puta Solange es la peor!››, recordé lo que había dicho, pero, me arme de valor y al oír que sonaban unos golpecitos en la puerta intuí que era Romeo e inmediatamente suspire de alivio. Era él, lo oí decir en ingles con su encantadora voz.

-Hola, ¿Usted está atendiendo a Mía Guzmán?

El doctor asiente y lo deja entrar. Su rostro al ver a Mía en estado de desmayo, no es nada buena, me mira y buscando una explicación se va al otro lado de la camilla y agarrando la manito de Mía me sorprende al ver que llora, pero después se acerca al doctor le dice algo, el doctor asiente y de inmediato le pide a la enfermera que vaya a buscar algo, ella sale de la habitación contoneando las caderas y cierra la puerta fuertemente, haciendo que Mía despertara al fin, pero no creo que le guste la idea de que le den tres puntos en la cabecita mientras este despierta. Es como yo, le aterran las agujas y al verla los ojos casi se nos salen de lugar.

-No se asusten-Dice el medico tranquilizando-Si duele, toma valor y se valiente-Le dice a Mía quien asiente asustada.

Comienza y veo que larga quejas, pero hace caso a lo que el doctor le había dicho. Cuando al fin termina veo la cara de ella y Romeo que alivian, creo que la mía también, pero cuando la doctora entra con una jeringa con una aguja que a mí me parecía muy larga, mi cara de pánico apareció, pero al ver mi gesto Romeo sisea.

-No te preocupes, será rápido y no costara nada, bueno no te costara a ti-Ríe y acaricia la mejilla de Mía-. Puede que sepamos si es mi niña también.

No respondo estoy estupefacta, lo miro y miro a Mía, veo unos rasgos parecidos, pero callo, no hablare, no voy a hablar, que lo comprueben y listo. Veo la cara de Mía al ver que esa jeringa le saca sangre, voltea la mirada y susurra:

-No me va a dejar sangre la cosa esta, voy a quedar seca, como billetera de vagabundo –Dice en español y con Romeo reímos, que sinceridad que tiene.

-Ustedes dos mujeres-Dice el doctor en español, mi rostro debe ser de sorpresa y da gracia, Romeo ríe- ¿De dónde son?

-Argentina-Respondo.

-Maravilloso lugar-Dice señalándole a la enfermera que vaya rápidamente a analizar las tomas de sangre.

-Allí la conocí a ella-Dice Romeo guiñándome un ojo.

¿Cómo si hiciera efecto eso? Bueno, definitivamente sí, me derrito, pero no demuestro sentimiento alguno. De pronto siento un dolor en el estómago y luego los ovarios, ‹‹ ¡Mierda! Es lo que creo, la mierda esa siempre viene cuando menos lo espero, viene de sorpresa››, sonrió y pregunto amablemente por el baño, Mía me acompaña y al entrar rápidamente suspiro, veo y ¡Acertado! Es la compañía más incómoda en la vida de una mujer. Al salir, me lavo las manos y Mía esta todo el rato observándose en el espejo.

-Me quedo horrible-sisea enojada.

-Bueno, no podemos hacer nada, solo esperar-Digo viéndola con tristeza.

-Ya sé, pero, duele y pica-Dice.

Rio. Luego salimos del baño, nos vamos a la habitación, Mía agarra su abrigo y nos vamos los tres al pasillo a esperar los resultados. En un abrir y cerrar de ojos Romeo se sienta a mi lado y en mi oído pregunta.

-¿Quién fue? ¿Cómo paso?

-Dieron de lleno en la parte de atrás del coche...-Pauso-No vi a nadie, vi solo a Mía, quien al darse vuelta dio la cabeza en el vidrio.

-Tenía razón. Ella lo advirtió. Fue Solange-Dijo.

-¿Cómo? ¿Fue ella quien daño a mi hija?-Casi levanto la voz pero él me calmo-Me da bronca, yo no me meto con los hijos de nadie. Me los va a pagar, juro por la gloria bendita de mis padres que me las voy a cobrar.

Me mira asombrado, pero no dice nada, sabe que tengo razón. Antes de que diga algo más él dice.

-En lo de meterte con los hijos de alguien tienes razón, per, deja que pague por todo con el tiempo, seguramente algo sale mal y termina presa.

-Ojala, dios te escuche.

-Al final era verdad-Dice.

Mi Guardaespaldas es Romeo Santos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora