Las cenizas volaban ínfimas en la fría madrugada del nueve de julio. Lana pensaba en todas y cada una de las cosas que preferiría estar haciendo en esos momentos. Mirando fijo al cielo, expulso lo que quedaba del humo en sus pulmones.
La vida, ciertamente, era injusta.
O al menos eso era lo que ella creía.
Le había dicho a sus amigas que esa noche estaría con un muchacho. Si decía la verdad insistirían hasta el cansancio para que accediera a ir a algún bar o discoteca. Esta vez Lana tenía de todo menos ánimos para música, gente y alcohol.
Llevaba toda la noche evitando los espejos. Así no vería el color de sus propios ojos. Verdes. Verde tristes, como le decían a su abuela, de quien los heredó. Almendrados ojos verde triste. Evitar los espejos le haría mas fácil olvidar todo lo que le recordaba a ella, a su abuela, la mujer que mas quiso en sus veinticuatro años.
Lana fumaba cuando se sentía estresada. Solía ir a la terraza de su casa, donde nadie notaria el olor. Por la noche, donde nadie la encontraría. Le resultaba casi... Rebelde. Y a Lana le gustaba ser rebelde. Nunca peinaba del todo su cabello, caía lacio y delicadamente revuelto, castaño, largo hasta la cintura. Usaba en su mayoría jeans rotos, eran sus preferidos. Claro, junto con las camperas de cuero. Era mas bien menudita, pero eso no lograba quitarle fuerza a su presencia.
Sus carnosos labios besaron nuevamente el filtro de aquel tabaco.
"La vida es una mierda", pensó. Una lagrima recorrió su rostro, solitaria.
-Dicen que se te caen los dientes por fumar.
Lana llevaba tiempo mirando al cielo, obnubilada por sus propios pensamientos y no notó que del otro lado de la pared que dividía su terraza de la de sus vecinos había aparecido alguien.
Observó al muchacho que estaba allí parado como si estuviesen conversando desde hacia dos horas. Era un poco mas alto que ella, de pelo oscuro y una insípida barba en el rostro. Sus ojos parecían ser marrones, con los pómulos levemente marcados.
Le dirigió una mueca de desagrado y acto seguido abrió la boca lo mas que pudo.
-Los tengo toditos, ¿ves? -Continuó. -No hay nada de que preocuparse, sea quien seas.
-Oh, perdón. -El muchacho se acerco sonriente hasta la pared que solo tapaba desde su cintura hacia abajo y estiró su mano. -Mi nombre es Leandro. ¿Como dijiste que te llamabas?
-No te dije. -Lana no solía destacarse por sus aptitudes sociales. Aun así, bajo la mirada con hastío y respondió. -Lana.
-Así que tu vives aquí... Bueno, creo. Nosotros vivimos aquí desde hace un par de meses, no he tenido la oportunidad de cruzarte... Hoy es mi cumpleaños, ¿sabes?
Leandro tenia una sonrisa cautivadora que pronto comenzó a distraer a Lana de toda su rabia hacia el mundo. Terminó por descolocarla con ese ultimo dato. La muchacha le clavo los ojos, sorprendida.
-¿Hoy? ¿Nueve de julio? -Preguntó para cerciorarse que había entendido bien.
-Si, hoy. Por eso la música fuerte, espero que no te moleste.
Era verdad, había música fuerte y Lana la había pasado por alto solo porque no le gustaba fastidiar con esas cosas. Todos deberían ser libres de escuchar lo que les venga en gana a la hora que les venga en gana, pensaba.
-¿Que haces aquí sola, fumando? -Preguntó Leandro, intrigado.
La muchacha salio de su pequeño trance perturbador y volvió a poner la misma mueca de irritación previa.
-Creo, señor Leandro, que no es de su incumbencia. Feliz cumpleaños.
Ante todo, la cortesía.
-Solo preguntaba. Te ves triste y nadie con esos ojos debería estar triste jamas. Muchas gracias.
Se dio media vuelta y entro a su casa.
En el aire dejó una estela de perfume de hombre, uno muy rico según Lana, uno que le provocaba cosquillas en la piel. Soltó una sonrisa casi sin pensarlo, rememorando la ultima vez que se había sentido así.
-Si esto es obra tuya, pues estas muy equivocada. -Dijo mirando al cielo.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Bueno 1 capitulo, de pronto surgio y lo senti, senti que podia escribir otra vez. Hasta ahora esto es lo que tengo, poquito a poco, minuto a minuto, la historia va tomando forma en mi mente. Esperemos que al reactivarla con esto, podamos reactivar cronicas, como me ha sucedido en el pasado. Espero que les guste!
ESTÁS LEYENDO
Sálvame
RomanceUn corazon roto y un pasado que atormenta... Nada parecia querer cambiar en la vida de Lana Shark, una triste y solitaria muchacha de ojos verdes, hasta la madrugada del 9 de julio... Esa noche todo cambio para siempre.