XVIII. Runaway

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Bien, antes de que empiecen a leer, debo aclarar algo.

Probablemente este capítulo sea uno de los más largos (Tal vez incluso el más largo) de todo el fic, así que se me ocurrió narrarlo en tercera persona (Narrador Omnisciente). Espero que no os molestéis. Aquí Al narra un poco más de su pasado y pues ya explica un poco más sobre su familia. Bueno, ya les dejo leer. ¡Feliz lectura!

PDT: No tengo idea de quien sea el chico pelirrojo de multimedia (busqué por google entero y no lo encontré) pero me pareció tan asdfghjklñ que lo puse como  los hermanos de Al.

***

Se podía oír claramente que alguien abría la puerta, y los pasos de esa persona resonaban en el suelo del living. El corazón de Alice latía fuertemente, y luchó para que su ruido no las delatasen. Oyó un golpe sordo y una maldición al otro lado de la pared. Supo entonces que estaba borracho. "Maldito hijo de puta"  Pensó para sí misma. No se podía dar el lujo de insultarlo así en voz alta delante de su madre, aunque, en la situación sentimental en la que ella estaba, no le sorprendería que eso le alegrase. 

Vio la sombra proyectarse en el suelo gracias a la tenue luz de la luna que entraba por los ventanales. Se acercaba a donde ellas estaban. Su corazón empezó a latir más fuerte conforme sentía que avanzaba. Vio primero la sombra, luego su mirada subió lentamente hasta encontrarse con el rostro de su padre; pero increíblemente no les vio. "Eso demuestra cuán borracho está" . No pudo evitar sentir algo de alivio al ver cómo las ignoraba. Estaban de pie en la esquina más sombría de la cocina, esperando a que el momento por fin llegase. Y había llegado, en forma de hombre con traje desorganizado y sin corbata, con un hedor a vino caro y a perfume de mujer. Alice no podía, o más bien, no quería, admitir que aquél hombre era su padre.  El hombre se dirigió lentamente hacia el refrigerador y sacó una botella, oculta entre bolsas de vegetales y frutas. Bebió uno, dos, tres tragos y se mostró claramente más relajado. Ella ya sabía que el tomaba por las noches, e incluso, se lo había dicho a su madre cuando  le dijo que  pediría el divorcio. Lara había insistido en que Alice la acompañara, para sentirse más fuerte, para sentir que era capaz de decírselo. Y no pudo decir que no.

Pero ahora, no se sentía tan segura de que esa fuese la opción correcta. Miró de reojo a su madre y vio las lágrimas que pugnaban por salir de sus ojos. "Sé fuerte" Se dijo "Ella te necesita. Tú te necesitas". Sintió un leve empujón. Miró a su madre de nuevo y alcanzó a ver en la oscuridad que ella asentía. Era la señal. Iban a salir de las tinieblas.

Suspiró con la intención de que aquello le diera valor. Cerró sus manos en un puño, apretándolas fuertemente sintiendo que sus uñas se clavaban en las palmas. Mordió su labio inferior con fuerza para controlar un poco ese temor, ira, miedo y demás sentimientos mezclados en su garganta y que hacían un nudo que no la dejaba respirar.

Dio un paso adelante. Ahora la luz permitía que su cuerpo estuviese a la vista. A su lado, estaba su madre; y eso la tranquilizó un poco. Los ojos de su padre se dirigieron de la botella a los oscuros e intimidantes ojos de su esposa. Tragó saliva y bajó la mirada.


-Lara, cariño...

-No me llames así,  -replicó fría, pero sin perder la compostura- Ya no soy tu cariño. Ya no más.

-No me hagas esto...

-¿Que no te haga esto? -el tono frívolo y un poco cínico de Lara asustó a Alice- ¿Me lo dices tú a mí? Yo soy la que debería estar en esa posición, emborrachándome y llorando porque mi marido se acuesta con la puta de su secretaria desde hace un año, o quizás más.

Bloodstream - Ed SheeranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora