XVII. ¿Please, tell me why?

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Estábamos todos en la sala de espera. Papá y mamá se veían claramente nerviosos, aunque más papá. Tal vez temía que tuviese problemas como Spence. Idiota, esa clase de problemas no iban a ocurrir en el nuevo bebé. Mamá, por su parte, nos había dejado esperando tres meses más para saber si el bebé sería niño o niña. Ahora solo tocaba esperar a que la enfermera dijera "La señora Lara Woodgate" y todos nos apresuraríamos a entrar a la pequeña sala donde un médico le pondría un gel a mi madre en el útero y todos rezaríamos para que se dejara ver y así poder saber su sexo.


-¿La señora Lara Woodgate?


Tal y como predije, papá, mamá, Eileen y yo nos apresuramos a entrar. 


-Buenos días, señora Woodgate.

-Buenos días, doctor Brown -saludó al señor que probablemente tendría tres o cuatro años más que mi madre. 

-Por favor, recuéstate en esta camilla y póngase cómoda.

-Claro doctor.

-Enfermera -se dirigió a la chica que había a su lado- ¿Podría pasarme el gel y un par de guantes?

-Claro, doctor.


Mamá se subió al blusa mientras el doctor se colocaba los guantes. Empezó a aplicarle un gel asqueroso en su útero. Cuando estuvo bien esparcido, cogió una cosa extraña y la pasó suavemente por donde estaba esparcido el gel.


-Allí verán una imagen de su futuro miembro de la familia -señaló una especie de televisor, donde se veía una cosa blanca y negra- Miren, esa es su cabecita, esa de allí es su mano y el otro es su pierna. 


Sinceramente intentaba ver lo que él decía, pero sólo atinaba a ver la cabeza. 


-Díganos, doctor, ¿Qué es? -preguntó ansioso mi padre.

-Un varón -dijo riendo.


Todos nos quedamos pasmados por un segundo.  Papá abrazó a mamá, pero pude haber jurado que vi una pizca de arrepentimiento en sus ojos, y de dolor en los de ella.


-¿Así que tendré un hermanito? -preguntó Eileen.

-Si, querida -respondió mamá con los ojos llorosos.


El doctor Brown le pasó algo para limpiarse esa asquerosidad del vientre. 


-Muchas gracias, Duke -le dijo.

-De nada, Lara -le estrechó la mano, y susurró quedamente- Mantente fuerte.


Mamá asintió. Papá llegó al lado de ellos dos y estrechó su mano con la del doctor.


-Muchas gracias doctor.

-De nada, señor Wodgate. Es usted muy afortunado por tener esta familia, cuídelos.

-Claro que sí, doctor -dijo incómodo- Hasta luego.

-Hasta luego.

-Adiós, doctor Brown -se despidió mamá.

Bloodstream - Ed SheeranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora