VI. Hold on

299 34 9
                                    

-¡Oh, vamos! Sé que lo puedes hacer más rápido.

-No puegdo - dijo el chico con la boca llena de cerveza.

-¡BEBE! ¡BEBE! - gritamos todos a coro.

Reímos al ver que se había tomado la jarra entera de cerveza y la sostenía en alto victoriosamente. Encendí un cigarrillo y lo llevé a mi boca. Ese amargo y a la vez anhelado sabor a nicotina me tranquilizaba, al igual que la cerveza. Las cenizas caían al suelo, y a medida que se consumía imaginaba que igualmente eso pasaba con mi vida, poco a poco, como hacía con el cigarrillo, se iba consumiendo, lenta y dolorosamente. Aspire una, dos, tres veces sintiendo como el humo llenaba mi garganta y me obligaba a toser. Una lata de cerveza llegó a mis manos y sin más remordimientos la bebí. Tal vez por costumbre o por acallar las voces en mi cabeza. La música estaba con el volumen demasiado alto, pero podía oírlas con claridad.

"Nadie te quiere" "Eres tan solo un maldito estorbo" Basta, basta, por favor. Me tapé los oídos, pero seguían allí. "Todo el que se te acerca termina mal" Por favor, basta, creo que murmuré. "Tu vida es una mierda""Eres un maldito error"

No pude más. Me senté y lloré. Lloré como no lo había hecho hacía tiempo.

.

.

Una chica, sentada en el suelo de una esquina en un bar, con la cabeza enterrada en las manos y profiriendo apenas unos sollozos casi imperceptibles por el volumen de la música mientras todos los chicos a su alrededor ríen y bailan eufóricos, tal vez por la droga y la cerveza que acabaron de consumir, tal vez por esconder algo en su interior como aquella chica que, por más que lo oculte, está quebrada por dentro y por fuera.

.

.

"No puedes dejar que te vean así" pensé."Lo has guardado mucho tiempo, no te quiebres ahora" "Resiste"

Me levanté y sequé bruscamente las lágrimas con mi mano. Me di cuenta que no podía caminar en línea recta.

-Maldición - murmuré para mi. Solo habían sido tres cervezas,pero creo que en mi estado, fueron más que suficiente para que caminase mal.

Busqué las llaves de mi casa en mis bolsillos, pero solo encontré el celular. Las había dejado. No tenía idea de como entraría a mi casa, pero si tenia claro una cosa.

"Sé quien me va a ayudar"

.

.

-¿Aló?

-¿Ed?

-¿Alice? Pero que demonios...

-¿Podrías asomarte a la ventana un momento por favor? Los regaños me los das después.

-Espera un momento.

...

Fin de la llamada.


-¿Que haces aquí?

-¿Interrumpo algo?

-Por supuesto que no - me respondió desde el alféizar de la ventana - solo que... es raro verte aquí a estas horas.

-Solo vine para ver si querrías jugar conmigo - dije burlona.

-Okay, ya bajo.

Su cara desapareció de mi vista. A los pocos segundos se abrió la puerta principal y el rostro somnoliento del pelirrojo apareció primero, luego el resto de su cuerpo.

Bloodstream - Ed SheeranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora