Capítulo cinco.

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Louis rasco su estómago mientras observaba el refrigerador abierto. Un pedazo de queso cheddar, la mitad de una lata de frijoles refritos, unas espinacas sin lavar y tres diferentes tipos de manzanas... La señora Burden había dejado de poner platos para el en el refrigerador, probablemente esperando que él se valga por sí mismo ahora, y era tan difícil vivir sin cenas de microondas y comidas en restaurantes. Louis resoplo, tratando de calmar a su estómago hambriento. Cuatro horas más hasta la cena con los trabajadores. Tal vez habrá chili.

Pero estaba empezando a sentirse un poco enfermo de hambre, y el escondite de comida chatarra en la despensa de Harry - el escondite de comida chatarra de Niall, Louis se había dado cuenta con el tiempo - por fin se había acabado. Louis hizo una mueca mientras tomaba el queso, sus ojos distraídos por una vieja cicatriz en su muñeca. Una quemada, de una estufa eléctrica mal conectada en Rumania. ¿O Albania? Tal vez Long Praire. Toda su vida desarraigada parecía pasar por su cabeza mientras sacaba el pan y la mayonesa, resignado a preparar un sándwich de queso.

Facultad de derecho, recordó. Facultad de derecho, carrera, vida real. El rancho Solitaria Rose solo era un interludio, una rara distracción presidia por un aún más raro semidiós.

"Qué onda."

Louis levanto la mirada mientras untaba mayonesa en una rebanada de pan, y hablando del diablo.

"Harry," dijo, débil tono de sorpresa en su voz. Harry usualmente no venía a almorzar - tendía a hacer un sándwich en la mañana y llevarlo con él para comer en su camioneta o en el zacate con su caballo, con las manos sucias.

No se habían visto mucho por tres días - El sábado Louis había pasado el mayor tiempo en su habitación, recuperándose de la cruda y pretendiendo "hacer algo de trabajo." Realmente había sido Netflix y audífonos y una gran bolsa de pretzels con sal. El domingo fue a la ciudad para comprar más ropa, olvidando que muchos lugares estarían cerrados. La iglesia era algo aquí. La última vez que Louis había estado en una, había sido en Denver, y había sido un antro.

El lunes tuvo que trabajar de nuevo, esta vez enserio. Se las había arreglado para evitar a Harry, lo que significaba que también estaba ignorando su misión principal. Anne lo había llamado personalmente el lunes por la noche para ponerse al día. "Sin avance," él dijo, y no pudo decir nada más. Ella le dijo que siguiera así, siendo la encarnación física del trato multibillonario que estaba detrás de Harry. Tres segundos después de que hubiera colgado, Louis escucho el teléfono sonar a través del pasillo en la oficina de Harry. Una voz ligeramente elevada.

Ahora Harry había entrado a la cocina, mejillas asoleadas y sus manos en los bolsillos de su chaqueta Carhartt que Louis había usado. Sus botas eran pesadas, y miro a Louis con ojos cansados.

"¿Qué te trae a la casa?" Louis pregunto. "¿Necesitas un bocadillo? Hice un sándwich bastante asqueroso aquí; estaba pensando en agregarle unos fríos frijoles refritos." Sacudió su sándwich de queso en la cara de Harry. "Mmm."

Las cejas de Harry subieron y dejo escapar una risa sorprendida. "Tentador," dijo, frotándose su barbilla con su grande mano callosa. "Pero creo que voy a pasar." Había cansancio en su voz.

Louis mordía su labio inferior con los dientes y dejo caer la mirada. Tenía vértigo de nuevo - Harry era tan desorientador. Caliente, ranchero resistente durante la semana, pero en el bar de Liam había sido... la imagen apareció de nuevo en la mente de Louis. Había sido tan metrosexual, tan jodidamente femenino, sus caderas balanceándose. Y tan él.

Louis aun no podía creer que se había negado a ver esa parte de Harry primero. Se dio cuenta de lo hipócrita que había sido, apegándose a la heteronormatividad cuando él había sido el que le había asignado roles a las personas de derecha a izquierda.

Wild And Unruly (Larry Stylinson AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora