Cura mis heridas

Capítulo 3

Cuando mi madre dijo esto, yo sólo la mire.
Pero me sentí extraña, sentí que podía correr y darle la vuelta al mundo y no cansarme, de pronto me toque mis manos y estaban heladas, comencé a frotarlas, pero nada, no daba calor.

- Mamá....

Jessica: ¿si?

- ¿De que era tu sueño?
Mi madre me guío a la cocina y empezó a contarme.

Jessica: tu te habías metido a bañar, ya era noche así que me fui a dormir. Entonces escuche a alguien entrar a él cuarto, me fijé pero no había nadie. Cerré de nuevo los ojos y entonces escuche que alguien me decía al oído: "lo siento" y alguien me cortaba el cuello y después me desperté.

- ¿y porque me preguntaste que donde estaba?.- pregunte curiosa.

Jessica: porque cuando desperté no te encontré hasta cuando me hablaste.

No sabía que pensar, así que deje de preocuparme.
Mi mamá y yo empezamos a recoger y aproveche para ir al baño, entre y la tina estaba limpia, sin una gota de sangre.
Recogimos y todo fue normal, era hora de irnos a dormir así que fui a mi cuarto y me recoste.
No podía dormir así que fui con mi madre y ella ya estaba dormida.
Salí a caminar un rato llevando lo mismo de siempre, camine hacia dentro del bosque, más de lo que había ido nunca.
Mire mi reloj y ya eran las 5:30 así que decidí regresar.
Ya había caminado mucho y aún así no estaba cansada.
Seguí caminando pero oí algo.
Metí mi mano en mi bolsa por si llegaba a necesitar el cuchillo.

Xx: Hola.

Escuche que alguien hablaba pero no veía de donde venía, así que saque el cuchillo; apesar de oír que la voz era más pequeña que de un adulto, era la de un joven, pero aún no lograba verlo.

Xx: tranquila, baja el cuchillo.

Por supuesto que no lo baje y fue entonces cuando vi que detrás de un árbol salía poco a poco un joven de unos 15 años, pelo negro como la noche y ojos castaños claros, tenía unos pantalones de mezclilla y una camisa de cuadros.
Tenía el pelo muy bien peinado y tenía puestos unos tenis verdes.

- ¿Q-quien eres?.- dije tomando el cuchillo más fuerte y más alto, pues aquel chico se veía fuerte.

Xx: no voy a hacerte daño y temo que eso no te podrá servir conmigo.- dijo señalando el cuchillo con la mirada.- me llamó Diego.

Levante una seña, en señal de desconfianza pero guarde el cuchillo.
Me acerqué a el y le tendi mi mano.

-Gina.- el la tomo.

Diego: mucho gusto.

- ¿A que te referías que no serviría contigo?

Diego: no puedes matar a alguien muerto, ¿o si?.- dijo riendo, pero no le encontraba el motivo.

-¿que dijiste?.- lo mire extrañamente, pero yo lo veía normal, como una persona, este sujeto nadamas quería tomarme el pelo.

Diego: ¿Enserio te lo tengo que repetir?

- Estas loco.- me di la vuelta y seguí caminando.
Pensé que se había quedado así que me gire y vi que ya no estaba... Pero cuando mire hacia adelante estaba ahí, no estábamos a más de 15 centímetros juntos.

Diego: dame el cuchillo.

- ¿Qué?, porsupuesto que no.- dije en tono desafiante.

Pensé que protestaria, pero metió la mano en la bolsa y lo saco más rápido de lo que pensé.

Diego: si no me crees, te voy a mostrar.- tomo el cuchillo y lo levantó sobre su cabeza, tomándolo con las 2 manos.
Pensé que me haría daño, así que cerré mis ojos, pero no pasó nada.
Los abrí y el tenía el cuchillo clavado en el estómago.
No pude creerlo, estaba impactada, pero comencé a tener miedo, incluso al momento de tomar aire, sentí que no podía...
Me eche a correr sin dirección, con tal de alejarme de el.
Corrí por demasiado tiempo y luego porfin paré, intente respirar entrecortado, pero no estaba cansada.
Ya estaba demasiado asustada, así que respire y respire, pero no sentí ninguna presencia del aire
Me tomé el pulso de la mano y nada, ni un palpitar.
Me toque la garganta desesperadamente, pero tampoco.
Me tomé de la cabeza, con ganas de arrancarme todos los cabellos, uno por uno.
Tenía ganas de llorar, pero nada, golpee mi pierna en señal de soltar sólo una lagrima, sólo quería una pero nada.
Tomé una piedra grande y me golpee la rodilla, no sentía dolor, no le pasaba nada a mi pierna.
Me tire al suelo y grite lo más fuerte que pude, esperando que alguien me oyera, pero ni un alma se acerco... Al menos eso creía.

Xx: ¿Qué estas haciendo?
Levante la mirada y ahí estaba, Diego con el cuchillo en mano y sin una herida.
Me levante hecha una furia y corrí hacia el, me abalance encima de el, haciendo que este cayera y soltara el cuchillo.
Lo tóme de la camisa y empecé a azotarlo contra el suelo.

-Dime que está pasando!!!! DIME!!!!, o te juro que te mato!!!

Diego: uno, no puedes matarme y dos... Tú ya estás muerta...