Capítulo 11

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Era un sobre color blanco y decía escrito Bryan.
Lo abrí despacio intentando no hacer ruido pues era la última que quedaba despierta.
La hoja estaba perfectamente doblada y sólo había algo escrito en ella, no tenía un super poema.
Decia: "Te quiero..."
Se que pensarán que es muy poco pero para mi era demasiado y lo peor es que no sabía si yo también lo quería.
Sabía que si... Si lo quieres Gina! No seas estúpida!!.
Sólo no quiero querer a alguien, mi problema es que, me aferró mucho a la gente y cuando eso pasa no aguanto el dolor.
Guarde la carta, cerré el sobre y lo guarde en un cajón que tenía abajo de mi cama.
Me tape con mis cobijas y me quedé dormida.
Me desperté por un rayo de luz que estaba sobre mis ojos, me quite al instante por lo incómodo que sentía y me cambie de ropa.
Miré mi reloj que me había quitado y puesto sobre la mesita de noche.
Eran las 7:30.
Salí lista de mi habitación, dispuesta a hacer lo de la noche anterior pero noté que alguien ya no estaba en su cuarto.
La puerta de Diego y Bryan estaba cerrada pero la de mi madre no.
Abrí un poco más su puerta para ver que pasaba y la vi dormida aún, empereje la puerta y al ver hacia tras mío... estaba ahí, su horrible y molesta cara.

Marie: Hola Gina.- dijo con cara maliciosa pero inocente.

- qué quieres?.- dije molesta.

Marie: pasar a mi cuarto, con mi ma-má.- estúpida!!! Estaba que me salía fuego de las orejas así que me hice a un lado, saliendo de la casa sin mirar atrás.

Caminaba hacia la calle donde se encontraban las demás casas y vi una pequeña luz en una casa color Rosa con blanco.
Había sol, pero la gente seguía dormida y en sus casas. El lugar como estos es muy frío en las mañanas así que nadie sale de sus casas hasta las 9 o 10 de la mañana.
Camine hacia la casa atravesando la puerta, ya estaba más acostumbrada a mi nueva forma así que podía saber que estaba haciendo.
Subí las escaleras y vi todo normal, en una habitacion se encontraba un señor y su esposa, en otra se encontraba una niña de unos 6 años y en la última un joven de mi edad masomenos.
Baje de las escaleras dispuesta a irme y seguir revisando en otras casas.
Hasta que alguien comenzó a abrir la puerta, me hice a un lado para ver quien entraba, aparte de que para mi era molesto que otras cosas o personas te atravezaran.
Vi un hombre vestido completamente de negro y un un cuchillo de una mano y en la otra un seguro, me imagino que con ese abrió la puerta.
Miré a el sujeto se dirigía a la cocina, así que lo seguí, reviso todos los cajones y puertas.
No sabía que buscaba pero no creo que tuviera buenas intenciones, así que decidí actuar antes de que subiera a las habitaciones.
Saqué el cuchillo y me coloque a sus espaldas entertandoselo en su cuello de forma rápida.
El sólo soltó el cuchillo y se quedó inmóvil.
Calló en un segundo, no sin antes golpearse con la barra que había en la cocina.
El padre bajo rápido y seguido de este la madre con su hija detrás.
Unos segundos después bajo su hijo, miraron al hombre y lo que me sorprendió fue que en este si había herida y sangraba.
No sabía que hacer, ni si quiera podían verme o oírme así que salí de la casa caminando hacia el bosque.
Me preguntó porque ese hombre si sangraba y tenía su herida y la pequeña no...

Cura mis heridasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora