Capitulo 5

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Ella estaba sonriendo, no tenía una sonrisa cualquiera, era una llena de maldad y rencor.
La vi detenidamente y si, era ella, esa señora estaba en la casa que se quemó, a la que fui, la dueña del collar.

Xx: sólo vine por lo que me pertenece.- dijo acercándose poco a poco, lenta y cuidadosamente.

Jessica: ¿que quiere?.- la voz de mi madre era firme, ya no había temor y se había levantado de su asiento.

Xx: el collar, el que su hija se llevó.- dijo deteniéndose a sólo unos pasos de nosotros.

Jessica: ella no robó nada, ella lo compró.- se giró y me miro.- ¿verdad?.

- Lo siento, Mamá, su casa se quemó y fui a verla. Lo vi y recordé que querías uno igual...así que lo tome.
Mi madre me miro decepcionada y se sacó el collar que llevaba oculto en la camisa.

Jessica: tenga.- se lo tendió, pero reaccionó y lo volvió a sujetar contra ella.- espere... Usted nos mató no es así?!
Mi madre estallaba de la rabia, imagino que todos perderíamos sueños o cosas que queríamos hacer, y ya no las podría hacer ahora que estaba muerto, eso creo yo y eso pienso ahora. En mi caso, yo no tenía muchos amigos y la única familia que tenía era mi madre. Pensándolo bien, quizá está sea una segunda oportunidad para mí, y podía empezar con mi primer amigo, quizá pueda ser Diego y espero que lo sea.

Xx: esta en lo correcto.- dijo la señora tranquilamente.

Jessica: vallase.- dijo mi madre desanimada con la cabeza gacha.

Xx: ¿Qué?.- dijo confusa y extendiendo la mano para recuperar su pertenencia.

-Mamá...

Jessica: ¡Cállate!.- dijo hacia mi.- Y le dije que se fuera!!!, está es mi casa y no le daré ni una mierda!!! Largo de aquí!!

La señora se quedó estupefacta al ver la reacción de mi madre y se fue sin más. No pensé que podía, pero atravesó la puerta, aún así no le dimos importancia.

- Mamá... Yo... No, fue...- di un suspiro, sin saber que decir.
Mi madre me tomo mi cabeza entre sus manos frías sin calor, pero yo seguía sintiéndolo, el amor de mi madre.

Jessica: tranquila corazón, todo estará bien ahora.
Sonreí y la abrace y me respondió el abrazo, la solté y mire a Diego el seguía sentado y estaba sonriendo por la escena.
Decidimos sentarnos a charlar, para saber todo lo que éramos ahora.

Diego: bueno, primero que nada, ustedes no pueden ser lastimadas por nadie, pueden atravesar las cosa y así mismo ellas a ustedes. Pueden tocar y controlar las cosas de las 2 dimensiones, las de los vivos y muertos como normalmente lo hacen. Tienen más energía que antes, inagotable de hecho, pero también pueden dormir.
Los vivos no pueden vernos, sólo oirnos; pero hay personas que si pueden.

En ese momento recordé que tenía una amiga así, ella podía ver y hablar con los muertos, aveces cuando iba a su casa ella hablaba sola y me decía lo que platicaba con ellos.
Había espíritus malos y buenos, talvez pueda hablar con ella, pero no creo que sea lo mejor, podría decirle a alguien y talvez pueda venir gente a mi casa o hacer que otras personas vivan aqui, de hecho creo que nadie sabía de este lugar a excepción de Diego.

Diego: a la gente como nosotros se les distingue de los vivos por pequeñas o grandes heridas de muerte...

- ¿Qué?.- dije sin creerlo.
Depronto mire a mi madre y tenía la herida del cuello, no tenía sangre ni estaba abierta sólo estaba la marca que ya estaba cicatrizada.

- Ohhh.- dije mirándola todavía.- ¿se cicatrizan?.- dije hacía Diego.

Diego: si, mira.- se levantó un poco la playera dejando ver su abdomen, tenía 4 círculos pequeños y cicatrizados.

Jessica: ¿T-te dispararon?.- dijo mi madre poniendo atención a la imagen.
Me levante y camine hacia el cuarto de mi madre donde habia un espejo alto y amplio.
Me vi y sorprendentemente en el espejo había una silueta verde alrededor de mi, talvez porque ya estaba muerta.
Cuando morí llevaba una bata, pero me había cambiado, no sabía que se podía cambiar de ropa cuando estabas muerto.
Talvez por el control de toda la materia, pero me fijé que tenía una herida en vertical, en mi espalda y en mi estomago; estaba cicatrizado, imagine que era el cuchillo que sentí antes de morir...
Mi madre y Diego llegaron a la habitación donde estaba y me miraron.

Diego: te...

Jessica: ¿apuñalaron?...

Cura mis heridasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora