Trabajos, trabajos y más trabajos.
El primer semestre de nuestras clases está por terminar y lo único que los maestros saben hacer es darnos trabajos de investigación. Ninguno nos ha dado exámenes y estoy algo atrasado. Los últimos sucesos ocurridos no me han dejado pensar con claridad. Díganme ustedes, si vivieran lo que estoy pasando ahora lo primero que harían sería estudiar. Por suerte no he tenido malas calificaciones pero eso no significa que me deba descuidar.
Empiezo a creer que desde hoy en adelante todo empeorará.
-¿Dónde está Jake? -preguntó su hermano al ver que no estaba en su asiento. Le preocupó y a mí también. Sin embargo no sabía como responder, si de forma amable o no. Entiendo sus emociones y su necesidad de proteger a su hermano, pero eso no le da el derecho a decidir por su hermano a terminar algo que apenas empezaba. Nunca lo habría hecho.
Como sea. Un poco aburrido de los dramas le respondí. -No tengo idea. -y desde ahí no le hablé más. Aunque me preocupara Jake, ya no podía salir del salón, porque la maestra llegó hace pocos instantes. Traté de calmar mi mente, no pensar en lo ocurrido, pero era imposible. En realidad me preocupaba. Era como si sintiera que algo malo podría pasar, en cualquier momento. No conozco mucho a Grant, pero en estos momentos debe estar furioso, y quien sabe qué locuras esté dispuesto a hacer después de eso.
Inventé una escusa, eso es lo que hice. Le dije a la maestra que sentía un ligero dolor en el estomago y me dejó salir sin más explicaciones. No tuve ningún problema en escabullirme. A diferencia de la preparatoria, me puedo mezclar entre la gente aquí afuera. Anteriormente lo único que hacía era ir con cuidado entre salón y salón, porque no había nadie fuera de estos, todos en clases. En cambio aquí es diferente, debido a que todos los horarios son distintos. Algunos tienen clases más tarde, por lo que se quedan afuera disfrutando de los lindos espacios de la universidad. Comúnmente me lo paso en la biblioteca, pero eso no define mi preferencia. Hay muchos lugares bellos aquí, como los sectores verdes, rodeados de arboles, o las galerías que permiten darnos una vista de casi todo el lugar. Hay una terraza en uno de los edificios del área de literatura pero casi nadie lo ocupa. Es hermoso por su vista abierta que tiene hacia la ciudad y su diferente flora que hay allí arriba. Me gusta que este lugar no sea solo cemento y edificios, me gusta que este lugar tenga una buena abundancia de áreas verdes, lo hace parecer más ecológico, más sano.
La gente caminaba, y lo único que buscaba era una cabellera rubia, pero no había rastro de ello. Los rubios, mayoritariamente, son chicas. Pero encontrar un chico rubio es más difícil. Cuando veo uno me doy cuenta de que no es la persona que busco, y eso me hace pensar.
¿Dónde está?
Seriamente me estoy preocupando. No es común que se desaparezca así como así. Traté de llamarlo pero no contesta su teléfono. La única opción que tengo es buscar a Grant, al área deportiva. Tal vez así lo encuentre o tenga una pequeña ayuda.
El área deportiva no queda muy lejos. Solo unos pequeños metros. Nunca me había querido acercar demasiado. La gente de aquí me hace sentir débil, sobre todo los hombres. Casi todos los de esta área son musculosos o por lo menos de cuerpo marcado y de muy buena forma. Hasta las chicas son así. Nunca estudiaría para ser entrenador de academia, preparador físico o profesor de educación física. No es lo mío.
Me adentré al gimnasio, donde vi a Grant jugando un partido de baloncesto. Lo que menos quería era provocarlo, así que esperé a que el partido terminará, que no fue más allá de los cinco minutos.
Una vez terminaron, él notó mi presencia, por lo que se acercó con una gran sonrisa burlesca. Antes estaba llorando, casi destrozado, me sorprende que actué de esa manera, como si nada hubiera pasado. Me recuerda a Jake en la preparatoria. Frio, sin dejar que la gente viera lo que realmente hay en el interior. Una persona, igual a ellos, pero con un pasado distinto.
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Odio/Amor
Teen FictionCreí que enamorarse sería solo una experiencia más. Como un rayo en medio de una tormenta, tan repentino y tan natural. Me enamoré de alguien dispuesto a hacerme sufrir, a hacerme feliz, a hacerme querer y a hacerme odiar. El problema no fue el...