David:
Aprendí que hay muchas formas de ver la vida. Fui cerrado y excluido del mundo que creí que era malo, que no tenía nada más que ofrecerme además del sufrimiento. Me di cuenta que fui algo exagerado, pero qué podía hacer cuando todo iba costa abajo.
Me han enseñado tanto en tan poco tiempo. Le agradezco de corazón a todos los que alguna vez conocí, a todos los que me hicieron sentir especial y no fui capaz de darme cuenta de ello. Quien diría que tendría tanto por delante. Una familia a la que cuidar, una vida que cultivar.
Han sido meses totalmente nuevos. Me siento como si hubiera nacido de nuevo y como si alguien me hubiera dado otra oportunidad.
Pero ya, no quiero hablar de más. Mejor me concentro en lo que es importante.
Quiero salir, antes del gran día. Le pedí a Jake que me acompañara, no sin antes avisarle a mi madre. A pesar de todo sigo siendo una carga y no me mando solo, por lo más que quiera.
—Soy consciente de ello.—no prestaba atención, fue un pequeño vacío en mi cabeza. Salí sin haberme dado cuenta. No tengo tantas cosas en la cabeza, pero estoy distraído por algo pequeño. No debería darle tanta importancia.
—Ah.—respondí. Se dio cuenta. Lo sé
—¿Te preocupa tu madre?—hablamos de mi madre. No me sorprende. Es algo de lo que preocuparse, pero no para tanto. No lo sé aún.
—Solo quiero que sea feliz.
—Lo es.—lo dice con tanta seguridad que no se si creerle. Debería. Aún no sé. Es una seguridad que tendré que comprobarlo de alguna forma.
Está muy atareada últimamente, su nuevo trabajo en la veterinaria la tiene muerta, literalmente. Se levanta a las cinco y llega a casa normalmente a las seis de la tarde, y solo a descansar, por eso he tratado de ayudar a mi madre en las labores domésticas. Le hacen falta amigos, alguien con quien compartir, está todo el día en cama descansando. Más lo mío. No quiero que se preocupe por mí. Ya se ha preocupado demasiado.
—Dale tiempo.
—Estoy seguro que estará bien —quiero creer—. Ya pasó todo el drama entre nosotros. No hay nada de que preocuparse, al menos de nuestra parte.
—Lo sé. Pero, ¿No crees que es mucho?—quizá demasiado—. Trato de ayudarla en la casa, pero la veo tan exhausta que me preocupo más de la cuenta, quizá deba esperar un año más...—se detuvo en medo de la calle para mirarme a los ojos, era como si me regañara.
—¿Nunca haz pensado que lo hace por ti?—era como ver a mi padre. Recuerdo que una estupidez en la cocina, no hablaré del tema porque es vergonzoso. Esto me recuerdo a su mirada.
—Ah...
—Escucha—volvió a caminar. Me cogió de la mano—. Es difícil dirigir algo así, como su trabajo. Pero es lo que ama. Puede que no lo veas, pero cuando uno hace lo que ama podría aguantar hasta el fin del mundo—le creo—. Está recién comenzando, es normal que esté cansada. Ya verás como se acostumbra.—lo creo. Quizá no debería preocuparme tanto. Solo quiero que no sea una distracción, una razón para la cual aguantar tanto peso.
Al cabo de una rato volví a perderme.
—¿Ella está bien?
—Tenía pensado ir a visitarla —espero hablar de la misma persona. Estoy muy distraído—. ¿Cómo está Bruno?
—No he hablado con él desde que llegaron.
Helena llegó de sus vacaciones si mal no recuerdo hace tres días. Lamentablemente terminó con Bruno por una especie femenina que se interpuso en su relación. No malinterpreten, no hubo engaños, solo que mi amiga es algo celosa. Por lo que me contó aún hay contacto, solo que les hace falta un poco de confianza para arreglar el tema.
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Odio/Amor
Teen FictionCreí que enamorarse sería solo una experiencia más. Como un rayo en medio de una tormenta, tan repentino y tan natural. Me enamoré de alguien dispuesto a hacerme sufrir, a hacerme feliz, a hacerme querer y a hacerme odiar. El problema no fue el...