08.Las cosas no son siempre como desearías

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Donovan había estado de muy buen humor últimamente, todo, absolutamente todo mejoraba, ¿la razón?, había conocido a una persona que le fascinaba, "él" le parecía demasiado interesante, no podía decir que era amor porque para eso debía pasar tiempo, pero le atraía de una forma diferente a todos los demás, su forma de hablar, de sonreír, sus ojos color oliva, aquel cabello alborotado color avellana y su forma de ser, tan misterioso y divertido a la vez, el chico había terminado la noche escribiendo una canción para Gabriel, no se inmutaría en no cantársela, quería que supiera lo mucho que lo hacía sentir, no con la canción sino con los detalles que tenía con él aunque ello conllevara el tener que asimilar el echo de que podía rechazarlo, pero prefería eso a jamás ser escuchado. Grabó la canción y no solo eso, hizo un vídeo de él con su mejor amiga quien le ayudó en aquello, lo grabó en una memoria que llevaba en una pequeña caja color azul con una inscripción enfrente, "Para Gabriel de Donovan" y no solo eso, también llevaba consigo una dotación de golosinas de todos sabores, sí, amaba los dulces y esperaba que él también. Iba demasiado contento con aquello cuando de pronto se detuvo de la nada al ver una escena que para nada le agradó, el chico estaba abrazado de una rubia y no solo eso, era aquella chica, Stephanie, la chica que él había rechazado, sintió su corazón partirse en miles de pequeños pedazos y entonces lo supo, no debía hacerse ilusiones con alguien que de seguro ni siquiera le haría caso. Se dio la media vuelta y caminó hacia otro lugar, a las aulas.

Ese mismo día los citaron en el gimnasio para decirles que harían un viaje a París de excursión, genial, no quería ir y ahí estaba, había echo sus maletas y subido al avión, caminó hasta sentarse detrás de Gabriel y deslizó la pequeña caja por una mochila que el otro cargaba. Luego se puso los auriculares y esperó a que el tiempo pasara. Gabriel por otra parte veía a Stephanie con ternura, era una chica con problemas y quería ayudarla, la veía como una hermana, en ella veía reflejada a su pequeña hermanita y se había propuesto protegerla, después de escuchar sobre el viaje a Londres, Gabriel alistó sus maletas y subió al avión, esperaba ver a Donovan, ese chico lograba sacar su lado divertido de una u otra manera y se divertía estando con él, aunque en realidad no sabía por qué, al castaño le atraían las chicas, pero jamás podía mostrarse ante ellas como en verdad quería ser y con Donovan era diferente, se sentía confundido de alguna manera o quizás solo era el echo de que el chico le había confesado que era gay. Al subir al avión lo buscó, pero al no verlo se sentó al lado de una castaña, sacó su laptop y colocó sus audífonos para escuchar algo de música. Levantó la mochila la cual estaba a su costado y al abrirla se encontró con una pequeña cajita que para él era desconocida, al abrirla contenía golosinas y al leer la nota y saber quién la había dejado ahí, una sonrisa amplia se pintó en su rostro, sacó la memoria que igual estaba ahí y la puso en su lap, abrió el archivo y una canción comenzó a sonar, se quedó quieto escuchando con atención.

Donovan se sentía que todo se había ido por la borda, no tenía ánimos para nada, si hubiese sido su elección no iría a aquel viaje por nada del mundo, solo quería quedarse aislado de todo el mundo y no hablar con nadie, aquel chico divertido ahora parecía solo un zombie que caminaba porque su cuerpo se lo mandaba, no porque tuviera las energías para hacerlo. Y no solo eso, le temía a las alturas, estar en aquel avión lo hacía sentirse algo mareado y eso que aún no despegaban. Miró a una azafata y le habló

-Disculpe señorita, ¿podría levantarme?.-Ella negó diciéndole que estaban a punto de despegar, se aferró a los costados del asiento y cerró los ojos con cierto terror en su persona, Gabriel escuchó su voz y volteó hacia él, el asiento que estaba justo al lado de él estaba vacío así que se cambió de lugar

-Hola..oye Donovan, gracias por el vídeo, por la canción y por las golosinas, te luciste en todo, encerio gracias.-Sonrió de lado sin mirarlo

-Yo...solo déjalo..-Dijo con un gesto de querer morirse ahí mismo, quería sonreír pero sentía que sus entrañas se saldrían ahí mismo

-¿Te pasa algo?.-Preguntó el otro confundido

-Me estoy...con permiso..-Dijo levantándose de su asiento

Por otra parte todos los chicos de la academia habían abordado el avión, pues iban a ir a un viaje a París, un viaje para conocer aquel lugar, un nuevo chico se había integrado a los alumnos días antes de viajar, se encontraba en uno de los asientos ya que había abordado antes que todos al no conocer a nadie, él jamás había abordado a un avión ya que su padre no tenía dinero para tantos lujos, se sentó y abrochó su cinturón como lo indicaban, se acomodó la gorra y se recargó en el asiento cerrando los ojos esperando que el avión se elevara. Donovan por su parte había estado algo mareado desde que habían abordado, le tenía pavor a las alturas, por ello había salido disparado directo al baño una vez que estabilizaron el avión, luego de unos minutos salió algo mejor pero seguía con su peor cara de terror, caminó de regreso a su asiento pero en el camino el avión hizo un movimiento algo brusco y lo primero que pensó fue sentarse en un asiento que no era el suyo, uno vacío al lado del chico que se había integrado recientemente

-Santa madre, por favor no hagas que nos estrellemos en esta cosa, por lo que más quieras, si quieres te doy lo que quieras pero no nos mates por favor.-Dijo Donovan hablando demasiado rápido y cerrando los ojos con un rostro de terror

-Santo cielo, ¿quieres callarte?.-Dijo el otro abriendo solo uno de sus ojos y bufando para girar su rostro hacia la ventanilla

-Lo...lo siento yo..-Puso su cabeza en medio de sus piernas tratando de calmarse.-Vamos Donovan, cálmate hombre, ya pasará, solo serán un par de horas y además ¿qué probabilidad hay que este avión se estrelle?.-Decía en voz alta para sí mismo, lo hacía cuando estaba nervioso o en este caso cuando entraba en pánico

-¡Oye, cierra la maldita boca o lárgate del asiento!, caramba, es más probable que los autos choquen te lo aseguro

Se quedó callado, en otra ocasión lo hubiera golpeado pero estaba más que asustado, no quería volver a pararse del asiento de nuevo, el otro se levantó la gorra acomodando el pequeño fleco que tenía, Donovan levantó la vista y miró al chico, parpadeó un par de veces ante aquella imagen, él era idéntico a...

*Narra Donovan*

El chico era idéntico a él, no, no podía ser, mi hermano estaba muerto, debía ser una coincidencia ¿o no?, me le quedé mirando sorprendido ante el parecido sin decir nada pero el chico notó mi mirada y soltó un suspiro colocándose de nuevo la gorra

-¿Qué diablos miras?

-Nada es que...no, no es cierto, ¿cómo te llamas?

-No te interesa

-Oye, yo no te hice nada para que me trates de esa manera, así que vele bajando a tu tonito o ya verás..-Dije serio

-Y yo no te invité a que tomaras asiento aquí niño, si no te agrada puedes irte a sentar a donde tu madre..-Dijo él molesto y apreté mi mandibula con fuerza para luego levantarme, pero antes de irme lo miré

-Si te miraba era porque te pareces a mi hermano fallecido pero no, él no sería tan mierda como tú

-Tu hermano fallecido..-Murmuró.-Ojala y fuera él, solo para estar muerto

Había escuchado las palabras perfectamente, al llegar al lado de Gabriel de nuevo cerré los ojos con fuerza, las palabras de un extraño si que me dolían y no sabía la razón, como deseaba que mi hermano estuviera con vida, como lo necesitaba conmigo en ese momento

Un amor inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora