03.Una nueva oportunidad

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Resbalé pero sentí una mano detenerme con fuerza, miré hacia arriba topándome con la mirada de un chico que desconocía. Me ayudó a subir y ambos caímos al suelo de espaldas

-¿Qué ibas a hacer?

-Nada

-Aham, vale no importa, soy Alexander Lockwood.-Dijo el chico amablemente tendiéndome su mano la cual rechacé

-Donovan Mathers

-Bien Donovan, ¿eres de aquí del pueblo?

-Es algo que no te importa

Le dije y sin más salí del lugar, en el pasado jamás hubiera contestado de esa manera tan déspota y arrogante pero ahora era distinto, ¿por qué me había ayudado sin conocerme?, había echado a perder mis planes de suicidio, ahora tenía que idear otro plan. Fui a casa y pasé la tarde preguntándome ¿por qué no había visto a ese chico jamás?, parecía extraño, pero ¿qué mierda decía?, yo no era el más normal del mundo, en fin, pensando y pensando me quedé profundamente dormido.

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*Narrador Omnisciente*

Pasaron días y no volvió a ver al chico por aquel lugar y es que desde ese día iba con frecuencia al puente aquel, no para lanzarse sino para estar solo. Su aspecto había cambiado, ya no era tan solo un niñito que iba por ahí sonriéndole a todo mundo, era un adolescente deprimido, daba pena la verdad. Entonces comenzó a autolesionarse, el dolor físico calmaba el dolor emocional por lo menos un instante, cuando se sentía solo iba aquel lugar, tomaba unas píldoras de éxtasis, bebía y se cortaba, por un momento se sentía libre, sentía que el mundo le pertenecía y que los demás lo querían, porque eso era lo único que el chico quería, que lo aceptaran como era y que le dieran apoyo, aunque era absurdo pues cuando el efecto de aquello se iba se sentía peor, se sentía desfallecer.

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Luego un día algo inesperado sucedió, una castaña de hermosos ojos cafés apareció en su vida un año después del accidente. Era una noche de Mayo, ya tenía 16 años cuando decidió salir de su casa como todos los días lo hacía, fue a aquel puente y comenzó con su rutina, entonces esa chica apareció mirándolo ahí tirado mirando las estrellas

-Bonita noche ¿cierto?

-¿Quién eres y qué mierda quieres?

-Soy Isabella y quiero hacerte compañía, ¿no puedo?

-Lárgate

-Vaya modales los tuyos

-Que te jodan

Se levantó del lugar y luego ella lo detuvo estampando su espalda contra el frío metal del puente tras de él

-Maldita loca, suéltame

-No y ahora dejarás de ser tan patético y deprimente

-Eso a ti no te incumbe

-Oh te equivocas, me importa más de lo que crees, te he visto en el colegio y te comportas como un capullo

-Y tú como una perra

-Vaya insulto, peores cosas me han dicho

-Suéltame o voy a golpearte

-Hazlo no me importa

-¿Crees que no puedo?

-Eres un jodido homosexual, dudo que puedas hacerme algo

Entonces se enfadó y la apartó de un empujón, sentía la furia consumirlo

-Vaya que tienes agallas, vamos saca tu coraje

La interceptó y cayeron al suelo, de pronto de un movimiento lo inmovilizó quedando sobre su espalda y él de cara al suelo

-Suéltame

-Tienes demasiado coraje acumulado, ¿por qué tanto odio hacia el mundo?

-Cierra la boca

-¿Qué sucedió para que hagas esto?

-No te lo diré

-Es por tu hermano ¿cierto?

-Tú no sabes nada.-Sentía un nudo en la garganta y ganas de soltarse llorando

-Claro que lo sé, es de lo que todos hablan, Donovan Mathers, el chico que asesinó a su hermano en un accidente de auto

-Ya cállate

-Tú no tienes la culpa

-Si la tengo, él no debería de estar muerto, ese debí haber sido yo

-No

-¡Ya basta!

-Él murió pero no por eso tienes que terminar con tu vida de esta manera, piensa que él estaría orgulloso de verte salir adelante

-No tengo porqué hacerlo, no tengo nada

-¿Y tus padres?

-Me odian

-Pero tendrás amigos ¿no?

-No..todos me dieron la espalda, nadie quiere ser amigo del homosexual

-Yo sí

-No sabes lo que dices

-Claro que lo sé, quiero ser tu amiga y ayudarte

-¿Qué ganas con esto?

-Verte sonreír

-Eso suena patético

-Patético te ves tú dañándote a ti mismo

-¿Me sueltas?

-Vale

Y así estuvieron conversando toda la noche, resultó que la chica era hermana de aquel chico que lo salvó en aquel puente cuando resbaló, a veces las cosas pasan por algo, el chico llegó a su vida para salvarlo de la muerte y ella llegó para salvarlo de todo lo malo que estaba haciendo, ella se convirtió en su mejor amiga, nada sutil sino alguien que lo regañaba y lo golpeaba cada vez que hacía una estupidez, lo hizo ir a ver a un psicólogo y lo llevó a rehabilitación, sin contar que hizo que sus padres lo cambiaran de colegio para empezar de nuevo, no le dijo a nadie de su orientación sexual pues no quería de nuevo ser rechazado, aún tenía miedo de que lo trataran como su ex mejor amigo lo había echo, tenía miedo de que lo criticaran por lo que era. Al fin de todo no era tan malo el mundo, aun seguía brillando y su hermano estaba presente en su espíritu a su lado o al menos así quería creerlo.

Un amor inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora