Donovan fue llevado al quirófano, estaba perdiendo demasiada sangre, ahí en la oscuridad se aferraba a seguir con vida, no podía dejar a su chico y a su pequeño, Gabriel comenzó a desfallecer, sus fuerzas eran pocas y no le quedaba razón por vivir o eso era lo que su mente decía, las máquinas a las que estaba conectado comenzaron a sonar y una voz hermosa se escuchó en su mente
-Ya no habrá más dolor
El corazón de Donovan comenzó a latir de nuevo al darle electrochoques
-Es un milagro.-Dijo uno de los médicos que lo atendían
Donovan deseó estar cerca del chico, entonces una lágrima salió de sus ojos y se inundó en sus pensamientos, se vio parado a un lado de la camilla del chico, y así fue, era como si en el lugar hubiese una silueta que nadie pudiera ver, los médicos tratando de revivir a Gabriel y el chico parado a su lado observándolo
-Gabriel, amor, si me estás escuchando por favor no me dejes, yo solo fui un idiota, debí haberme quedado contigo y perdonarte, pero tuve miedo, miedo de quedarme y no ser lo suficiente para ti pensé que si me mantenía lejos de ti entonces simplemente podría aprender a vivir sin ti cuando ya no estuvieras pero ¿sabes algo?, no es así, no puedo vivir sin ti, estos días sin estar contigo han sido eternos y me duele no estar contigo, todo esto es solo mi culpa, solo quería cuidarte y terminé mandándote hasta aquí, no despiertes por mí, no lo hagas, hazlo por él, por el pequeño Noah, él te necesita fuerte, él..
**Narra Donovan**
La imagen se había esfumado, ya no estaba en aquel hospital, ahora estaba en la presencia de alguien más, alguien que resplandecía luz
-¿Dónde estoy?
-En el cielo, pero aún tu hora no ha llegado, debes volver
-¿Tú eres Dios?.-El hombre asintió.-Hay alguien, Gabriel, él...¿podrías ayudarlo?
-Sí, pero una vida deber ser pagada con otra
-Toma la mía, haz que se recupere, haz que pueda vivir y yo moriré en su lugar, pero por favor sálvalo
-Me alegra saber que aún existen almas tan puras como la tuya, tomaré tu vida por la de él
-Gracias
**Narrador Omnisciente**
Entonces los aparatos volvieron a sonar y el hombre aquel cumplió su promesa, regresaría a la vida a Gabriel, el chico daría su vida por su castaño, para aquel entonces ya le habían dado la noticia a los padres de Gabriel que había muerto, la sala de espera se inundó de llanto y tristeza, gritos de ambas madres por el dolor de perder a su hijo, pero lo más difícil era saber que había pasado lo que el chico más deseaba, morir. Cubrieron el cuerpo del chico con una sábana pero entonces él comenzó a toser, ya no era como antes, ya no había tanto dolor, era como un milagro
-Dios mío, es impresionante.-Murmuró un doctor mirando al chico y acercándose para revisarlo
-Donovan
-¿Qué?
-¡Donovan!.-Gritó el chico haciendo que se escuchara hasta donde estaba su familia, trató de levantarse pero no lo dejaron
-No puede irse aún, está débil
-Joder.-Bufó derramando un par de lágrimas, fue cuando su padre entró, al mirarlo lo abrazó fuerte sin hacer preguntas de lo que había pasado, ¿cómo era posible que su hijo estuviera vivo?, entonces el celular timbró y contestó
-¿Hola?
-¿Es usted familiar de Donovan Mathers?.-Preguntó una enfermera
-Soy el padre de su esposo, ahora se lo paso
-¿Diga?.-Respondió el castaño
-Donovan sufrió un grave accidente en su automóvil
-¿Cómo está?
-Lo siento muchacho, no pudimos hacer nada, él falleció.-El chico dejó caer el celular al piso y comenzó a gritar haciendo que eso provocara una crisis nerviosa
-¡No es verdad!.-Gritó y su padre lo miró, al verlo de aquella manera lo abrazó contra su pecho, después los médicos lo sacaron para sedar nuevamente al chico, pero él no se controlaba
-Porque haz dado tu vida por amor, tu vida será devuelta.-Una voz le dijo a Donovan y entonces comenzó a respirar de nuevo, se incorporó respirando agitado, sin importarle nada salió corriendo hacia afuera con la bata del hospital puesta, los médicos lo miraron sorprendidos y él fue directo a aquel cuarto, se detuvo en el marco de la puerta mirando al chico, luego se recargó cerrando sus ojos
-Gracias Dios mío
-No puede entrar aquí.-Le dijo un médico
-Tiene que reposar.-Le dijo otro sacándolo del cuarto
-No, suéltenme, ¡Gabriel!.-Gritó con fuerza tratando de que lo escuchara.-Gabriel, amor, solo déjenme ¡Joder!
-Déjenlo, está bien.-Dijo el padre de Gabriel sorprendido de verlo bien.-Ve con él, te necesita
-Gracias.-Dijo para luego entrar ahí, le habían puesto un sedante y comenzaba a sentirse cansado, se acercó abrazándolo.-Perdóname, perdóname por no buscarte, te amo ojitos, te amo y me alegra verte bien
-Jamás pensé que en el cielo hubiera tan hermosos ángeles.-Murmuró el ojiverde tras despertar
-Te amo
Esa tarde ambos se quedaron ahí, ambos habían cambiado su destino, habían cambiado las cosas debido a aquel gran amor que se tenían mutuamente, superando otro obstáculo en su camino, uno tan grande...la muerte.
-Si acepto
Habían dicho ambos jurándose estar juntos para siempre
-Hasta que la muerte los separe
Había dicho el sacerdote, pues ni aún la muerte había logrado separar a aquel par de chicos, era un milagro en toda la expresión de la palabra, la vida o mejor dicho Dios les había dado una segunda oportunidad para hacer de sus vidas una mejor, una donde ambos siguieran adelante juntos
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Un amor inesperado
RomanceHay veces que las personas no esperan el enamorarse, cuando ese amor es puro y verdadero llega sin esperarlo, sin querer nada a cambio más que la felicidad del otro, esto es lo que le pasó a Donovan Mathers al vivir una vida llena de dolor y cosas q...