23

319 20 0
                                    

Aaron se despidió de mi diciendo que pasaría ahí la noche. Él quería que solucionara las cosas pero yo no estaba segura de cómo podría hacer eso. Mis nervios aumentaron cuando logré dormir a Thomas y fue el momento de bajar a la sala, donde él me esperaba, donde Jacob estaba aguardando una explicación que yo no sabía si podría dar. Me sentí pequeña. Una simple niña que no podía hablar siquiera, y eso me aterró, porque sabía que Jacob merecía cada una de las explicaciones que pudiera pedir, pero, ¿qué tal si no había explicación?¿Qué pasaba si mi única respuesta lógica era "tenía miedo"? No sería justo. Él también había tenido miedo pero la que se fue fui yo, dejándolo solo con Thomas, sin dar señal alguna de vida.

Lo observé en silencio unos segundos y luego respiré profundamente.

-Jacob, perdoname. Estaba asustada. No sabía lo que hacía....- hablaba aceleradamente. Mis nervios eran visibles.

-Está todo bien, ¿si?-dijo y vi tristeza en sus ojos. Sentí que me desharía allí mismo mientras mis ojos se llenaban de lágrimas. Lo había lastimado demasiado. No pretendía hacerlo pero... lo había hecho. Se acercó a mi con suaves pasos y puso sus manos en mi cintura.- Ahora todo está bien.

Y ahí lo supe. Aaron había hablado con él, le había contado cosas.

-¿Qué te dijo Aaron?-pregunté en un susurro sin poder evitar que mi voz se quebrara.

-Me lo contó todo. Era algo que debía saber.-acarició mi mejilla con suavidad y fue incapaz de seguir conteniendo las lágrimas.-¿Cómo estás?

-Estoy bien, Jacob. Solo fue mala suerte.

-No. No lo fue. Sabes que no merecías eso.

-Olvidalo, Jacob.-pedí bajando la vista mientras su pulgar barría mis lágrimas.

-Siempre lo arruina. 

-Es mi mejor amigo.-murmuré.

-Ya no lo es.

-Él es quien es y no voy a cambiarlo, no puedo.-susurré y un sollozo escapó de mis labios provocando que Jacob me rodeara con sus brazos, pegándome a su pecho y dejándome llorar en este.

-No llores, preciosa. No quería hacerte llorar. Lo siento mucho, yo..

Pero su voz se apagó cuando un fuerte ruido llegó del piso superior. Corrió escaleras arriba y lo seguí sin esperar ni un solo segundo.

-No te enojes, papi.- oí decir a Thomas.- Lo hizo sin querer.

-Está bien.-suspiró.- Solo... Volvé a dormir.

-¿Qué pasó?-pregunté cuando él cerró la puerta.

-Nika.-suspiró y se encaminó a su habitación.- Se cayó de su cama.

Nika era la perra de Thomas. Dormía su lado todas las noches, él me lo había contado. También había dicho que a su papá no le gustaba que lo hiciera, aunque fuera muy pequeña.

Entré en la habitación y vi a Jacob con el rostro entre sus manos, sentado en la cama. Las movió  suavemente y vi las lágrimas que mojaban su rostro.

-¡Ay, no!-murmuré.- Genial. Yo y mi maldita manía de existir. No puedo creer que lo haya hecho otra vez. Está llorando y, ¿de quién es la culpa? Mía. Claro que es mía si lo único que se hacer arruinarle la vida a las personas, a mis padres, a Aaron, a mi tío, a Edward, a Lu, a Stefan, a Ryan, a Thomas y a Jacob también.¿Por qué no acaba todo de una maldita vez?¿Por qué....?- callé de golpe. Estaba hablando en voz alta. Miré a Jacob y respiré profundo.- Perdón, yo.... Pensé en voz alta. Perdón.- Mis ojos rebosaban de lágrimas y yo ya no sabía siquiera lo que estaba haciendo.- Escuchá, -quise parecer firme pero el temblor de mi voz me lo impidió.- lo siento. Lo siento muchísimo. No era mi intención que esto pasara. Jacob, yo no quería arruinar tu vida, no quería dejarte. Mirá lo que te hice, y a Thomas. ¿Quién me creo que soy? No tenía derecho alguno a hacerles todo esto. Oh, Dios, Jacob, realmente lo siento.- murmuré ya casi sin aliento.
Él acunó mi rostro entre sus manos y fijo sus ojos en los míos.
-Estás acá ahora. No arruinaste nada. Te amo. Seamos una familia. Hoy estoy feliz. Estoy feliz porque pasaron dos años y noventa y ocho días desde que te fuiste y no creí que fueras a volver. Y ahora estás acá y todo lo que sé es que te amo y que... Decime que vamos a intentarlo, por Thomas.
-Jacob...-susurré con un hilo de voz.- No solo volví por Thomas.
Él buscó alguna señal de que mentía pero no la encontró, porque no la había. No mentía. No era solo a Thomas a quien quería conmigo. Vi su sonrisa aparecer y el corazón se aceleró en mi pecho, porque lo amaba, porque siempre lo había amado y, por mas que durante los últimos dos años intentara convencerme de lo contrario, yo sabía cómo eran las cosas. No era mentira que me había sentido atraída por Edward, pero él no era Jacob, podría haberlo sido, pero iba a casarse con alguien mas.
Me estremecí al sentir los labios de Jacob sobre los míos. Le rodeé el cuello y dejé que me besara, tal como solo él sabía hacerlo. No quería separarme de él, y parecía que él tampoco.

Remember meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora