27

244 17 0
                                    

-¿Te voy a ver mañana?-pregunté antes de bajar del auto.

-Claro.-susurró pero yo sabía que él no me había oído y que no se encontraba allí, sino a miles de kilómetros de distancia pensando en Dios sabe qué.

Edward tocó la bocina al tiempo que yo cerraba la puerta y Jacob entraba en mi campo de visión. El joven de los rizos desapareció con rapidez por la calle y las manos de mi novio recorrieron mi rostro a la vez que temblaban. Lo miré, había terror en sus ojos mientras me examinaba con detenimiento.

-¿Estás bien?-preguntó al fin.- ¿Qué... qué pasó? ¿Te lastimaste?

Me dolió que lo preguntara mientras posaba su vista en mis muñecas pero supongo que fui yo quien generó esa desconfianza en él. 

-No, Jacob...-suspiré y él me miró fijamente.- Está todo bien, cielo. Perdón.

Él no perdió un solo segundo para estrecharme entre sus brazos y pegar sus labios a los míos. No se había comido mi cuento, claro que no, me conocía demasiado bien. Cuando se apartó, pude ver el rostro cargado de furia de mi primo, Aaron. Me solté del agarre de Jacob y caminé hacia el chico de los ojos azules.

-¡Jamás vuelvas a hacerlo!-gritó y respiré profundo. Estaba furioso conmigo y tenía sus motivos.- Me volví loco buscándote.-sus brazos me rodearon y hundió el rostro en mi pelo, dejando sus gritos de lado para susurrarme con suavidad.- Me asustaste.

-Perdón.-musité aferrándome a él.

Pasamos unos minutos llenos de preguntas que esquivé, antes de que regresaran a sus casas, no sin antes hacerme prometer que no volvería a escapar. Dormí a Thomas, quien no entendía nada y lo recosté en su cama, junto a Nika.

Al asomarme a la habitación que compartía con Jacob, lo encontré acostado en la cama. Suspiré y me recosté junto a él, dejando que me cubra con las sábanas y me rodee con un brazo, pegándome a él. Recorrí su pecho desnudo con la yema de mis dedos. Podía sentir su mirada insistente pero ya no podía mas con las preguntas. Solo quería que olvidaran el pequeño incidente.

¿Incidente? Si, un intento de suicidio es un incidente. Querer suicidarme por sentir que no encajo en la vida, es un incidente. Arruinar siempre las cosas, es un incidente. Quizás sea yo un incidente.

La luz de la luna entraba por la ventana e iluminaba el rostro de Jacob, quien permanecía sumido en sus pensamientos.

-¿En qué pensas?-pregunté sin detener el recorrido que mis dedos llevaban, subiendo ahora por su cuello.

-No lo sé.-murmuró y su vista se posó en mi. Su mano comenzó a deslizarse por mi pelo, con suavidad.- Me gustaría congelar el tiempo para así poder quedarme con vos. Quisiera entender qué es lo que está pasando y qué tengo que hacer para ayudarte. Me siento perdido, ¿sabes? No entiendo nada de lo que está pasando.

-Te lo resumo.-susurré y me apoyé en mi codo, dejando que mi mano repose en mu pecho desnudo.- Solo hice un par de estupideces demasiado juntas y demasiado estúpidas, dejándome llevar por instintos erróneos. No hay de que preocuparse.-sonreí fijando mis ojos en los suyos. Entonces estos se iluminaron y él sonrió.

-Volviste.- dijo sentándose en la cama con rapidez. Reí ante su entusiasmo.- Volvió la Clara de la que me enamoré perdidamente en la secundaria. -rió feliz.

-Lamento haberme ido.-dije haciéndole un mueca y él colocó sus manos en mis mejillas para luego posar sus labios sobre los míos y haciendo que ambos cayéramos sobre el colchón. 

Entonces lo supe, por una vez, había hecho algo completamente bien. Había formado una familia.

Remember meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora