Capítulo 3 -¿Quién eres tú?-

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-Todavía no sabemos su nombre.
+ Por lo que he averiguado, venía en el avión que se estrelló hace un mes.
- ¿Nada más? ¿Y su edad? ¿No hemos encontrado ningún contacto familiar?
+ No tenemos nada aquí, en el hospital de New York, su avión iba destino a Miami, había despegado tres horas antes del accidente.

Esas voces aturdian mi cabeza.
¿Un mes? ¿Avión estrellado? ¿New York?

Entonces recordé, las mudanzas, el viaje...mi madre, ¡oh dios santo! ¡¡MI MADRE!!

Rapidamente abrí los ojos y miré el lugar en el que me encontraba, todo era muy blanco y a la vez, me resultada muy deprimido...
-Estoy en un hospital, vaya, ¿hay algo peor que esto?

Nunca debí decir esa pregunta.
Una chica joven entró en mi habitación, supuse que debía ser una enfermera del hospital por su ropa y un cartelito que ponía su nombre.
-¡Alaa! ¡Has despertado muchachita!
Suspiré, no entendía nada.
- ¿Qué hago aquí?
- Oh...pobrecita, bueno lo primero dime tu nombre y algún número de un familiar para poder comunicar tu estado y donde te encuentras.
+ Bueno...me llamo Luna Martín, y yo viajaba con mi madre, seguramente tambien estará en el hospital..si pudieran comunicarme con ella..
- ¿Me puedes decir el nombre de tu madre?
Noté que algo no iba bien.
+Rosa María García Suárez.
La enfermera se quedó quieta y me miró, claramente algo no iba bien.
- Ah..oh... Cuánto lo siento pero...la paciente... - noto como le cuesta hablar- ... Tu madre falleció en aquel trágico accidente...tú eres una de las poco que sobrevivió, a pesar del estado en el que te encontrabas... -miro sus ojos, sé que le cuesta darme la noticia- lo siento mucho Luna.
Tras esto, se forma un silencio incómodo y la enfermera se va rápidamente, sabe que no estoy pasando por un buen momento.

Mi madre había fallecido, no puedo evitar oír una y otra vez "lo siento mucho Luna, lo siento...falleció". Noto como mis lágrimas comienzan a caer por mis pálidas mejillas. Sentía mucha impotencia y rabia, sobre todo rabia. Estaba sola en este mundo, mi madre era lo único que me quedaba. Me sentí culpable por no poder haber hecho nada y por seguir viva, sobre todo en estos momentos, en los que me encontraba tan sola. Bueno,  ahora solo éramos yo y el frío aire que me rodeaba.

.......

Tras haber asimilado lo ocurrido, varias sesiones con el psicólogo y el visto bueno del hospital, conseguí el alta y finalmente pude salir de ese lugar. Me sentía bien, pensaba que sería libre, pero a la vez estaba asustada por lo que me iba a encontrar. Yo, sola, sin nadie.

Para mi "suerte", mis pensamientos no tardaron mucho en desaparecer para convertirse en otros. Era menor de edad. Tenía dieciséis años y no tenía a ningún otro lugar que ir que no fuera un orfanato.
La verdad, no me parecía tan mal idea, solamente debía esperar un año y poco más. Además, esto me ayudaría para poder organizarme para el futuro.

Sin embargo, tampoco estaba muy bien encaminada, varias familias venían a visitarme, conocerme con el objetivo de poder formar una "familia" pero ninguna me adoptaba. Era una chica poco habladora, "vive en otro mundo" como solían decir ellos. Normal, he pasado por un accidente y he perdido a mi madre  ¿qué esperaban?

Pero se ve que el karma la tiene tomada conmigo, ya que al poco tiempo de mudarme al orfanato, apareció una mujer, que se quedó asombrada al verme y rapidamente movió papeles para poder adoptarme.

Al principio me pareció buena persona, pero...no solo el físico importa, ya que no siempre todo lo que reluce es oro.

Un amor de verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora