Un amor de verano.

Capítulo 8- Tranquilo muchachote-.

-Narra Manuel-

Estaba furioso, ¿cómo podía haberme tratado así?. Le había pedido perdón de la mejor manera posible y ella simplemente lo había rechazado. ¿Qué quería? ¿Qué le bajara las estrellas? Qué equivocada estaba.
-¡Ésta chica me està matando!- grité desesperado.

Decidí ir a mi casa y darme una ducha para ponerme relajarme. Al entrar, vi a mi hermano sentado en el sillón viciado, estaba jugando a la PlayStation 3.
Al lado tenía su móvil, donde se podía ver conversaciones con su novia sobre el juego que aparecía en la pantalla de la televisión.

-¡Hey bro! ¿Qué tal la conversación con Luna?- dijo todavía con la mirada en la tele.

-No preguntes, no tiene sentimientos- contesté subiendo las escaleras.

Entré en el baño y me dispuse a dar una ducha. Necesitaba relajarme.

-Narra Luna-

Me tiré en la cama y lloré, lloré hasta no poder más, había sido demasiada dura con él, pero yo no había sido la única, él también se había pasado.
Mi movíl empezó a vibrar.

Lo cogí y miré el mensaje.

Mensaje: Hey! Soy Jenny.
Luna: hola Jenny.
Jenny: Oye....Manuel me pidió tu dirección y bueno al principio me negué pero me cogió tu cuaderno.
Luna: ah si bueno, ya vino a verme.
Jenny: oh dios, y que paso?
Luna: sabes? Mañana te digo si eso, hoy no tengo ganas de hablar.

No miré el último mensaje que me mandó, simplemente apagué el movil y me fui a duchar.
Necesitaba relajarme.

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Al día siguiente me desperté por el sonido de unos golpes en mi puerta.
-¿Señorita Luna? Es tarde, ¡tiene que ir al instituto!- oía una pequeña voz que tocaba la puerta de manera apresurada una y otra vez. Me había quedado dormida.

-¡Ya voy! ¡Ya voy!- contesté.

Después de veinte minutos bajé las escaleras.
Llevaba puesto un pantalón vaquero y una de mis camisas preferidas, ponía smile, me había hecho una coleta y en mis brazos tenía una ligera rebeca.

Luego de desayunar, cogí mi mochila y salí caminando directa al instituto.
No me había despedido de mi madrastra, aunque tampoco tenía ganas de hacerlo.

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-Narra Jenny.-

Estaba buscando a Luna, ayer me había dejado con la intriga sobre lo que había pasado.
La divisé a lo lejos y levanté mi mano para que ella me viera, caminé directamente hacia ella y la abracé , algo me dijo que lo necesitaba. En el momento que fui a preguntarle que le pasaba ayer, el timbre sonó.
-Luna, ¿nos vemos después de que acaben las clases?- pregunté esperando una respuesta afirmativa.
-Claro-dijo sonriendo.
Entonces fue cuando pensé. Carlos es el hermano de Manuel, seguro que sabe algo.

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Narra luna.

Estaba en mi mundo mientras escuchaba a la profesora de biología explicando el temario. La verdad es que no tenía muchas ganas de estar aquí en estos momentos. El ring de la campana sonó, significaba que las clases habían acabado. Todos recojían sus cosas de manera apresurada y yo mientras, iba a mi ritmo.

Por los pasillos no me tropezé con nadie y tampoco escuché a los chicos diciéndome algo. Qué raro.
Al salir del reciento, intenté buscar a Jenny, pero no estaba, ¿Se habría olvidado de mí?.

Alguién me tocó el culo y me giré, con cara de asombro, a ver quién había sido el pervertido. Un chico de ojos azules y el pelo rubio me miró y con una de esas sonrisas de dientes muy blancos me preguntó.

-¿Quieres que te lleve a tu casa y de paso me invitas a tu cuarto y pasa lo que tenga que pasar?- dijo con un giño. No pude evitar poner mi mejor cara de asco, ¿en serio había dicho lo que yo creía?.

Fui a contestarle, cuando alguien por detrás mío se adelantó.

-Tranquilo muchachote, ya la llevo yo- me giré y cómo no, ahí estaba él. Menos mal.