Narra Manuel.
El horrible sonido del despertador acabó matando el silencio que había en mi habitación. Rápidamente lo apagué, ojalá no hubiera sonado, el sueño se apoderaba de mi.
Hoy era mi primer día de trabajo, y quería ser puntual, además mi jefa me mandaría la dirección dentro de una hora. Iba a remplazar a un jardinero que estaría de vacaciones durante tres meses, pero también trabajaría con el mantenimiento de la piscina y demás. Me dirigí a la ducha, quería ir presentable, me habían dicho que era un sitio importante.Después de estar preparado, bajé a desayunar, no sin antes darle los buenos días a mi madre y a mi hermano.
Más tarde salí de mi casa, y me monté t en el coche, al instante recibí la dirección.
"Calle San Jerónimo Número 58"
Espera, esta dirección me sonaba de algo. Al momento me acordé, ¡era la casa de Luna!.
Inmediatamente apareció una sonrisa en mi rostro.
Pasé por una floristería, y compré 20 rosas rojas, se las regalaría.Al llegar, toqué el timbre y esperé unos 5 minutos.
Me abrió la puerta una señorita que trabajaba en la casa.
-Perdone, soy Manuel, el chico que va a sustituir al jardinero por un tiempo- le dije.Rápidamente me dejó pasar, contestandome que la señora tardaría en atenderme, pues estaba ocupada.
No podía aguantar más sin verla, sin ver a mi Luna, por lo que subí las escaleras, y fuí a dar con la puerta de su habitación.
Entré silenciosamente, y la ví, estaba durmiendo, tenía la mayoría de las sabanas por el suelo, y la almohada mal colocada.
Coloqué las rosas en el escritorio y con cuidado me acerqué a ella. Tenía una piel muy suave, respiraba profundamente, parecía una bella durmiente. Tenía tantas ganas de besarla. Le soplé a la cara suavemente, a lo que ella correspondió arrugando la nariz. Volví a repetir la acción, esta vez con sus manos se tapó los ojos. Puse mi rostro más pegado al de ella, y le besé los dedos de la mano, noté como sonreía. Lo volví a hacer, y pude notar como apartaba las manos, y ví sus hermosos ojos, que me miraban extrañados.- ¿Qué haces aquí? ¿Cómo has entrado?- me dijo susurrando.
-Hey que a partir de hoy seré tu jardinero, señorita- le contesté.
-¿Eras tú el que me estaba..?-me preguntó
-Sí, eres hermosa cuando duermes, y ahora bajaré al salón a esperar a tu madre, te he traído un regalo- contesté señalando las rosas.Bajé las escaleras y ví a una señora alta, delgada, y con el ceño fruncido.
-Supongo que tú eres Manuel, un gusto conocerte- me dijo antes de que soltara una palabra- y ahora me dirás ¿qué buscabas allá arriba?- término por decirme seriamente
-Buscama el baño y lo he encontrado- contesté lo primero que se me ocurrió.
-Lo primero señorito, es que usted no tiene por qué subir allá arriba, lo segundo el baño de los empleados está abajo, y tercero bienvenido a el trabajo, espero que cumpla con sus obligaciones, y ahora me voy, que tengo cosas que hacer- dijo antes de salir por la puerta - Y Manuel, soy vieja pero no tonta, espero que entrar el cuarto de la Señorita Luna le haya servido de algo- dijo dejándome atónito con sus palabras.
¿Y ahora qué se supone que hago?
....Narra Luna.
¿Él estaba en mi casa? ¿Él estaba trabajando aquí? Oh Dios Santo, ésto no puede estar pasando.
-LUNAAAAAAAA- gritó la loca de mi mejor amiga
-Sh baja la voz, mi madrastra odia los gritos- contesté seriamente.
-Bueno vale no me comas, pero ¿sabes a quién acabo de ver limpiando la piscina? Si si si, a tu chico- dijo mientras me guiñaba un ojo una y otra vez. Cómo odiaba que pusiera esa cara.
-No es mi chico y sé que esta aquí, ha venido a mi cuarto hace nada y me ha despertado- contesté volviendo a recordar aquello
-Wo wo wo, ¿y a qué esperabas para contármelo, eh?- me dijo- pensaba que como estaba limpiando la piscina, podríamos ir a bañarnos, ya que estamos- sabía cual era sus intenciones.
-Vale, deja que me ponga el bikini, bajamos a desayunar y después nos vamos a la piscina-contesté animada.Después de desayunar, salimos al patio trasero, donde estaba la piscina. No veía a Manuel por ninguna parte, y quería saber dónde estaba. Mi madrastra me había dicho que salía con sus amigas, que vendría a la noche. En fin, típico de ella.
Después de media hora en la piscina, salí y me tumbé en la hamaca boca abajo. Sentí unas manos en mi espalda, supe que era él al instante.
-¿Qué haces Manuel? ¿Te recuerdo que soy la señorita y me tienes que hacer caso? - le dije en voz alta
-Pues yo pensaba que preferías que me quedara aquí contigo- me contestó.
-No, vete a limpiar - le dije, a ver si me dejaba ya.
Ya no notaba sus manos, pero al momento noté como alguien me levantaba en peso, quise quejarme pero fue demasiado tarde para mi, acabé en bomba en la piscina, seguidamente se tiró Manuel.
-No no no, ¡tú no puedes hacer esto! Además ahora no tienes ropa que ponerte -le grité
-Si tengo, estoy desnudo señorita- me contestó
-¡No me digas eso!- le dije apartandome de él.
-Que no boba, mira toca tengo los bóxers puestos-me dijo riéndose.
-Abii ayudame - grité pasando de Manu.
-Ay no amiga, en ese rollo te has metido tu solita, así que te las arreglas- me contestó riéndose. Le contesté con un resoplo.Noté mis pies hundirse, y acabé en el fondo, salí a la superficie rápidamente.
-Ya Manu, ya para en serio, no me seas malo tú también- le grité histérica.
-Vale vale ya pasó, venga, te llevo para afuera- me dijo agarrándome y soltándome en el borde de la piscina.
Se me quedó mirando un rato.
-¿Qué?- dije enfadada
-Te ves hermosa de esta manera- me contestó
Resoplé fuertemente, y me dirigí a mi cuarto.Al llegar cerré la puerta y no aguanté mas, solté una risa y en mi rostro se veía una sonrisa. Vale lo admito, puede que me guste un poquito pero eso, solo un poquito.
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Un amor de verano.
Teen FictionÉl era un chico más. Ella parecía diferente a las demás. Ambos eran distintos y a la vez tan iguales. Ambos estaban destinados a conocerse. Estar juntos, por lo menos un verano. Crear un amor de verano, ¿o tal vez no?.