Capítulo 17 -No dejes escapar tu felicidad-.

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Narra Manuel:

Mi mente no me dejaba tranquilo, no paraba de darle vueltas al tema una y otra vez, sacando conclusiones.
Quizás no actué de la mejor manera, me dejé llevar por mi gran orgullo y se que eso está mal, pero ¿qué podía hacer yo?
"Deberías enamorarla día día" me vino la idea la cabeza.

Unos golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos.
-Hijo, ¿puedo pasar?- tras de esto mi madre asomó la cabeza.
-Claro, eso ni se pregunta- contesté.

Tras varios pasos llegó a mi cama, se sentó a mi lado y luego de esto me acarició el pelo como ella siempre hacía.

-Mama, ya no soy un niño para estas cosas- le dije tras su acto de cariño.
-Para mí siempre lo serás, ahora hablemos, ¿que fue lo que antes? Carlos me ha contado un poco- le miré a los ojos, ella me sonrió- sabes que puedes contarmelo todo, soy tu madre, pero también soy tu amiga- me dijo a los ojos.

Empecé a contarle desde el principio, como la había conocido.
-Así que la besaste eh, no puedes hacer eso- me contestó riéndose tras contarle lo ocurrido en el parque.
-Y eso no es lo mejor, ¡luego de esto salió corriendo¡- le dije también yo riendo.
-¡Normal¡-.

Le seguí contando, sobre la noche que fui a disculparme y acabamos peor, cuando la fui a buscar al instituto, sobre la pulsera, y como acabé trabajando en su casa.

-Esta ayer también le hice una de mis trastadas, acabamos empapados porque la empujé conmigo a la piscina- le dije avergonzado.
-Vaya, si es que la pobre tiene hasta razones para no querer verte ni en pintura- dijo.
-No, en el fondo se que me quiere- miré al frente- algo me dice que es así.

Mi madre suspiró.
-Y tú también la quieres, supongo que es así- yo le afirmé- pues ¡entonces que haces aquí tirado!- le miré.
-Ella dijo su decisión, no quiero hacerle daño como paso con- no pude terminar la frase.
-No quiero que te atormentes con lo de aquella vez, sabes que no es tu culpa, y a pesar de todo no hubieras podido evitarlo- sé que tenía razón, pero me negaba.
-Si que podía, si no hubieramos discutido ella no habría tenido motivos para coger el coche, y ese accidente no estaría ahora mismo en mi cabeza una y otra vez- empecé a notar unas gotas bajar por mis mejillas, estaba empezando a llorar.
-Mi niño...- sé que no tenía palabras para consolarme.

La abracé, sé que para ella nunca tendría la culpa, pero sé que sí, siempre lo iba a ser.

-Así que por favor, no dejes escapar tu felicidad por un pasado malo, sé que Carlos se pasó al tocar este tema, pero sabes que te quiere y solo espera que te des cuenta de todo- me quitó las lágrimas que acababan de bajar- y sé que a pesar de todo, Sara siempre estará en tu corazón-.
-Te quiero, gracias por ser la mejor madre- le contesté abrazándola con fuerza.
-Y yo a ti, mi niño-.

Narra Luna.

-Tss ¿estás despierta?- desde muy temprano ya Abi estaba despierta.
-¿Tú que crees?- le contesté. Mi voz salió ronca, como todas las mañanas.
-¡Tú! ¡Qué has hecho con la voz de mi amiga!- de la nada una almohada se estampó en mi cara.
Me levanté de golpe y la miré con cara de pocos amigos.
-Estás muerta- empecé a correr detrás de ella, quien no paraba de reír.

Luego de haber dejado atrás ese tema, bajamos a desayunar. Ésta vez si que estaba mi madrastra, nos miró como quien no quiere la cosa.

-Buenos días- contestamos las dos.
-Buenos días y la próxima vez hagan menos ruido que no viven solas- su voz amarga, a la que ya estaba acostumbrada, sonó por toda la sala.
-Lo sentimos- como se nota que Abi la toma en serio.

Tras desayunar decidimos subir a hacer las tareas del viernes, ya que mañana tendríamos que ir a clases.

-Oye, ¿piensas hablar con Manu?- rodé los ojos, ¿para qué?.
-No, bueno no creo- le dije.

Empezaron a tocar la puerta, y después la cabeza de una empleada apareció.
-Señorita Luna, un muchacho, bueno el jardinero quiere hablar con usted, no sabía si dejarle subir- habló tímidamente.
-Primero que nada, no hace falta el "Señorita" , y deja que suba- le dije con una sonrisa, a lo que ella me contestó con otra.

Abi salió de mi habitación, y al rato entró Manu.
Le miré asombrada, debajo de sus ojos se encontraban unas ya notadas ojeras, signo de que no había dormido nada bien.

-Bueno, ya has entrado más a mi habitación que la señora de esta casa- dije para quitarle peso al asunto.
-Si bueno, que bien eso-se notaba su timidez, algo raro en él ya que no lo conocía así.
-Y ¿qué querías decirme?- él me miró.
-Lo siento por lo de hace dos días, me dejé llevar por mi orgullo y yo no soy así- Sé que lo decía con sinceridad.
-Está bien, te perdono- su asombro era enorme.

Se acercó a mi despacio.
-¿Así de fácil?- me dieron ganas de reír.
-Claro que no, te perdono, pero tendrás que hacer algo para perdonarte del todo- eso ya no le gustó.
Tras esto, nos quedamos mirando.
-Sé que en el fondo me quieres-me susurró
-En el fondo fondo- susurré yo también.
Juntó nuestros labios en un roce, y luego de esto salió.

Dejándome sorprendida, dejándome con ganas de más.

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⏰ Última actualización: Sep 27, 2020 ⏰

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