- ¡No falta mucho!- comentó Viridi, telepáticamente a Pit Oscuro.
Pit Oscuro había decidido viajar otra vez a la fuente del pasado para purificar el roble donde se encontraba el alma de Radyon. Al parecer, le habían echado una maldición, y el alma que se encontraba en su interior estaba atormentando a Pit, y por eso se comportaba de esa manera.
Pit Oscuro no veía monstruos ni súbditos del ejército de Hades a la vista, lo que le extrañaba.
-Diosa Viridi ¿Qué planea hacer con el agua de esa fuente?- preguntó Pit Oscuro, intentando desenvolver su mente.
- Es sencillo. El agua de esa fuente es capaz de devolver a su estado original todo aquello que ha sido dañado o destrozado. Antiguamente, ese agua se utilizaba para curar las enfermedades de las personas, siempre y cuando se utilizaran las medidas exactas. Ese roble se encuentra en un estado moribundo. Si no lo salvamos, el alma de su interior no tendrá un lugar al que regresar, y estará perturbando a Pit hasta el resto de sus días.
-¿Qué es lo que hacen las almas malditas?- preguntó Pit Oscuro, intentando entrelazar lo que estaba ocurriendo.
- Buena pregunta. Se dice que te perforan el alma, y se deshacen de tus recuerdos. Pueden llegar a matar a tus seres queridos. Al cabo de unos días, son capaces de controlarte a sus anchas. Son almas corrompidas por una maldición después de todo.
"Recuerdos" pensó Pit Oscuro.
-¿Eso significa que Pit está perdiendo la memoria?- preguntó Pit Oscuro, esperando escuchar la palabra que él esperaba.
- Ya te he dicho que sí ¿Qué estás tramando, Pit Oscuro?- preguntó Viridi, enfadada.
- Nada, es sólo que no le había escuchado diosa Viridi.
- Uhm... ¿Llevas el recipiente?- preguntó Viridi, cambiando de tema.
- Sí, lo llevo en el bolsillo- dijo Pit Oscuro, mientras metía su mano derecha en su bolsillo. De repente, sus dedos tocaron algo frío y duro. Recordó aquella esfera tan extraña que recogió en el jardín de Palutena, y decidió guardarse el tema. Cogió el recipiente de cristal que Viridi le había entregado, y se fijó en lo minúsculo que era. No medía más de tres centímetros, y era de tamaño ovalado.
-¿Con esto vamos a tener suficiente para salvar al roble?- preguntó algo extrañado Pit Oscuro.
- Más que suficiente- dijo convencida Viridi.
- ¿Y no sería posible revivir a la diosa Palutena con este agua?- preguntó Pit Oscuro.
- Luego haremos la prueba. Ahora cíñete a la misión- ordenó Viridi, sonriente.
Viridi había pensado en todo. Si Palutena era capaz de revivir, se quitaría un peso de encima.
A lo lejos, Pit Oscuro vislumbró la fuente del pasado. Tan bella y preciosa, pero mortífera y aterradora. Si se permanecía en su interior unos segundos, desaparecerías sin dejar rastro.
-Vas a tener que reponer el don del vuelo. Has estado volando ya durante cinco minutos- dijo Viridi, con voz firme- Si no, tus alas se chamuscarán como le ocurrió aquella vez a Pit.
- Entendido- dijo Pit Oscuro, aterrizando sobre el suelo de la fuente. Todo se encontraba muy tranquilo, sin rastro de ningún sirviente de la oscuridad.
Pit Oscuro andó con lentitud, arco en mano, por si le esperaba algún súbdito de Hades. Y así era.
- Hola, angelito negro. ¿Me esperabas?- dijo Pandora, unos metros delante de él, flotando en el aire. La última vez que Pit Oscuro estuvo en esa fuente, tuvo que enfrentarse a ella.
-¡Pit Oscuro, no debes dejar que te confunda!- le gritó Viridi.
Él asintió con la cabeza, y dirigió su mirada hacia Pandora.
-¿Qué es lo que quieres?- preguntó Pit Oscuro, dejándo a Pandora como a una molestia.
- Uuuh, qué rebelde. Eres un ángel con un poder increíble y un carácter digno de la oscuridad. Tienes aptitudes para ser uno de nosotros. ¿Para qué ayudar a ese otro ángel al que le están destrozando el alma?- preguntó Pandora, relamiéndose los labios.
- ¡¿Cómo es que sabes eso?!- gritó Pit Oscuro.
Pandora sabía algo, y se lo arrebataría por la fuerza si era necesario.
- Si te unes a nosotros, te lo contaré todo. Tú perteneces a la oscuridad desde el principio- dijo Pandora, al tiempo que alzaba su mano.
Pit Oscuro vió que en su brazo ya no tenía la herida de su último encuentro.
- Jamás me uniré a la Oscuridad. Yo sirvo a la diosa Viridi- dijo, mientras le señalaba con su puño cerrado.
- Es una pena. De verdad que me gustabas.
Pandora se abalanzó rápidamente sobre Pit Oscuro, y le agarró por los hombros.
"Adiós" le dijo Pandora en el oído, antes de asestarle una fuerte patada, que le envió directo al interior de la fuente. Pit Oscuro sintió el agua al instante, y cayó repentinamente insconciente. Descendió lentamente por la fuente, hasta alcanzar el fondo, a un metro por debajo de la superficie.
Era de noche, en un pequeño pueblo humano. Estaban en pleno invierno, y la nieve pintaba sus casas de blanco.
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Kid Icarus y el retorno de los Dioses.
Fanfiction¿Qué ocurrió tras la caída de Hades y la victoria de la luz? ¿La luz perdurará para siempre, o la oscuridad volverá a la carga? Dos ángeles, dos diosas, dispuestos a salvar al mundo de la oscuridad.