Palutena estaba al borde de su paciencia, y estar encerrada allí era un sufrimiento. De pronto, escuchó truenos, muy cerca de ella. Empezaron a llover una multitud de rayos, que cubrían todo el cielo. Grandes explosiones cruzaron veloces, e impactaron fuertemente contra el suelo. El campo que se encontraba a cien metros por debajo de ella, comenzó a arder. El sol desapareció tras unas nubes negras, y el mundo se vió oscuro y sombrío. Miró a su alrededor, y todo era oscuridad, sin un ápice de luz. Esperó unos minutos para que pasara la tormenta, pero no pasó. Al límite de sus pensamientos, decidió echarse una pequeña siesta, hasta que acabara el jaleo, y saliese el sol. A la hora siguiente, despertó, y abrió la puerta, pero lo que vislumbró no fue de su agrado. El mundo estaba teñido de un color marchito y tétrico. No se lo pudo creer. La oscuridad se había apoderado de la luz por completo. Cayó arrodillada al suelo, sin dar crédito a lo que veía. Una voz cruzó el espacio.
-¡Diosa Palutena!
Miró al lugar del que provenía, y vió a cierto ángel vestido de blanco, dirigirse hacia ella.
-¡Pit!- gritó ella, alegrada.
Estaba a salvo, y podía ver la habitación en la que estaba, lo que le sorprendió. Llevaba el Aetherion en las manos.
Sonrió aliviada, ya que al fin saldría de esa habitación, cuando de pronto, una lanza de unos cuatro centímetros de grosor descendió veloz del cielo, y atravesó a Pit por el pecho. A unos metros de la estancia, cayó en picado hacia el suelo.
Palutena se quedó con los ojos muy abiertos, sorprendida, sin decir ni pensar nada. Todo pasó muy rápido. Pit había venido a buscarle, y este tenía que ser su final.
Se llevó las manos a la cabeza, y comenzó a gritar, frustrada. Las lágrimas le inundaban sin dejarle articular palabra, y su voz ascendía progresivamente.
El cuerpo de Pit quedó en el fondo, inerte.
-¿Te lo pasas bien?- era Hades.
Palutena no podía soportar ese sentimiento de pérdida.
- Eres insoportable- dijo Palutena entre llantos y sollozos.
- Ahora a esperar al siguiente ángel que servirá a la diosa de la luz. Bueno... Eso si los humanos siguen vivos- rió al decir esto.
Palutena se levantó del suelo, de delante de la puerta, y se dirigió hacia él. Le dió de lleno en la cara con uno de sus tacones, con un movimiento circular, y luego le asestó un fuerte codazo. Su ira era incontrolable. Un aluvión de patadas y puñetazos impactaron contra Hades. La diosa de la luz no poseía ninguno de sus objetos divinos, pero era capaz de valerse por sí misma. Hades le agarró en medio de una patada por la pierna, y le lanzó contra el suelo, a unos pasos de él.
- No he venido para que me pegues- dijo Hades, mientras se hacía sonar los huesos del cuello- Disfruta de tu mundo, diosa de la luz.
Al decir esto, desapareció, mientras reía.
Palutena no podía controlar su ansiedad. Pit había muerto, y el mundo estaba teñido de oscuridad. Se aproximó como pudo a la puerta, y miró el paisaje. Nada volvería a ser como antes. Miró hacia el suelo. Sería una caída mortal y vertiginosa. Pensó en quedarse allí y pudrirse hasta el resto de sus días, o saltar y esperar su muerte a cien metros de altura. Nada le importaba ahora. Le habían arrebatado su templo, a su ángel, y sus objetos divinos.
Se lo pensó dos veces, y saltó.
Chocó contra algo, blando y suave, a pocos metros. Abrió los ojos, y miró a su alrededor. Se encontraba en el campo que veía abajo, pero más colorido y brillante. El sol brillaba en lo alto, y no parecía haber caído demasiado. Miró hacia detrás, y vio la estancia en la que le habían encerrado, a dos metros del suelo.
"¿Ha sido sólo una imaginación?" se preguntó ella. Buscó el cuerpo de Pit por allí cerca, y no lo encontró. La habitación en la que había estado, estaba manipulada y hechizada. Sonrió al pensar en aquello, y avanzó por el campo.Capítulo 3: Asedio (Pit)
"El Aetherion dice que para allá" pensó Pit, mientras miraba a la flecha que le indicaba la ubicación de algo. De pronto, la flecha comenzó a parpadear. A lo lejos vislumbró una figura femenina. Descendió al suelo, y miró bien. Era ella.
-¡Diosa Palutena!- gritó muy emocionado.
Ella se dió la vuelta, y le miró. Su rostro mostró felicidad.
Ambos corrieron al encuentro del otro. La felicidad que sentían era infinita. De pronto, el suelo comenzó a resquebrajarse de una manera exagerada, y ambos cayeron al suelo, ante las vibraciones. Alrededor de Pit, haciendo una forma circular, se comenzó a romper el suelo, que ascendió al cielo. Aquel fragmento de tierra empezó a subir a una altura impetuosa. Entonces apareció él.
-¿Como te lo estás pasando?- preguntó divertido Hades.
-¡Hades!- gritó Pit- ¡Devuélveme con la diosa Palutena!
- No puedo hacer eso- dijo Hades- Debo matarte antes.
-¡Como quieras!- gritó Pit, corriendo hacia él.
Hizo aparecer su arco dorado y azul, y lo transformó en un par de cuchillas, que dirigió hacia su brazo. Él paró las cuchillas con la dureza de su piel, y le asestó un puñetazo en el estómago. De pronto, a Pit le faltó el aire, y cayó al suelo.
- Ah, y dale esto a Palutena- dijo mientras le lanzaba su cetro- Quiero jugar un poco con todos vosotros.
Una flecha impactó en su cara, lo que le cegó unos instantes.
Eran Pit Oscuro y Palutena
-¡Pit Oscuro!¡Llévate a Pit de aquí!- ordenó ella.
Él asintió, y le agarró para llevárselo.
-¡No!¡Ahora que he encontrado a la diosa Palutena, no voy a volver a dejarle!- gritó Pit dolorido.
- Tenemos que irnos- dijo Pit Oscuro.
- Yo iré más tarde. Debo enseñarle modales a un dios- dijo Palutena, mientras agarraba su bastón.
Pit Oscuro asintió con la cabeza, y se llevó a Pit volando.
- Conque modales ¿Vas a enseñarme a tomar el té?- dijo chistoso.
- No- dijo ella- Voy a cerrarte la boca para siempre.Capítulo 3: Asedio (Pit Oscuro)
El campo de flores había sido destrozado, y en su lugar se podía ver tierra seca y mustia.
"¿En qué estará pensando Hades para hacer tal cosa" se preguntó, mientras miraba al campo flotante de tierra, en el que se encontraban Hades y Palutena.
- Pit Oscuro, déjame ir con ella- rogó Pit.
Le dejó en el suelo.
- ¡No, debemos volver al templo de Viridi!- ordenó.
-¿Y si le ocurre algo?- preguntó Pit.
-¿No confías en tu diosa?
- Claro que confío en ella pero...
- Pues deja entonces la palabrería. Debemos reclutar dioses. Una guerra se acerca.
-¿Una guerra?
-¡Exacto! Entre la luz y la oscuridad. Debemos reunir dioses de la luz para la batalla. Órdenes de Viridi.
Pit miró un momento al lugar en el que combatían en estos momentos ambos dioses.
- ¡Vale, vámonos!- dijo, con determinación.
Un portal les absorbió a los dos, de vuelta al templo de la naturaleza.- Uf, soy penoso- dijo Pit Oscuro.
-¡Pues sí! Menos mal que Ámbar andaba por allí- dijo Viridi.
- La próxima vez no se me va a escapar- dijo él, apretando el puño.
- Tengo que decirte algo.
- Soy todo oídos.
- Pronto va a haber una guerra. Una entre dioses de oscuridad y de luz, y necesito que hagáis algo Pit y tú.
-¿El qué, diosa Viridi?- preguntó él.
- Reclutar dioses. Necesitamos combatientes.
- Eso está hecho.
- Y ve a por Pit, que no va a querer separarse de Palutena, y solo será un estorbo ahí en medio.
- Lo que ordene, diosa Viridi.
Las alas empezaron a brillarle, y comenzó a volar, rumbo a la ubicación de Pit.Capítulo 3: Asedio (Fin)
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Kid Icarus y el retorno de los Dioses.
Fanfiction¿Qué ocurrió tras la caída de Hades y la victoria de la luz? ¿La luz perdurará para siempre, o la oscuridad volverá a la carga? Dos ángeles, dos diosas, dispuestos a salvar al mundo de la oscuridad.