La Otra Solace (Nico Di Angelo) [Cancelada]

Entre brujas y respuestas...

Por ahora, lo que menos creería que pasaría sería que mi día terminara como lo ha hecho.

Bueno empecemos por el hecho de que Nico me estaba cargando en su hombro, verdaderamente si me viera me creería un saco de papas, literal, pero el problema era que este saco de papas se dejo de mover

¿Por qué? Fácil, para poner resistencia, habia que tener un estado fisico, cosa que me faltaba.

No se hacia donde nos dirigíamos pero de un momento a otro Nico me bajo de su hombro y me dejo en el suelo. Se podría decir que fue delicado. Pero exactamente no fue asi.

Cuando casi me caigo terminé acorralada contra un árbol. Y sinceramente me di cuenta de que era el mismo árbol donde lo había visto otra vez.

Por unos momentos caí en cuenta de que estabamos en el bosque, mierda otra vez me vuelvo a perder.

Nico estaba enfrente mio, me miraba con furia, sus ojos tenian un brillo de locura y deseperacion, parecia aliviado, en verdad no se cuando aprendi a leer "ojo" pero que decirles, desde que me entere que era una semidiosa han pasado cosas muuy raras, que digo raras, rarísimas.

El chico que estaba enfrente de mi llamó mi atención.

-¿Donde mierda estabas?- preguntó mirandome algo desesperado.

-¿Disculpa?- el Nico de antes jamás me hubiera hablado de aquella manera, nunca.

-Lo que has escuchado, no tienes idea de lo que fue despertar y ver que no... que no- me miró herido- ¿donde mierda estabas?-

-Fui a dar una vuelta, no quería despertarte ni tampoco molestarte- dije gritando

-A dar una vuelta con el chico nuevo- gritó el mucho más fuerte

-No fue asi- me estaba exasperando- Me encontré con Anna y a Noah de camino- grité

-Claro deja solo al chico que te ha consolado y vete con lo primero que encuentres- puso sus brazos a mis costados y yo lo empuje.

-Esos chicos son las primeras personas que me han tratado bien desde que llegué- grité llena de ira, sentía el sudor caer por mi frente, no sabía si era yo pero hacia más calor que antes.

-¿Y yo? Por los dioses ___, te he consolado toda la noche, te he llevado a mi cabaña... ¿qué más quieres?- lo habia sacado de sus casillas.

-A Bianca, a ti, quiero que todo vuelva a ser como antes- hice una pausa, estaba por derrumbarme- quiero ser como antes- dije mientras salía corriendo de allí, no quería que él me viera llorar, no quería llorar.

Pude encontrar el camino hasta las cabaña y entré en la primera que divisé, no sabía porque pero me habia llamado la atención, la entrada era de una piedra extraña con distintos dibujos algo raros.

Parecía garabatos de niños de dos años, pero yo no podía opinar, gustos son gustos, y a mi me encantaba asi.

Miré hacia alrededor y sentí la presencia de alguien la cabaña, podía sentir sus energías vitales, estaban juntas. No entendía como sabía eso y asustaba.

-Se que están ahí, no hace falta esconderse- ninguno salió de su escondite, pero cierto gatito salió de debajo de la cama.

-Hey pequeñin- dije tomándolo en brazos, era completamente negro y bebe, me encantaba. Empecé a acariciarlo y ronroneo.

-Parece que le caes bien- una figura apareció de la nada y despues de un poco podía distinguirla mejor.

La chica era pelirroja, bastante mona, tenia pecas arriba de su piel algo bronceada, sus ojos eran de un color ambar, sinceramente la chica era bonita.