Capítulo 10

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EXPLICACIONES

      Daniel.

      No se lo que esta pasando, había perseguido a mis dos nuevos amigos como si fueran super villanos y yo un espía genial. No necesitaba ser inteligente para saber que Camille y Joe algo estaban tramando, y ese "algo" esta relacionado con Dafterd. Los chicos estaban realmente preocupados de que alguien les viera entrando al vagón abandonado, ni siquiera esperaban que yo los estuviera viendo unos cincuenta metros atrás, desde este punto podía ver los ojos azules de Camille, y su cabello ondulado moviéndose como comercial de shampoo. Joe como buen caballero entro primero, Camille le siguió y cuando estuvieron dentro cerraron la puerta.

     —Pillos..—dije en un tono picarón. Me acerqué escondiéndome entre las cosas que pudiera y cuando estuve relativamente cerca saque mis binoculares y comencé a observar el vagón.

     No despistaban ni un poquito, aunque no estuviera tan lejos ahora, podía escuchar esa música pegadiza de Fall Out Boy, como si tuvieran una fiesta ahí dentro podía ver sus sombras moviéndose alocadamente. Sí hacían tanto escándalo tal vez no les importaría que alguien les tocase la puerta para saber lo que esta pasando ahí dentro. Me acerque a la puerta y toqué tres veces, la música paro y podía escuchar su relajo de miedo.

      —¿Quien es?—"susurraba", podía estar en china y escucharlo de igual manera.

      —No lo sé tonto.. ¿Abrimos?—

      —Ya sabe que hay alguien dentro!—Y abrieron la puerta, podría apostar mil dolares a que no se esperaban que fuera yo. Camille abrió los ojos de sorpresa y me empujo hacía dentro, me tiro al suelo y puso su pie derecho sobre mí.

      —¿Qué demonios estas haciendo aquí?—Camille dejo la agresividad y me ayudo a pararme. Le sonreí nerviosamente y comencé a observar el vagón, parecía más hogareño dentro, parecía otro lugar completamente distinto a los fierros oxidados que hay afuera. Habían dos computadores, cajas con hojas, muchas hojas, como si de una oficina se tratara.

      —Los seguí—reí mientras me sacudía el polvo—. ¿Qué? ¿No querían que viera su ultra no tan secreto lugar para matar personas via internet?—Fui subiendo mi tono, asegurando que Joseph y Camille eran los que estaban dentro de Dafterd.

     —¿De que hablas?—preguntó Joe curioso.—Ahhh. ¿Piensas que nosotros somos los creadores de Dafterd?—empezó a reír, Camille le siguió y yo solo los miraba con cara de disgusto. Me había equivocado, sí, pero esto tiene que tener un motivo. ¿Quien montaría una oficina dentro de un vagón oxidado? —No viejo, verás. Odiamos Dafterd como el resto de la población y tal vez esto te suene estúpido y era una de las razones por las que no queríamos que lo supieras.. —Tomo aire—investigamos Dafterd.

     —¿Cómo? ¿Son... son... investigadores profesionales?—

      —Simples adolescentes como tú compañero..—Camille tomo una botella de agua y comenzó a beberla. 

      —Pues deberían ser más secretos y no poner música...—

      —Oh, no, no.. el idiota de Joe la puso por accidente cuando trataba de poner otro cd—dijo Camille.

      —¿CD? ¿Quien usa eso en el siglo veintiuno?—Les pregunte curioso mientras tomaba asiento y le quitaba la botella a Camille para beber yo. Había sido un espionaje cansado, hasta termine en el suelo con una dama amenazándome..

      —Lo usas si necesitas pruebas. Este CD contiene información valiosa acerca de Dafterd. Vienen muchas cosas extrañas que han sucedido alrededor del mundo y que se ha podido captar. Y en estos momentos, tendrás el privilegio de verlo—decía Joe con ese tono de Maestro. Estos chicos me agradaban, ni se porque pensé mal de ellos aunque con su misteriosa actitud no había otra cosa que pensar.

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