Final Alternativo

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A veces despertaba sudando, temiendo a perderla otra vez. Pero ahí estaba ella. Viva. Real. Fuerte.

Habían terminado la casa.
La misma casa que un día comenzaron a arreglar con excusas tontas para pasar más tiempo juntos. Pintura tras pintura, discusión tras discusión... la casa se convirtió en su refugio.

Ahora, las paredes estaban llenas de fotos de ellos. De risas, de peleas, de reconciliaciones. Afuera, un pequeño jardín que Cora cuidaba con devoción. A veces Rafe se sentaba en el porche solo para verla, sin decir nada, con una taza de café entre las manos, agradeciendo en silencio por cada día que seguía respirando con ella a su lado.

La familia de Rafe finalmente se había ido de Outer Banks.

Una tarde, mientras Rafe le ayudaba a Cora a subir una caja al altillo, ella resbaló un poco y él la atrapó de inmediato. Sus dedos rozaron la pierna de ella, y por un segundo, ambos se quedaron en silencio.

Las cicatrices seguían allí. Tres líneas marcadas como fuego eterno en su piel.

—A veces las odio —susurró ella, bajando la mirada.

Rafe tomó su pierna con suavidad, como si fuera de cristal. Besó una de las cicatrices con ternura.

—Y yo las amo —le dijo—. Porque me recuerdan que te quedaste. Que peleaste. Que no te fuiste.

Cora lo miró, con los ojos llenos de emoción.
—Me quedé por ti —susurró.

—Y yo vivo por ti —respondió él, acariciándole el rostro—. Siempre lo haré.

Esa noche, en la casa que ellos mismos construyeron, en la cama que una vez armaron entre risas, durmieron abrazados.

Ya no como enemigos, ya no como víctimas de una historia rota... sino como dos sobrevivientes que aprendieron que incluso entre los escombros, se puede construir algo hermoso.

Y mientras el viento movía las cortinas blancas y la luna iluminaba las cicatrices en la pierna de Cora, una cosa era segura:

Ellos no se salvaron del amor. El amor los salvó a ellos.

•••

Cora está descalza, con los pies sobre el regazo de Rafe, mientras él le pinta las uñas de los pies con cuidado.

Barry llega con una bolsa de cervezas y se acomoda sin pedir permiso en una de las sillas.

—Mira nomás... Rafe Cameron, el tipo más orgulloso de Outer Banks, pintando uñas con esmalte rosa pastel.— Barry se ríe mientras abre una cerveza.

—Porque me ama.— responde Cora , sonriendo.

—Y porque soy buenísimo en esto. Admítelo, Chinita.— responde Rafe sin dejar de pintar.

Barry dice alzando las cejas y girándose hacia Cora:
—¿Chinita? ¡Ese apodo es mío!

—Tú me lo pusiste primero, es verdad.—responde ella con gracia.

—Ajá. Ya empezamos. Siempre con sus apodos cursis. Te recuerdo que no eres su novio, Barry.— responde Rafe haciendo mala cara de broma.

—Tranquilo, Romeo. No seas celoso. Ya ganaste la batalla, ¿no? Aunque... no fue fácil.— rie Barry.

—A ver, cuenta. ¿Qué tanto hizo Rafe para conquistarme según tú?

—No empieces, Barry. En serio.— trata de detenerlo Rafe.

—Chinita, tú no sabes todo lo que este tipo lloriqueaba. "¿Crees que le gusto?", "¿Y si me odia?", "¿Y si me mete un golpe cuando le diga lo que siento?".

ENEMIES - Rafe Cameron Donde viven las historias. Descúbrelo ahora