Soul: La profecía

Capítulo 1: Agresiones.

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Me tiro sobre la mullida cama y miro el techo, pensativa. De un momento a otro, mis privilegios en este lugar han aumentado, pero solo porque la profecía se acerca. Zephyr quiere mi poder, pero necesita el libro de Kris para eso. Yo soy su fuente de poder y el mapa que lo guiará. Soy la clave de todo su plan.

Tomo el diario, recordando el tiempo que pasé leyéndolo para aprender, aunque jamás leí las partes que indicaban el camino hacia el libro. No tenía necesidad alguna de ir a un lugar así. Miro la ventana y veo que recién es el mediodía. Ver la luz del Sol me descoloca, pero no me importa. Después de tanto tiempo encerrada, me siento feliz de ver algo del mundo exterior. 

Dejo el diario sobre la cama y camino al balcón. Miro los bosques bajo los pies del monte. Aspiro el aire y puedo oler a la perfección el aroma salvaje del bosque y la naturaleza. Algo en mi interior se remueve levemente, pero toda esperanza de que haya sido mi loba desaparece cuando ella no responde. Me entristezco nuevamente y miro, sin ver realmente, el paisaje. Mi mente desvaría en recuerdos inconexos entre sí, como si estuviera revisando recuerdos sin buscar nada específicamente. 

Me pregunto que tan lejos estará la mansión del clan Sombra. Me pregunto como estarán los demás o si Louis ya ha crecido más. Ishadi y Hans deben estar jugando o practicando cacería, mientras que los adultos se dedican a trabajar o planificar la caza de esta noche. Probablemente todos estén disfrutando de un almuerzo en conjunto. Todos, excepto yo. 

Agito la cabeza, apartando esos pensamientos. No, ellos no me necesitan. No necesitan que los ponga en peligro. No vale la pena que tengan que arriesgarse por mí. 

Sin embargo, a pesar de todo lo que piense sobre que es mejor que yo esté aquí, no puedo evitar sentirme ... sola. Es una sensación contradictoria y no puedo pensar con claridad. Los únicos recuerdos que me quedan son el collar de Blake, el peluche de zorro que me han traído y mi vieja libreta de dibujos. Es todo lo que me queda de mi pasado, sin contar el cachorro con el que cargo. 

Ahora que lo pienso, me pregunto si Jade ya habrá tenido a su hijo. Probablemente. De seguro Tyler debe estar muy feliz por ellos. Lo único que espero es que no hayan nacido marcados, porque si así, tendrán que cargar con el mismo destino de muchos de los nuestros: una vida llena de obstáculos por los símbolos de nuestro pelaje. 

Suspiro y vuelvo a mi nueva habitación. Miro el diario sin mucho entusiasmo y al final tomo una decisión. Agarro el viejo libro, junto a mi libreta de dibujos, y salgo de la habitación. No voy a soportar estar encerrada más tiempo. Necesito caminar y no quedarme acostada en una cama lamentándome. 

Al salir de la habitación, termino en un pasillo clásico de templos antiguos de las películas de aventura. No obstante, se nota que lo han cuidado y limpiado. 

Comienzo a vagar por el pasillo hasta encontrarme con la primera puerta. La abro sin dudar y entro en un salón circular. Sus paredes están repletas del lenguaje que solo yo puedo entender. Apoyado en algunas paredes hay enormes estanterías de varios metros, aunque la mayor parte de ellas están vacías. En el centro del salón, hay varios sillones dispuestos sin un orden específico. Al parecer usan este lugar, ya que los sillones semi-hundidos  demuestran que alguien los ha usado, aunque supongo que ya se han ido, porque no hay nadie.

Me dedico a ver las viejas y mal cuidadas estanterías del salón. La madera está en su mayor parte podrida por el paso de los años, pero estoy segura de que si alguien se dedicara a restaurar este lugar, recuperaría su vieja gloria. 

Voy a un sillón después de un rato y comienzo a dibujar. Hace meses que no lo hacía, pero apenas mis dedos toman el lápiz grafito, siento esa vieja comodidad al expresarme que siempre me inspiro el dibujo. Comienzo a dibujar trazos sueltos, pero hay algo distinto. No puedo sentir esa misma felicidad al dibujar. No tengo una inspiración para dibujar algo alegre. Supongo que esa chispa también murió con lo que me hizo Blake.