Capítulo 2: Enigma.

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+P.O.V:SOUL+

Peleo contra Noah, mientras que él trata de dejarme en una camilla. Después de forcejear por varios y eternos minutos, logra depositarme en la cama, pero no sin antes atarme las manos y piernas con cintas de cuero. Miro de reojo cuando Noah se aleja un poco para buscar algo, y veo una mesa llena de frascos con líquidos extraños y jeringuillas listas para ser usadas. Eso logra asustarme más. él podría hacerme cualquier cosa aquí, a solas sin la mirada de Zephyr.

-Cálmate un momento. No voy a lastimarte.- Noah se acerca a mí con un objeto extraño en su mano, aunque no se ve peligroso. Lo coloca sobre mi vientre y conecta el objeto a una máquina. Eso inevitablemente me trae el recuerdo del desfribilador de aquel día. 

+Flashback+

Dolor... dolor... dolor... 

Es lo único que me despierta del trance en el que me he metido tras decir con mis labios "te odio" a Blake. La feroz corriente de energía aún continúa en mi pecho, extendiéndose a cada extremo de mi cuerpo. Cuando recupero lo poco de mis sentidos, escucho el pitido clásico de las máquinas que miden el pulso. Pronto reconozco que es mi propio pulso el que está sonando. 

Comienzo a escuchar voces de alivio, y pronto, una voz me llama por mi nombre, aunque no sabría decir quien es. 

-Soul...Soul... ¿estás bien? ¿puedes abrir los ojos?- ¿En verdad vale la pena algo así como seguir viviendo? Lo único que quiero es morirme aquí mismo, no quiero despertar en un mundo en el cual mi pareja me golpea y maltrata cada vez que no hago lo que me dice. 

Sin embargo, las voces insisten y al final no me queda más opción que abrir los ojos. Me duele todo el cuerpo por las heridas y el dolor dentro de mí es insoportable. No se cuanto pueda aguantar consciente después de todo esto. 

La luz me ciega por segundos y no puedo ver más que sombras difuminadas. Los ojos se me cubre de lágrimas al despertar otra vez en este horrible mundo. No quiero vivir más. No quiero respirar, quiero terminar con todo esto. 

-Hay que movernos ahora. Necesita tratamiento con urgencia.- Varias manos me mueven hasta quedar sentada, lo cual solo incrementa el dolor en mi interior. No opongo resistencia alguna cuando me sacan las mantas del cuerpo para revisar las heridas en mi espalda. Por suerte, alguien me cubre el pecho y mis partes íntimas como signo de dignidad. Además, me colocan algo parecido a un camisón para cubrirme el resto del cuerpo. 

Cuando tocan las heridas de mi espalda, dejo escapar un gemido adolorido. La mayoría de ellas aún están graves y sin sanar, debido a la conexión que perdí con mi loba. Sin ella, no puedo curarme con la misma rapidez. 

La mano comienza a colocar una crema en mis heridas y pronto el dolor se alivia de a poco. Mi vista va recuperando algo de su antigua utilidad y ahora puedo identificar a quienes me acompañan. Celestine está frente a mí, mirándome con ojos preocupados. 

-Soul... ¿Cómo te sientes?- La voz suave de Celestine suena apagada en mis oídos. Ya no se si puedo sentir algo más que temor y dolor. 

Abro la boca para hablar, pero entonces recuerdo todo lo que Blake me hizo y sollozo gimiendo. No puedo hablar, no mientras Blake no esté aquí. Eso fue lo que me dijo. Que no tenía permiso de hablar a menos de que él estuviera conmigo, a menos de que él me diera el permiso. No quiero que me vuelva a hacer daño, así que simplemente gimoteo. 

Celestine me abraza, pero yo solo lloro más mientras que la otra persona continúa curándome las heridas. Apuesto de que se trata de Maximus. 

Soul: La profecíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora