Capítulo 6. "Un nuevo susto"

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—Sueltame —intenté quitar sus manos de mis ojos.

—Deja de patalear como niña —murmuró con cautelo el susodicho.

—Es lo que soy, imbécil —espete y atrapé su dedo meñique con mis dientes, y como respuesta escuché un gruñido.

—¡¿Que mierda te sucede?! —gritó.

—Eso te pasa por estúpido —me levanté y traté de subirme a Harry pero al ya estar un metro arriba sentí unos brazos rodear mi cintura haciendo que cayéramos en el césped.

Miré a Connor que estaba a unos pocos centímetros de mi rostro.

—Oh, lo siento —esperen, escuché disculpas, pero no fue de Connor, lo empuje a un lado y miré a Alejandro—. No quise interrumpir.

Pude notar su incomodidad.

—Oh no no, tranquilo él y yo... —fui interrumpida.

—Estamos saliendo —Connor me entrelazó en sus brazos, de inmediato me solté.

—¡Sueltame Connor! —grité— Ale, él es solo mi huésped. —miré a el chico a mi lado y lo fulmine con la mirada.

—Hem, bueno ya debo irme —dijo Alejandro, y sin darme cuenta ya se alejaba, miré a Connor.

—No se que rayos te pasa, fenómeno del mundo —caminé enojada hacia la salida del parque.

—¿Quién era ese? —se encaminó a mi lado.

—No es de tu maldita incumbencia —caminé hacia la calle para cruzar e ir a mi auto.

—Pues deberías de buscarte un novio que no se parezca a Sherk —aceleré el paso para no tener que escuchar a el idiota de Connor—, aunque pensándolo bien, esta muy bueno para ti, eres mas fea que Fiona.

—Callate Connor —me detuve.

—¡Cuidado April! —fue lo último que escuché cuando sentí como caía en la acera de la calle, mientras escuchaba el freno de un auto, tenía mis ojos cerrados y no quería abrirlos, sentí una respiración un poco cerca de mi cuello. Abrí mis ojos poco a poco y vi unos lindos ojos color claro, su nariz un poco perfilada pero redonda, sus labios carnosos y color rosa.

—¿Te gusta lo que ves? —cuestionó y alzó una de sus cejas con cara de pervertido, como pude, me levanté.

—Idiota —murmuré para mis adentros, pero por lo visto, escuchó.

—Deberías agradecerme por salvarte la vida —me miró mal.

—Gracias —puse los ojos en blanco y me di vuelta para dirigirme a mi auto.

—Oh no no April —se situó a mi lado— esto, esto te costará y mucho —finalizó para dirigirse a su camaro.

¿A que se refería con que esto me costaría mucho?, la duda estaba atormentado a Marie —mi subconsciencia. No sabía que pensar, que imaginar, Connor es un chico muy listo, y es el más temeroso de Sant Patrick, y ¿si me humillaba en frente de todo el instituto?, ¿Si me acusaba con mamá?, ¿por qué?, no lo sé.

Miles de preguntas pasaban y cada una de ellas me golpeaba la sien lo que provocaba dolor de cabeza, no quería llegar a casa y tener que mirarlo como si nada, y tal vez sea algo absurdo pero soy muy miedosa, le temo a la oscuridad, a las arañas, cucarachas, a los hombres viejos y feos que te miran mal, al no ver que no hay nutella en casa, le temo a los autobuses escolares, entre muchas cosas más, y Connor no era una excepción.

Desde pequeña siempre he odiado el amor, puesto que solo es de fantasía. La dura verdad es qué; el amor es una mierda, todos creen en ello, y se sienten felices al momento. Luego que pasa el tiempo y todo se acaba, viene el sufrimiento. Se los digo por experiencia propia, creo que por esto mismo, odio a los chicos y más si eran como Connor.

"Intercambiando diferencias"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora