Sentía que si seguía en casa, no iba a estar tranquila con Connor, ¿o sea en serio que le pasa?, tomar mi celular y entrar a mi WhatsApp y poner su foto... es tan... asgh... me cae mal.
Salí de mi habitación vestida con ropa deportiva y con mi celular ya que no podía salir de casa en el auto, porque papá había salido, bajé para dirigirme a la puerta principal cuando escuché a alguien carraspear.
—¿A dónde piensas ir?
—No es tu problema Connor —salí de casa.
—¿Primero no tienes que pedirle permiso a la señora Anna? —salió para cruzarse de brazos.
—No tengo 10 años —suspiré frustrada y lo miré.
—Ah, sí, tienes razón, aunque lo aparentas —me supervisó con la mirada de pies a cabeza—, pareces tabla de surf —sonrió y negué levemente.
—No es cierto —y era cierto, claro no tenía el mejor cuerpo, ni siquiera como Jennifer Lopez pero si tenía lo mío. Enojada me di vuelta y empecé a caminar rápido y para no escuchar a Connor me puse los audífonos.
Después de haber caminado unos 20 minutos llegué a mi parque favorito, tenía mucho espacio, habían personas jugando con sus mascotas, personas leyendo libros en los pequeños bancos cerca el lago que a pesar que no era muy grande, era bastante lindo y acogedor.
Me dirigí a mi lugar favorito, el mini bosque, habían árboles antiguos, pero hermosos, diría que ya tendrían mas de 100 años y medían unos 10 o hasta 30 metros, en la parte baja todo estaba cubierto de césped, me senté debajo de Harry (así le llamaba al árbol en el que siempre me sentaba) me recoste y miré los demás árboles mirntras escuchaba el cantar de los pájaros. Cerré mis ojos y empezaba a disfrutar del silencio.
Sin darme cuenta me había dormido, me desperté al sentir un pequeño peso en mi pecho y algo húmedo pasar por mi rostro. Poco a poco abrí los ojos y al ver lo que era me sobre salté en el césped.
—Oh, lo siento... en serio —dijo disculpándose y agarrando al pequeño cachorro que hace unos segundos había brincado en mi pecho. Me senté y sacudí un poco mi atuendo.
—Tranquilo, no te preocupes —dije con timidez. Lo miré y mis ojos aun adormilados, se abrieron ¿como no pude detallarlo antes?, tenía ojos color almendras, cabello rubio mediano, su cuerpo no estaba mal, se notaba que hacía ejercicios y diría que unos 8 cm mas alto que yo.
—¿Te ayudo a levantar? —preguntó haciéndome salir del trance en que me encontraba. Asentí, seguido estiró su mano y la estreché con ella y me levanté.
—Me llamo Alejandro, Alejandro Prior —sonreí.
—Mucho gusto, Alejandro —enmarqué su nombre y reí— me llamo April Tyler —una sonrisa salió de sus labios, tenía una sonrisa linda, esquivé todo pensamiento.
—El gusto es mío —sonreí y sin darme cuenta aún nuestras manos se encontraban unidas, sin más me solté de su agarre y pude sentir como mis mejillas ardían.
—Que lindo —desvíe mi mirada hacia el pequeño cachorro que tenía en uno de sus brazos.
—Linda —confirmó y sonreí—, se llama Nicole y como ves, es una chihuahua muy traviesa —negué lentamente evitando sonreír. El silencio incómodo se estaba presentando.
—Bueno, creo que es hora de irme —dije haciendo pucheros.
—¿Tan pronto?
—Sí, ya es un poco tarde —empecé a caminar.
—Bueno esta bien, ¿cuándo volveré a verte? —preguntó.
—No lo sé, vengo de vez en cuando por acá —caminé y respondí sin mirarlo.
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"Intercambiando diferencias"
Roman pour AdolescentsTodos tenemos grandes diferencias, grandes pasados, grandes secretos y aunque la vida se trata de sanar y seguir; el destino se encarga de hacerte una nueva jugada. April Tyler, un pasado, un viejo amor, un nuevo comienzo. Connor Rowling, una person...