Capítulo 7. "Alejandro Prior"

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Me desperté, al escuchar un ensordecedor ruido, me levanté y me trasladé al pequeño cuarto de baño, me di una ducha rápida y me vestí con un jeans ajustado, una camisa blanca, un cardígan jaspeado gris, coloque mis sandalias a juego, me peine y dejé mi cabello de lado, caído junto con una trenza francesa.

Bajé y me dirigí a la cocina donde se encontraba mi madre charlando con la señora Emma, les di un cordial saludo acompañado de unos "Buenos días" y aferré una manzana en mi mano y salí.

Hoy tendría que pasar buscando a Chloe, ya que sus padres no se encontraban en la ciudad y su apreciado pretendiente no podía acudir a llevarla a sus clases diarias.

—Hola guapa —saludó muy alegre durante el transcurso que se subía al auto.

—Siemore estoy hermosa —le guiñe un ojo.

—Sí, claro. Acelera que ya no tenemos tiempo para llegar al instituto.

Mientras permanecíamos en la vía para así llegar a clases, Chloe mencionó un par de cuentos los cuales me hicieron reír.

—Vale, hablamos en el receso de merienda —se despidió para alejarse por el pasillo, puesto que le correspondía ver química, en cambio a mí, me tocaba Arte, ¡genial! Esta clase la comparto con Connor. Estaba tan feliz porque hoy no lo había observado en toda la mañana.

Al llegar al aula indicada, caminé hasta el final del salón y tomé asiento. Unos minutos después, entró Connor y seguido la profesora.

—Señorita la solicitan en la oficina del director —informó una pelirroja, refiriéndose a la profesora. Para luego desaparecer ambas.

Noté una maliciosa y desapercibida sonrisa, no pude evitar sentir temor.

"Oh no no April, esto te costará y mucho"

Recordé las palabras absorbidas por mí, ayer después del pequeño incidente. El dolor en la sien me volvía a perturbar, ¿qué es lo que sucedía? No tenía idea.

Me había vuelto tan sensible desde aquella vez, y odiaba ello, odiaba no poder pensar con claridad, odiaba no poder temer porque el dolor en mi sien se hacía más fuerte.

Solo ignoralo.

Bajé la mirada, y me concentre en finalizar el dibujo que había realizado anoche en mi habitación, era un Minions como los amaba.

—Miren que nerd, haciendo dibujos de primaria —elevó mi libreta al aire, mientras escuchaba algunos murmullos y risas por parte de mis compañeros de clases.

—Regresame la... libreta —me levanté.

—¿Que harás si no te la doy?

—Te...

—Ni siquiera puedes hablar, ¿a quién le temes?, ¿a todos ellos?

Y tenia razón en ello, me considero una persona muy timida, y nerviosa, pero al momento de tener confianza, ya todo es diferente. Como pude me estire para tomar mi libreta, pero era algo muy complicado. Connor medía mucho más que yo.

—¿Sabes lo que haré con tu torpe dibujo? —arrancó la hoja.

Mierda, y más mierda.

—Ya Connor... de... devuelvelo —-supliqué con la mirada, pero ya era tarde. El chico ya había destrozado mi obra. Sentía impotencia, agarré mis pertenencias y desaparecí del salón de clases.

"Intercambiando diferencias"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora