Capítulo 12:

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Pasé todo el día en casa, pensando en que pasaría si a sus padres no les agradara que estuvieramos juntas. Lo único que tenía claro es que no dejaría escapar a Lisa nunca. Yo la quería, muchísimo. Fue ella quién me sacó de mis problemas, fue ella quién alegró mis días. No podía dejarla ir.

A la mañana siguiente me desperté dos horas antes de la hora que me dijo Lisa por mensaje que sería la comida antes de irme a dormir. Hice mi cama, recogí mi cuarto y me fui a la ducha. Durante la ducha tarareaba algunas canciones de ella y sus hermanas, como I Got You o Move On. Recordé que hacía un día que no la veía. Ya la echaba de menos.

Salí de la ducha y fui a escoger mi ropa: unos jeans negros rajados por las rodillas, una camiseta blanca que ponía "Sorry, I'm not perfect", unas deportivas blancas y negras, una camisa de cuadros grises, negros y blancos por encima de la camiseta y una gorra negra hacia atrás. Nunca podía faltar. Cogí mi iPhone y avisé a Lisa de que ya iba:

-Ya voy, vecina *emoji de carita sonriente*.
Escribiendo...
-Vale, pequeña. Espero que todo salga bien. Mis padres están extrañados, saben que les vamos a contar algo.- Me escribió.
-Todo saldrá bien, confía en mí. Te quiero.- La notaba nerviosa así que intente tranquilizarla con ese mensaje.
Escribiendo...
-Y yo a ti tonta.

Bloqueé el teléfono, me miré al espejo para acomodar mi pelo y la gorra y salí de casa. Estaba un poco nerviosa por lo que pudiera pasar pero tenía la ligera sensación de que las cosas iban a salir bien.

Atravesé el jardín de la casa y toqué el timbre. Al segundo abrió Álex (uno de los hermanos de las chicas), me saludó con la mano y me invitó a pasar. Saludé a todos, incluido a Lynne y a Mike. Cuando ya saludé a todos me acerce a las chicas que estaban todas en los sillones. Estuve hablando con ellas hasta que Lisa me cogió de la mano y me llevó a su habitación.

Entramos y nos sentamos en una de las camas de las literas.

-Lo siento, te echaba de menos.- Lisa me tumbó y se puso encima de mi y empezamos a besarnos. Estuvimos así durante cinco minutos.
-Bajemos anda, no vaya a ser que nos pillen.- Le di un último beso y bajamos juntas.

-La comida está lista chicos.- Lynne apareció en la sala con dos platos grandes de pizza y los puso en la mesa. Las pizzas eran bastante grandes así que parecía que todos podríamos comer de ellas.

Las chicas hablaban entre ellas pero Lisa y yo solo nos mirábamos ya que estábamos enfrente una de otra.

-¿Y qué tal con tu novio Alejandra?- Permití que me llamara así ya que uno de los hermanos Cimorelli se llamaba Álex. Casi me atragando al oir la pregunta de Mike, creo que era la hora de contarselo. Miré a Lisa y ella asintió con la cabeza.
-Yo... soy lesbiana.- Las chicas dejaron de comer con mí respuesta para ver la reacción de sus padres. A los hermanos no les pareció mal pero Lynne y Mike dejaron de comer y se les cambió la expresión. Pero Lynne no parecía estar molesta.
-Yo también, ella y yo estamos juntas.- Soltó Lisa mirándome. Parecía orgullosa de haberlo dicho y me gustaba eso.

Mike se levantó de la silla y quedó de pie en el sitio. Los Cimorelli miraban la escena con preocupación.

-¡Fuera de mi casa y de mi familia, maldita lesbiana! ¡No quiero verte cerca de mi familia nunca más! Y tú jovencita, ya hablaremos.- Señaló a Lisa. Ella y yo nos levantamos de la silla a la vez, yo para irme y ella para detenerme.-¡Vuelve a tú sitio! Ni se te ocurra detenerla.

Todos contemplaban la escena asustados. Lynne estaba con la cara tapada por sus manos, las hermanas empezaron todas a llorar y los hemanos simplemente agachaban la cabeza ante esa situación. Lisa, ella...estaba llorando y seguía aun de pie. Desobedeció a su padre.

Ya me iba de aquella casa, había destrozado una familia y era consciente de ello. Las lágrimas no paraban de bajar por mis mejillas. De repente oí pasos detrás de mi y una mano agarró la mia. Lisa. Reconocí su olor al instante.

-Si ella se va yo también."No te dejaré sola nunca ¿vale?". - Le dijo Lisa a su padre repitiendo la última frase, la cual le dije en el concierto. No me dió tiempo a reaccionar y me llevó de la mano fuera de su casa, no me soltaba.
-Lisa por favor, para. Suéltame y vuelve a casa o se enfadaran contigo.- Le dije frenándome en seco.
-Álex, no pienso volver. Mi padre es un homófobo y no voy a dejar de estar con la persona de la que estoy enamorada porque a él no le parezca bien.- Su respuesta me dejó impresionada y la besé.
-Pero, ¿a dónde iremos ahora?
-Vamos a tu casa y cojamos algunas cosas que necesitaremos. Confía en mí.- Le hice caso y fuimos a mí casa con cuidado de que no le pillara su familia.

Te quiero, ¿sabías? (Lisa Cimorelli)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora