Capítulo 30:

962 63 2
                                    

Había entrado ya la media noche. Me encontraba tumbada en la cama del hotel con el propósito de dormir, pero algo rondaba mi mente. Más bien alguien. Y ese alguien era Lisa. Quizás no estaba mintiéndome, o quizás si. El "si" y/o el "no" no paraban de resonar en mi mente. Nada me cuadraba, nada me quedaba claro. Lo único que tenía claro era que debía hablar con ella y aclarar todo esto. La echaba de menos. Echaba de menos sus besos, sus abrazos, su calor.

* * *

La luz entró por entre las cortinas de la habitación. Había amanecido, mi último día en Nueva York. Estaba claro que tenía que hacer algo ya con el tema de Lisa. Desbloquee el iPhone y busqué su contacto. "Llamar". Lo cogieron al tercer pitido.

-¿Sí?- La escuché hablar al otro lado con una voz un tanto ronca. La había despertado.
-Lisa, soy yo... Siento si te he despertado.- Mi voz sonó cada vez más bajo, los recuerdos volvían y las lágrimas también.
-No, tranquila.
-Está bien. ¿Sigues en Nueva York?- Deseaba escuchar un "si", necesitaba hablar con ella.
-Sí, ¿por que?- Carraspeó aclarándose la voz.
-¿Nos vemos en Central Park? ¿En la entrada del Metropolitan Museum of Art? Necesito hablar contigo...
-Está bien, ¿en una hora?
-Perfecto.- Colgué y me levante de la cama con desgano. Me duché y me vestí con una camisa de cuadros roja y negra, unos jeans negros, unas deportivas blancas y un beanie negro con letras blancas. Salí cuando me quedaban quince minutos y por suerte tenía Central Park a diez andando. Las calles estaban repletas de tráfico, gente corriendo de un lado para otro y gente que tan sólo paseaba. Cuando llegué a donde había quedado con ella me sobraron 3 minutos, por suerte ella ya estaba allí.- Hey.
-Álex yo te juro que estaba diciendo la verdad...- La corté.
-Vaya, hola a ti también eh.- Me reí y ella río. Cuento echaba de menos su risa...-Lisa te creo. Me precipité saliendo de allí corriendo, sin creerte. Estaba enfadada y no pensaba en nada más que huir. ¿De verdad qué solo era un saludo entre homosexuales?
-De verdad, te lo prometo.- Me cogió de las manos y se acercó a mí oido poco a poco.-Pero oye, que si quieres repetimos el "beso" que tuve con él pero de otra forma.
-Estaría bien ¿no?- Le dije riendo y acercándome a sus labios. Quedamos muy muy cerca, tanto que nuestros labios inferiores se rozaban.
-Quizás más tarde.- Se mordió el labio y se echo hacia atrás riendo, dándome la espalda. Me acababa de dejar con la miel en los labios, nunca mejor dicho.
-No te permito que me dejes así.- Le dije riendo. La cogí por la cintura, la giré hacia mi y la besé. Lento pero sin pausas, disfrutando del momento. Yo habría mis labios para dar paso a su lengua, y en cuanto ella lo noto pasamos a un beso más húmedo.
-Te echaba de menos, muchísimo.- Dijo parando el beso para coger aire, quedando frente con frente.
-Y yo a ti, idiota.

Te quiero, ¿sabías? (Lisa Cimorelli)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora