Capítulo 5:

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-Bueno, cuéntame algo de tu vida ¿no? - Me dijo con esa dulce voz de ángel.

-No se, ¿qué quieres saber?- Dije antes de coger el vaso de agua para beber.

-¿Qué tal en el amor?- Casi me atraganto al oírla preguntar eso. ¿Se reirá de mi si le digo que nunca he besado a nadie? No lo creo, ella es muy buena, solo hay que ver lo buena persona que es.

-Em, em... Mal.

-¿Mal por qué?- La forma en que me preguntó fue tan dulce que me inspiro seguridad y confianza.

-Pues aun no he besado a nadie y no he tenido novio. Soy bastante tímida.-Le dije agachando la cabeza.

Ella hizo algo que no me esperaba. Se levantó de la silla, se apoyó en la mesa, me levantó la barbilla con su suave mano y me dijo:

-Álex tranquila, no me voy a reír de ti si es lo que piensas.

Yo la miré a los ojos con una sonrisa y le di las gracias. A pesar de eso ella no se apartó y siguió mirándome a los ojos. Me perdí en ellos, tenía ganas de besarla en ese momento pero no lo hice. Creo que me estoy enamorando de ella.

En ese momento llegó Dani que nos estaba buscando. Le hice un gesto con la mano para que supiera donde estábamos. Se sentó a mi izquierda y a la derecha de Lisa que ya se había sentado en su asiento, yo aun seguía pensando en lo que acababa de pasar.

Pedimos dos pizzas familiares: una de cuatro quesos y la otra de bacon. Hablamos las tres durante la comida y comimos hasta reventar. Me gustó ver que Dani y Lisa se llevaron muy bien, me reí mucho con ellas.

Hace rato que hemos terminado de comer y estamos charlando de cosas varias aun en la pizzería. Hasta que a Dani le suena el teléfono.

-Chicas me tengo que ir.- Dijo apenada.-Tengo que cuidar de mis primos y mi tía no quiere contratar a una canguro.- Se levantó de la silla, se despidió de las dos y se fue.

-Pues nos hemos quedado solas.- Solté avergonzada.

-Mejor, así damos un paseo por la playa y pasamos más rato juntas.- Su respuesta me sorprendió bastante pero a la vez me alegró.

Nos levantamos, pagamos y nos fuimos juntas a la playa. Eran las cuatro de la tarde así que no había nadie por la playa, encima era invierno. Nos sentamos en la arena y Lisa me sacó tema de conversación.

-Yo en el amor mal, he tenido dos relaciones pero los dos chicos me fueron infieles.

-No entiendo como pudieron hacerte eso, son gilipollas. Tú no mereces que te hagan daño, mereces lo mejor que una persona pueda darte.- Le dije un poco enfadada.

Vi que se sonrojó al oír mis palabras, sí, no paraba de mirarla.

-Gracias, tu también.- Se veía tan tierna sonrojada... Quería besarla, otra vez. Pero me limité a abrazarla.

-Te has convertido en una persona muy importante para mi Lisa.-Le dije mientras la abrazaba.

-¿En qué tipo de persona?- Se notaba que sonreía.

En...- Pensé en confesarle que me estaba enamorando de ella pero no, huiría de mi y eso significaría el final de nuestra amistad.-En una de mis mejores amigas.

Decir eso me dolió mucho, más de lo que esperaba, pero si quiero mantenerla a mi lado será mejor que no le confiese mis sentimientos hacia ella. Me separé de sus brazos y me quedé mirándola, se puso triste. Seguramente fue al recordar lo de aquel par de niñatos. Estuvimos casi toda la tarde juntas hasta que nos fuimos a casa. Yo la acompañé hasta su puerta y antes de irse me volvió abrazar y volví a sentir lo mismo de siempre.

-Gracias por el día de hoy Álex, me gustaría tener más días así contigo. Te quiero.- Esto último a penas lo escuché y me quedé esperando por si lo repetía y escucharla mejor, pero no fue así.

-¡A mi también me gustaría tener más días así contigo!- Le grité para que me escuchara y me fui a mi casa.

Te quiero, ¿sabías? (Lisa Cimorelli)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora