Capítulo 27:

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-No, no he visto ninguna foto porque yo lo he visto con mis propios ojos.- Le dije. Noté como mis ojos se llenaban de lágrimas al recordar ese momento. Yvette me miraba confundida, no sabía de lo que hablábamos mi mejor amiga y yo pero al ver que mis ojos se llenaron de lágrimas se sentó junto a mi y me abrazó.
-¿Qué? ¿Estás en Nueva York y ni me avisas?
-Lo siento, yo discutí con Lisa y ella vino aquí para "olvidarse de todo". Obviamente yo vine a buscarla pero me la encontré en la Estatua de la Libertad abrazada a un chico y muy cariñosos el uno con el otro. Lo siento Dani...- Yvette me miró, ahora sabía porque la llamada y porque estaba así.
-Creo que no lo has visto todo... Cuelgo y te mando la foto por Whatsapp.

No me dio tiempo a contestarle, ella colgó y esperé a que me enviara la foto. Yvette no decía nada, solo me abrazaba y me acariciaba el pelo. Realmente no la conocía de nada pero era como si la conociera de hace años, en tan solo dos días.

La foto llegó. La abrí y cuando vi aquella foto bloquee el móvil, me abracé a la morena de mechas rojas y lloré en su hombro. En cuanto lo notó me abrazó mas fuerte y dejó que llorara, sin decir ni preguntar nada.

Estuve así como una hora. Me sorprendía que Yvette siguiera abrazándome tan fuerte como el principio y siguiera sin preguntar nada. Se lo agradecía, necesitaba desahogarme.

-Álex, llorar no es malo. Pero si que lo es si borra tu sonrisa.- Dijo haciendo que la mirara. Yo no podía decir nada, estaba demasiado dolida como para hacerlo.
-Gracias...- Me limité a decir.

Ella tan solo me limpió las lágrimas. Decidimos pagar e irnos de aquel restaurante. Ni siquiera habíamos terminado pero Yvette entendió que quería salir de allí.

Estuvimos caminando por las calles de Nueva York como 1h. Yo no decía nada, solo me limitaba a caminar hacia donde Yvette me llevaba, cogida de la mano, tirando de mi.

Nos paramos frente a un edificio, supuse que era donde vivía ella y por eso me llevó allí.

-¿Qué hacemos aquí?- Me paré en el portal.
-No pienso dejarte sola así, destrozada, así que hoy duermes en mi casa.- Me sonrió abriendo la puerta. Yo solo puse una sonrisa falsa y a ella en seguida se le borro la sonrisa, no tenía ni idea de porque.

Subimos en ascensor, vivía en el ultimo piso, y entramos en su casa. Era pequeña pero acogedora. La cama y el armario estaban separados de la cocina por un simple muro. Me gustaba la estética.

-¿Estás bien Yvette? Se te ve apagada.- Le dije casi sin fuerzas en la voz. Aunque yo estuviera peor que ella me preocupaba.
-No me gusta verte así. Se que te conozco de un día y medio pero cuando llegaste al hotel tenías una gran sonrisa...ahora ha desaparecido.

Me acerqué a ella y la abracé. Me sentía como si la conociera de toda la vida.

Pasamos la noche juntas, ella intentando animarme, y consiguió que me sintiera un poco mejor pero cuando recordaba lo de Lisa me volvía a sentir rota.

-Yo dormiré en el sofá.
-Ni en broma, eres la invitada y por lo tanto dormirás en la cama y yo en el sofá.- Se negó.
-No dejaré que te dejes la espalda en este sofá.- Di una palmada en este.
-Está bien, entonces durmamos juntas. Somos amigas ¿no? No pasará nada.

Te quiero, ¿sabías? (Lisa Cimorelli)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora