Capítulo 20:

937 56 2
                                    

No, no podía ser cierto. Mi madre no se podía ir. Me tiré al suelo y seguí llorando, cada vez más y más. Quería que todo esto fuera un sueño, despertarme y ver que ellos estaban bien. Que seguíamos siendo una familia como otra cualquiera, con sus idas y sus venidas. Pero no, había perdido a mi madre. A una pieza clave en mi vida.

Sentí que Lisa me abrazaba muy fuerte, la necesitaba, más que nunca.

Me pasé el día llorando en la habitación de mi padre junto a Lisa. No sonreía, no reía, no hablaba. Una parte de mi estaba muerta por dentro.

Al día siguiente también murió mi padre. Mi vida ya no tenía sentido, solo me quedaba Lisa, los Cimorelli y mi mejor amiga.

Te quiero, ¿sabías? (Lisa Cimorelli)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora