El sirenito

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En la alta mar dónde el agua es tan azul como las hojas de la houstonia y tan clara como el cristal más transparente y donde es tan hondo que sería absurdo lanzar el ancla En la zona más honda se encuentra el palacio del Rey del Mar, cuyos muros son de coral, las ventanas tienen un hermoso color amarillo, y el techo, de caracolas que se abren y cierran para recibir el agua o para despedirla.

Hace muchos años murió la esposa del Rey del Mar; por lo que la anciana madre del monarca se encargó de la dirección del palacio. Era una mujer muy sabia, pero tan orgullosa de su aristocracia que llevaba doce conchas en la cola de su vestido, mientras que las grandes personalidades solo llevaban seis. Era merecedora de elogio, principalmente por la atención que daba a sus seis apuestos nietos. El más joven de estos príncipes era el más atractivo y tenía la piel fina y delicada como un pétalo de rosa; sus ojos eran azules como un lago profundo, pero no tenía pies pues sus piernas terminaban en aletas de pez.

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