La fiesta

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Llegue a casa de Bulma resignada "mi modo tendré que pedirle un vestido prestado a Bulma" ― pensé. Al entrar la mama de ella se acercó a mí con un paquete. Supuestamente lo había dejado en la entrada de la casa y tenía mi nombre escrito en el. Me quede algo extrañada tomando el paquete y dirigiéndome hacia mi cuarto. Lo puse en sima de la mesa analizando lo hermoso que lo habían envuelto. Era la primera vez que me pasaba una cosa como esa y estaba un poco asustada. Lo abrí temblando pensando lo peor. Pero al abrirlo solté un grito ahogado. Era el vestido de la tienda que me había encantado. Lo tome en mis manos sintiendo la suave y fina tela sin poder entender quién demonios lo habría dejado ahí. En el fondo de la caja había una nota. La abrí algo temblorosa:

"No pude evitar ignorar como miraba el vestido con tanto afán. Este siendo merecedor de que lo luzca una mujer como usted. Espero que sea de gran utilidad".

Mis cordiales saludos D.

Tenía ganas de llorar, pero al mismo tiempo estaba asustada; ¿Cómo demonios sabia ese tal D como me llamaba y donde estaba viviendo? Eran muchas interrogantes en mi cabeza, pero no importaba, estaba feliz. Pensé fríamente en quien sería esa persona misteriosa que me había comprado el vestido. Recordando al hombre con el que había chocado en la tienda. Llame a Videl para contarle lo ocurrido y se emocionó muchísimo. Diciéndome que estaba casi segura que era el mismo hombre que nos habíamos topado en la tienda.

―Pero Videl ¿Cómo demonios sabe cómo me llamo y donde vivo? ―le comenté algo preocupada.

― No se Señora Son, pero la mayoría de los hombres de dinero tiene mucha influencia ―explico ella sin dejar la emoción.

Luego de hablar y analizar más detalladamente le colgué. Tomando el vestido en mis manos sonriendo. Pero luego pensé... lo usare solo para la fiesta e iré mañana a la tienda y lo devolveré así no le debería nada a ese hombre.

Pasaron las horas hasta que se hizo la noche. Comencé a prepararme para la fiesta de Bulma muy nerviosa. Goten me miraba sonriendo mientras me peinaba el cabello sentado en la cama. Mirando su carita y recordando a su padre, era la viva imagen de Goku. Al terminar de arreglarme mi hijo me dijo muy sonrojado que estaba hermosa antes de irse. Lo abrace fuertemente besando esas mejillas de ángel. Antes de bajar a la fiesta me mire al espejo. Tratando de encontrar a esa Milk de las montañas, pero ella no estaba. Había una mujer con un traje negro pegado, corto hasta las rodillas, tacones del mismo color y con el cabello recogido elegantemente. Suspire nerviosa mirando a esa nueva mujer que era ahora. Sintiéndome como toda una adolescente. Me voltee para mirar la espalda que estaba un poco descubierta al igual que los hombros. Respire una vez más bajando hacia los jardines donde era la fiesta.

Como siempre Bulma no había reparado en gastos. Todo estaba muy bien decorado y hermoso. Con mesas y comida, flores y música. Me sentía muy pérdida por todo ese ambiente. Vi a nuestros amigos sentados en una mesa hablando con Bulma y sonreí al notar que no me habían reconocido. Solo Videl llego hacia a mi casi corriendo para abrasarme.

― Luce bellísima ― me dijo tan emocionada a punto de llorar.

― Gracias Videl, tu igual ― le dije sonriendo.

Yamcha, el maestro Roshi, Gohan y los demás miraban perplejos hacia donde yo estaba con Videl. Luego me acerque a ellos tímidamente. Los únicos que no estaban eran Vegeta y Bulma asumiendo que aún no estaban preparados.

― ¿Milk eres tú? Estas hermosa ― dijo Yamcha muy sonrojado sin dejar de mirarme.

―Gracias... ― le dije más apenada bajando la mirada acercándome a Gohan para saludarlo.

Mis memorias IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora