Seis meses después.

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Todas las heridas cierran, sanan, el tiempo es la amante de un sayayin, el dolor para nosotros es fundamental nos hace mas fuerte mas tercos menos vulnerables a los sentimientos. Jamás en mi vida, en la vida que llevo un ser insignifícate criatura había causado una herida tan profunda que me había vuelto otro. Ya no podía pasar por ese gym, toda la maldita casa me recordaba a ella y aun ese cuarto tenia su olor. Cada cosa de ella me hacia sufrir a mi al príncipe de los sayayines ¿Qué había hecho de malo? ¿en que falle? Ya no importaba por que todo era mentira me hizo creer que valía algo mas de lo que pensaba, me hizo creer que le importaba que veía mas en mi.

Antes de llegar a la casa destruí algunas montanas. Golpe árboles y el suelo donde estaba, derrame lagrimas. Cuando llegue Bulma me miro preocupada vendo mis golpes pero no me sano mando a llamar al medico para que este me atendiera. Me volvi a meter en la cámara de gravedad por todo esos días Bulma se trataba de acercar pero no se lo permitía, solo quería estar solo.

Kakaroto el maldito aun luchaba conmigo y me había ganado en un campo de batalla diferente mas sumándole se habían burlado de mi. ¿Por qué no lo sospeche? Todo parecía real tan natural jamas lo sospeche. Maldita mentirosa hipócrita.

Comencé a vestirme poniéndome un gabán, Bulma daría una exposición de sus nuevo artefacto e inventos y quería que estuviera con ella. Sabia que el tan Dilan iría ya que el trabajaba para la compañía de Bulma pero esperaba no toparme con la maldita traidora de la arpía. Mi esposa salio del baño vestida muy provocativa con un vestido de gala color negro escotado. Al mirarla no sentí nada preguntándome que demonios le vi a esa mujer exhibicionista y frívola. Viéndola como se maquillaba escogía bien sus tacones y toda esa porquería de joyería. Me puse la corbata ignorando mis pensamientos.

Bajamos a recibir a los invitados, mi trabajo era quedarme hay parado y no decir nada, tomar su mano y fingir que estábamos bien. En ese momento vi como el viento traicionaba el cabello negro de una mujer. Y de cómo su olor traicionero llego a mis malditos pulmones. Ese olor a limpio y a flores del campo. Hay estaba parada frente de mi sujetándole la mano a ese imbecil sonriéndole muy atenta. De tan solo verla con el me dieron ganas de matarlo y luego matarla a ella para que no fuera de nadie. No vestía provocativa solo un traje chino hasta las rodillas color rojo, su cabello recogido elegantemente con flores en la cabeza. Nada de joyería, nada de maquillaje excesivo. No aparte la mirada ni por un segundo mirando esa piel blanca y suave que adoraba. Esta se volteo y me miro pensé que me miraría con odio pero no. Su mirada fue triste, amarga la aparto con rapidez al encontrarse con la mía, viendo como el tal Dilan se alejaba de ella dejándola sola.

Me solte del brazo de mi esposa de mala gana y con rapidez caminando hacia ella tomándola por el hombro bruscamente. Arrastrándola hacia el gimnasio.

...

Vegeta me agarro tan fuerte que pensé que me había roto el brazo arrastrándome hacia el gimnasio de la casa de Bulma. Abrió la puerta de mala gana y la cerro con cerradura. Por Kamisama estaba aterrada pensando que tal vez no salía de allí con vida. Me puso contra la pared del lugar. Me miraba con una mirada sombría viendo como respiraba con dificultad viendo el miedo en mis ojos.

"¿Por qué?" pregunto casi en un susurro.

Me quede callada asustada arrinconada en la pared. Al no contestar me tomo por el cuello con rostro de dolor, jamás había visto a Vegeta de esa manera. Comenzó a apretar mas fuerte subiendo su ki volviéndose ese hombre de cabello rubio que no conocía.

"CONTESTAME MALDITA ARPIA ¿POR QUE ME MENTISTE?" estallo en mi cara apretando mas mi cuello.

No le conteste sin poder respirar sollozando aun mas viendo como lo había destruido sintiendo rabia de mi misma.

"VES ESE MALDITO SACO MALDITA MUJER, LO COMPRE PARA TI POR QUE QUERIA VERTE FELIZ, TE PROTEGI, TE CUIDE, ME QUITE LAS MASCARAS ANTE TI Y MIRA COMO ME PAGAS. ¿QUE FUE LO QUE HICE MAL, DIME? Espeto en mi cara "

"No hiciste nada malo." Le dije como pude al decir esto aflojo un poco mi garganta acercándose mas a mi.

"Entonces dime porque mujer ¿POR QUE? ¿POR QUE TE ALEJASTE DE MI? Vocifero haciendo creando un eco en el gimnasio.

"POR QUE TE AMO." Le grite en su cara.

El sayayin no se esperaba eso bajando su ki soltándome por el cuello. Cai desplomada al suelo sin poder respirar llorando. Este me tomo por los hombro para ponerme de pie. Me miraba asustado al mismo tiempo impresionado.

"Que... ¿que fue lo que dijiste?" tartamudeo mirándome a la cara. "Tu....no me puedes amar..."

"Te mentí Vegeta, todo lo que te dije era mentira y lo mas que me dolio es que me creíste. Yo no amo a Goku ya no más..." explique yo en llanto con amargura. "Te amo a ti..."

...

Me quede paralizado jamás espere eso de los labios de la mujer de Kakaroto. Jamás nadie me había dicho que me amaba, no de esa manera tan rápida, Bulma se tardo casi un a~o en decirlo. Y mas aun no podía creer que me había escogido a mi en vez de Kakaroto el que siempre me ganaba en todo...

La mire y no pude evitar besarla y hacia lo hize me correspondió el beso fugas aun sollozando odiaba verla llorar. Solté su cabello, moría por volverlo a tocar por volverla a besar y tenerla cerca No me había fijado que tenia los ojos húmedos entendiendo al fin lo que me pasaba. Amaba a esa mujer como jamás había amado a alguien sintiéndome vulnerable y débil entendiendo ese sentimiento de los terrícolas. Tal vez llegue a amar a Bulma pero nunca pensé que había clases de amor diferentes. Los sentimientos que había sentido por mi esposa era mas físico pasional, explosivo pero Milk era diferente. Me encantaba estar con ella, hablarle y en sus brazos sentía paz odiaba la idea de que estuviera lejos de mi. La necesitaba la deseaba y la amaba.

Comencé a gemir como un idiota bajo esos labios dulces de esa mujer me separe de ella con suavidad acariciando mi rostro sobre el de ella, besando sus mejillas.

Vegeta perdóname.- comenzó esta llorando.- te amo pero no podemos estar juntos, yo no quiero dejar a tu hijo sin padre asi como lo esta el mió.

Al decir estas palabras entendí el por que lo hizo haciéndome curvar una sonrisa sintiendo orgullo de ella. Milk era capaz de herirse a ella misma y tomar decisiones difíciles con la cabeza fría como una sayayin. Y a pesar de sus sentimientos me alejo para que otros no salieran heridos. La volví a besar con mas intensidad me devolvió el beso rodeando mis manos por mi cuello. Luego esta no se como demonios abrió la puerta y se escapo de mis brazos. Sali a buscarla pero no la encontré por ningún lado imaginado que bajo su ki para que no la encontrara. Sintiendo como el alma me volvía al cuerpo.

Mis memorias IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora