Déjame amarte.

2.9K 207 9
                                    

Tenia muchas dudas aun sobre el pasado de Vegeta. Deseaba conocerlo mejor lo antes posible. No quería tener una relación como la que tuve con Goku que nos casamos sin saber nada de uno del otro. En las noches cuando Goten dormía, el silencio invadía la casa me contaba algunas cosas de su pasado con rostro sombrío en la cosina. Cosas que ni siquiera a Bulma le había confesado sobre las torturas que tenia que ser sometido por Freezer y sus soldados. Los trabajos que tenia que hacer para ellos y las miles de personas que asesino. Siempre se reflejaba en el sayayin un rostro distante y diferente cuando relataba las historia.

No pude evitar tomarlo de la mano cuando terminaba pensando que Vegeta habia pasado por un infierno y que nunca había experimentado lo que era la verdadera felicidad. Hay estaba un príncipe sayayin deshonrado, despojado de su trono donde tubo que observar la muerte de su familia y la destrucción de su planeta. Y en ese momento pense que el estaba igual que yo, roto en mil de pedazos y sin arreglo.

"Al parecer la miseria siempre me rodea como una maldita maldición." Dijo sin mirarme con melancolía.

"Ya no mas." Le dije tomándolo por un brazo dejando el café en sima de la mesa.

Luego de eso le conté mi versión de la historia. De cómo todo el tiempo estaba angustiada por mis hijos y mi esposo. Como tenia que aguantar y tragarme toda la rabia y el dolor que sentía. Aparentar que nada me sucedía recibiendo a Goku con una sonrisa y de cómo en silencio sufrí la indiferencia de mi ex esposo. Lo difícil que fue criar a dos hijos sin padre y mas darle explicaciones.

Vegeta me escuchaba atentamente y sin interrupciones tenia esa habilidad de comprender, analizando cada palabra maduramente. También le confesé como me sentía luego de la batalla de Cell y de cómo poco a poco perdí mi valor y mi dignidad como mujer durante todos esos a~os de sumisión matrimonial.

"Sabes si no fuera por ti creo que ya hubiera cometido una locura." Le confesé con tristeza. "Sentía que moría lentamente en la soledad y la indiferencia."

Este suspiro seriamente.

"Lamento no haberme dado de cuenta antes mujer." Me dijo muy apenado. "Estaba tan concentrado en el odio que te tenia que no vi mas haya."

"Eso ya no importa, además también te detestaba." Le dije mirándolo de reojo.

En ese momento me pare de la mesa para sentarme e su regazo. Lo mire con ternura besando su mejilla.

" ¿Aun me odias?" le pregunte con suavidad.

"No." Contesto acercándome mas a el.

Lo bese con ternura, me correspondió de la misma manera. Nunca en mi vida imagine que terminaría locamente enamorada de ese hombre. Amando su tragedia, sus marcas, sus golpes y cada cicatriz de su alma. Desando sanarlas todas siendo su cura y su felicidad.

"Puedes contarme como te enamoraste de Bulma" pedi un poco celosa al verme sonrió.

Pensé que la relación de Bulma y el había sido mas romántica pero no. Este me dijo que primero fue algo más físico, experimentando por primera vez los deseos carnales que no conocía. Diciéndome que jamás había sentido atracción alguna. Luego estaba el factor de la soledad donde se había refugiado en ella. Este me dijo que se enamoro poco a poco de ella por si inteligencia, su sensualidad y la preocupación que ella le demostraba. Siendo mas una relación carnal, apasionada y física mas que sentimental. No pude evitar sentir celos. Luego le pregunto si el quería saber como me había enamorado de Goku.

"No me interesa como te enamoraste de Kakaroto, así que no hables." Me espeto de mala gana poniéndose celoso.

Me rei por lo bajo acechándome mas a el para besarlo.

"Déjame hacerte el amor." Le susurre al oído. "Pero con una condición, déjame tener el control."

Vegeta accedió subiendo conmigo hacia la recamara. Cerré la puerta y me quite la ropa al frete de el lentamente. Este se quedo mirándome sin hacer nada siguiendo instrucciones. Luego quite su ropa besando cada rincón de su cuerpo de sus labios. Quería que sintiera lo que era ser amado y admirado. Se acostó en sima de la cama algo sonrojado. Creo que era la primera vez que el era el dominado. Me puse en sima de el besando sus labios acariciando todo su cuerpo, sintiendo la suavidad de su piel de sus músculos. Trate de que mis caricias fueran lentas y perfectas viendo como cerraba sus ojos y suspiraba del placer. Le hice el amor lentamente, con sumo cuidado sintiendo como acariciaba mi espalda en cada movimiento lento. Adentrándome mas en mi profundidad llenándome de el. Cada roce de su sexo lentamente era como una caricia exquisita. Cada expresión de su rostro era perfecta llegando al final del clímax besándonos, abrazándonos y sobre todo amándonos.

Me acosté a su lado sin estar cansada o agitada ya que todo fue lento y perfecto. Este aun estaba sonrojado mirándome acariciando mi piel desnuda, mis caderas mis muslos.

"Te amo príncipe gracias por devolverme la vida." Le dije acercándome a el acariciando su cuello y su pecho.

Se quedo en silencio sentándose en sima de la cama. Yo lo imite algo dudosa de su reacción. Al verme sonrió tomándome con fuerza para abrazarme. Si abrazo fue fuerte y dulce, calido.

"Escúchame Milk." Me dijo sin aun soltarme con voz suave. "Jamás dudes de lo que siento por ti, no lo diré mucho pero nunca lo olvides. Te amo y jamás de dejare como el idiota de Kakaroto."

"Lo se" le conteste sintiendo un poco de dolor dentro de mi.

....

Jamás pensé que llegaría a decirle a alguien lo que había vivido en el infierno de Freezer. Pero hay estaba la mujer de mi enemigo que ahora era mi mujer escuchando cada palabra atenta y comprensiva, sin reprocharme las miles de vidas que quite. Luego me contó su historia notando la miseria que había vivido en un silencio que nadie noto, ni siquiera el inconciente de Kakaroto. No pude evitar sentir rabia al ver el rostro de tristeza de mi hermosa mujer salvaje y obsesiva. Pensando que nos parecíamos mas de lo que pensé. Mik tenia ese poder de solo con una caricia o un beso sacarme de mis mas profundos recuerdos y pensamientos oscuros.

Esa noche deje que esa mujer me hiciera el amor. Me sentía como un tonto dejando que solo ella me tocara y me acariciara. Cada caricia y cada rocé de su piel era una delicia, una electricidad constante que me quitaba la capacidad de pensar. No pude evitar mirar su cuerpo con deseo y amor. Ante mis ojos era perfecta dentro de su imperfección. Esa piel blanca y suave que adoraba tocar como si fuera una escultura bien creada. Me hubiera gustado no tener tantas cicatrices solo para ella. Pero al ver la devoción con la que besaba cada una de mis marcas dejo de importarme, sabiendo que ella amaba cada golpe que había recibido.

Entre en ella lentamente escuchando su respiración. Milk era una delicia no solo entrar en ella si no también verla sentirla, su expresión cada gemido que hacia perder la cabeza. Me encantaba sentir su piel, tocar su cabello suave y largo. Al terminar de hacer el amor con ella no pude evitar decirle que la amaba, abrazándola jurándole que jamás la dejaría sola.

Kakaroto maldita sabandija de mierda ni se te ocurra volver por que no aguantaré las ganas de devolverte al mismo lugar que estuviste. No dudare en cobraste todas las lagrimas que le hiciste derramar a esa mujer...a mi mujer.

Mis memorias IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora