Besos

3.8K 278 49
                                    

Las cosas con Vegeta mejoraron más. Incluso ya no se tiraba esos molestos comentarios acerca de mi esposo, aunque sin dejar la tosca actitud. Cada día los entrenamientos eran más fuertes. Bulma se había vuelto de su viaje notificando que llegaría el fin de semana. La verdad se le escuchaba bastante tranquila, a comparación de cuando estaba en la casa. Estaba algo ansiosa de que volviera para regresar a mi casa en las montañas.

Dilan me visitaba abecés, cosa que ha Vegeta no le agradaba. Esto no me impresionaba, a Vegeta no le agradaba a nadie. Cada vez que Dilan estaba en la casa buscaba la manera de interrumpirnos. Preguntándome como Bulma había terminado con semejante animal, yo sonreía y le explicaba que el amor era así, pensando en que Goku no era el hombre más sofisticado del mundo. Lo más gracioso de todo este asunto es que cada vez que

Dilan trataba de besarme él nos interrumpía, No se cómo diablos ese saiyajin sabia los momentos exactos, pero siempre aparecía interrumpiendo. Honestamente no entendía el por qué Vegeta actuaba de esa manera sobre protectora conmigo, tal vez me veía como su hermana o algo así, la verdad no lo sé.

Quería darle la oportunidad a Dilan, pero con calma, no quería entrar en una relación tan rápido, pidiéndole que fuéramos amigos primero. Este entendió muy compresivo dándome mi espacio y mi tiempo.

Una noche que Dilan estaba en la casa me despedí en la salida, mirando a todas partes para ver si Vegeta estaba cerca. Luego de desearme buenas noches me acerque para dale un suave beso. Poniendo sus labios en los míos con la misma suavidad y despacio, recordando con melancolía la manera en que me besaba Goku. Mi ex esposo no era muy experimentado con los besos, era yo siempre la que lo guiaba para que me los diera, pero el beso de Dilan fue perfecto. Comenzó a mover sus labios con suavidad haciéndome gemir un poco llevando el ritmo. Rodeándome por la cintura acercándome más a él. En ese momento un estruendo extraño.

— ¡MUJER, ¡DEJASTE LA COCINA HECHA UN DESASTRE, ENTRA A LIMPIAR TODA ESA MUGRE! —Vocifero desde la sala de la casa subiendo su ki.

— ¡NO SOY TU ESCLAVA VEGETA, BUSCA A LAS SIRVIENTAS DE LA CASA PARA QUE LO LIMPIEN! —le grite de la misma manera muy apenada con Dilan!

Dilan miro de mala gana como Vegeta se iba dando zancadas y murmurando por lo bajo apretando la mandíbula y los puños.

— ¿Qué demonios le pasa a ese tipo? — pregunto Dilan mirándolo con odio.

— Es que tiene problemas mentales sabes, se medica — mentí casi riéndome aun que en gran parte era verdad.

— ¡Y YO NO ME MEDICO! — Exploto más molesto desde la cocina usando esos sentidos agudizados de saiyajin.

Dilan ignoro su grito y yo no pude evitar morirme de la risa. Le di un beso rápido en sus mejillas dirigiéndome hacia mi cuarto. Los niños estaban ya dormidos así que quería aprovechar el momento para verificar unos papeles del trabajo. Entre al cuarto recogiendo mi cabello en una cola de caballo prendiendo la computadora. Antes no sabía ni como se prendía una pero gracias en los entrenamientos del trabajo ya sabía bastante. La verdad es que quería volverme una mujer inteligente como Bulma, estando consiente que jamás tendría su capacidad intelectual al nivel de volverme una mecánica genio. Comencé a verificar unos papeles sintiendo una presencia en mi espalda.

— ¿Qué haces a estas horas mujer? — pregunto Vegeta en la entrada de la habitación

— Trabajando. — Le conteste sin mirarlo escribiendo rápidamente en la computadora.

— No me dejaras dormir con tanto ruido —Dijo este apoyándose en el marco de la puerta como siempre hacia.

Me di la vuelta para mirarlo. Vestía una camisilla sin mangas blancas y unos pantalones cortos que le dejaban ver cada uno de sus músculos bien tonificados. Me vire de mala gana volviendo a poner mi atención en la computadora.

Mis memorias IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora